Eva y sus hurones

Hurones 5

Marta Cuervo

Escurridizos, juguetones y muy trastos. ¿Cómo es la vida con dos hurones en casa? “Muy divertida, pero tienes que tener mil ojos cada vez que los sueltas. Se meten por cualquier rincón, detrás de la nevera, de la lavadora... Si te despistas la lían”, explica Eva, dueña de Chico y Kauna.

Estos carnívoros estrictos, mustélidos, de la familia de las comadrejas, las martas y los visones, duermen entre 18 y 20 horas al día y necesitan permanecer a oscuras al menos 16 para evitar problemas como el cáncer de adrenales.

En casa de Eva tienen su propia habitación. “He acondicionado una zona para que no estén todo el tiempo en la jaula, aunque pueden vivir en ella si los sacas al menos un par de horas al día para que corran, jueguen y hagan ejercicio”, comenta la joven.

A Kauna, de 11 meses, y a Chico, de un año y medio, les gusta mucho salir a la calle. “A veces se asustan pero el césped les encanta. Hay que tener cuidado con los perros por su tamaño, y es recomendable ponerles chip, porque se escurren del arnés”.

Cuidados

Los hurones deben alimentarse a base de pienso. “Son carnívoros no se les puede dar nada de verdura. No valdría un pienso de perro. No pueden comer chocolate, ni fruta, ni leche, y nada de cítricos”, explica Eva. Además, es recomendable darles malta para que no se les formen bolas de pelo en el estómago, un par de veces por semana. “Hay que vigilar lo que comen porque tienen una digestión muy rápida y es posible que sufran una obstrucción intestinal”, añade la dueña de Chico y Kauna.

Existen piensos específicos de hurones, pero también pueden comer los de gato. Su manutención no es demasiado cara: “con un saco de 7,5 kilos, que compro en internet por 40 euros, comen dos meses”. Por las noches, Eva les ofrece algo de carne y mollejas de pollo para completar su nutrición. “Es importante que siempre tengan comida, no se les puede racionar como a los perros por su rápida digestión”.

Los hurones y los mitos de su olor

Existe el mito de que los hurones huelen mal, y para evitarlo en muchas tiendas los venden castrados y desglandulados. “Nunca se les debe extraer las glándulas anales, no son las responsables de su olor, ya que se encuentran por todo el cuerpo, y su extirpación conlleva problemas de salud”, comenta Eva. Estas glándulas les ayudan a lubricar las heces, para evitar prolaxos. Además, “solo las sueltan cuando se asustan o están nerviosos, como las mofetas”.

Los machos suelen ser más grandes de tamaño, y cuando tienen el celo huelen más que las hembras. “Suelen ser más cariñosos, pero en mi caso son los dos. Kauna es más sociable”, comenta la experta en hurones.

El celo

Eva advierte que hay que tener especial cuidado con los celos: “A la hembra hay que cortárselo porque le puede crear anemia hasta la muerte, por eso es muy recomendable castrarlos, además con el celo huelen más. Al macho no es necesario pero se estresan, y pueden volverse más agresivos. Pero nunca hay que hacerlo antes del primer año de vida ni de su primer celo”, aconseja.

También es necesario vacunarlos contra el moquillo y contra la rabia, anualmente.

Otros cuidados de limpieza

Los hurones cambian de pelo dos veces al año, y por ello, es recomendable cepillarles cuando mudan “para que no traguen tanto pelo y ayudarles a que les crezca mejor”.

Chico es 'albino' y Kauna es 'sable', por su color de pelo. “No se les debe bañar mucho porque se les estropea el pelo, producen más grasa y más olor”. Además los hurones deben estar desparasitados. “Internamente solo si tienen parásitos, si les sacas a la calle externamente”.

En su higiene es imprescindible limpiarles los oídos y cortarles las uñas al menos una vez cada 15 días. “Llevan bien el frío pero muy mal el calor. No se les puede tener a más de 30 grados porque pueden sufrir golpes de calor; tienen que estar a la sombra y hay que refrescarles”. Otro de los detalles en los que insiste Eva: “localizar un veterinario que trate este tipo de especies”.

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