Te doy mi corazón

Miryam Martín

“Yo fui el trasplante 49 y el 50 salió en la 'revista del corazón', por uno casi me sacan...” Y Ángela Miguélez, más conocida como Angelita se quedó con las ganas de salir en aquella revista sanitaria hace ya 11 años.

Contaba con 66 años cuando un día de 'esos cualquiera' su corazón le dio un aviso. Se le paró. “Fue un 28 de octubre del año 2000 cuando me dio el infarto” -cuenta serena- “y quedé muy mal”.

La tranquilidad de esta entrañable señora contrasta con la gravedad de todo lo que dice sentada en la mesa de su cocina. Es capaz de detallar cada instante, cada nombre, cada fecha con una memoria digna de admirar.

“Fuí a la revisión el día 12 de enero, por la mañana –detalla- me llevó mi hijo”. Ese fue el día que se hizo realidad la manida frase de 'volver a nacer'. “El doctor me dijo: no sé lo que tardará en llegar un corazón pero, tiene que ser pronto porque estas muy malina”.

Y el corazón llegó, venía de Santander, era de un chico joven de 19 años años que acababa de morir en un accidente.

- Angelita, ¿conoces algo de la identidad del donante? - Le pregunto con cautela

- “Sólo eso. Me han dicho que es una norma de los hospitales” -baja un poco la voz, más bien se le quebranta- “porque yo se lo estaría agradeciendo toda la vida, me acuerdo muchísimo de él, ¡fíjate! un chico de 19 años, un corazón nuevecito...”

A las 20.30 horas, Angelita entró en el quirófano: “yo vi aquello tan grande, aquel foco enorme, todos de verde... estaba 'asustadita'”. No era para menos, el doctor había sido claro con la familia: “Entra en el quirófano, pero está muy débil, no sabemos si saldrá”.

La espera se alargó hasta las 4 de la mañana, casi 8 horas de operación. Después; 12 días en la UVI, una larga hospitalización, muchas revisiones y mil palabras de agradecimiento. Ángela solo tiene halagos para aquellos que en el ejercicio de su profesión salvan vidas.

Casi 12 años después...

Es una mujer vital, que pasea todos los días con un amiga. Dice coqueta que por prescripción médica no puede usar laca. Le gusta disfrutar de su familia, de sus amigas, de su huerto y de su casa.

Y es que...¿quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas?