¿Hay o no hay cemento en el nuevo empedrado de la Plaza del Grano?
Cemento es la palabra. Lo fue cuando el equipo de Gobierno del PP defendió a capa y espada la idoneidad de las fases I y II (la remodelación de las calles Capilla y Mercado, a ambos lados de la iglesia, y la ejecución de las aceras perimetrales), negando verbalmente la proporción de casi un tercio de cemento bajo las nuevas losas que sustituyen a buena parte del empedrado tradicional, una proporción de cemento que consignaba sin lugar a dudas el proyecto.
Ahora, cuando aún se ultima la fase II, el Consistorio quiere mostrar que la siguiente y definitiva fase, la que remodelará por completo el empedrado de cantos rodados tan característico, se hará por métodos tradicionales, a mano y supuestamente con tierra cruda en su mayoría.
Trabajando hoy en la colocación del nuevo empedrado empedrado, en la zona de muestra habilitada frente al albergue de peregrinos, bajo la mirada de un arqueólogo.
La muestra de cómo se hará la totalidad de la plaza avanza en la zona elegida, frente al albergue de peregrinos de Las Carbajalas, que hasta hace unos meses se usaba como aparcamiento a pesar de ser empedrado como el resto.
Como hicieran con el enchinarrado, el plan del PP en el Ayuntamiento es que sirva de muestra de cómo se respetará la tradición constructiva. Aunque hay que recordar que en el enchinarrado de ambas casas aportadalas se insistió también en la ausencia total de cemento, y sin embargo hubo puntos donde sí se empleó este tipo de hormigón que los detractores de todo el proyecto censuran con dureza.
Ahora vuelve a ocurrir en la zona de muestra de lo que será el nuevo empedrado. El cemento claramente aparece fijando las vetas o arterias maestras para que sirvan de guía, algo normal. Pero también sobre una base de tierra se aprecia por el color cemento en polvo bajo los cantos que varios operarios están encajando primero a mano y después comparados con martillo, rodilla en tierra.
Una circunstancia que ha provocado que la Plataforma Salvemos la Plaza del Grano, puesta desde su origen al proyecto municipal, no dude en tildar los trabajos de “pastiche de mal gusto ejecutado sin criterio”. A su juicio, “ni la empresa constructora (Domingo Cueto), ni las arquitectas responsables de la dirección de obra junto con Ramón Cañas tienen los conocimientos necesarios para abordar con éxito la rehabilitación de la Plaza del Grano, pues poco o nada saben de restauración monumental”. “No tiene ningún sentido adjudicar a una empresa de obra civil una intervención que requiere personal especializado con experiencia acreditada en obras de restauración”, censuran en una nota de prensa.
De las labores de estos días, afirman que “en la zona de muestreo se puede comprobar cómo el Ayuntamiento ha eliminado el pavimento tradicional hecho con cantos de río y tierra cruda (tierra vegetal que hay que aplicar cribada y limpia) por un pavimento que mantiene los cantos pero que utiliza para su agarre cemento gris, arena y áridos”.
Aún más, “los morrillos se han asentado sobre una base de zahorras para salvar el desnivel provocado por la construcción intencionada de las nuevas aceras 20 centímetros por encima del empedrado tradicional. Además, las piedras se están colocando sin selección (las más grandes deben ir en las limas) y sin seguir el criterio adecuado (hay que ponerlas de canto dejando a la vista la cara plana más pequeña)”.
Eso sí, admiten que ahora en la Fase III “se suprime el geotextil y el mallazo, previstos en el proyecto inicial”, pero “no es por cuestiones técnicas (no se ha presentado un reformado para justificar el cambio) sino para abaratar la obra e incrementar el beneficio del contratista”, malician.
Ppor eso, lamentan que “con el pavimento de Cueto, Cañas y las arquitectas en la plaza no crecerán ni los cardos. Sin su característico verdín, la Plaza del Grano perderá el encanto y buena parte de su belleza”.