El carbón, el rival más débil

Lago

I.R.

“El cierre de la minería responde a razones de espacio, no hay sitio para todas las fuentes de energía”. El argumento es del profesor de Económicas de la Universidad de León, Julio Lago, quien considera que detrás de la campaña de acoso y derribo contra el carbón se esconde una pésima planificación energética de la que actualmente estamos pagando las consecuencias y donde el carbón autóctono es el rival más débil, frente a unas empresas eléctricas que presionan para hacerse con el trozo de tarta de la fuente autóctona.

“Desde el año 2005 el país detecta un exceso de capacidad de generación de potencia instalada, se planificó más producción de la que se necesita y actualmente hay un exceso reconocido por todos los analistas del sector eléctrico”, comenta Lago.

Echando un vistazo a los datos de la Red Eléctrica Española, el día que más producción energética se registró en España fue en 2007 y ni entonces se llegó al 50% de la capacidad que tiene el país para producir. Es decir, los recursos están infrautilizados. Pero, ¿a qué se debe este exceso? “De unos años para acá, ha habido una proliferación de campos eólicos, de huertos solares, pero sobre todo una masiva construcción de centrales térmicas que funcionan alimentadas por gas natural”.

Con la energía ocurrió algo similar, según explica este profesor, que con el ladrillo. “Fue la burbuja del kilovatio”. Y de la misma manera que las grúas se multiplicaban en las ciudades y se construyeron cientos de casas que ahora se encuentran vacías, en los tiempos de auge económico se levantaron más centrales de las que en principio harían falta basándose en una previsión de que el crecimiento económico y la demanda irían en aumento.

Pero no ha sido así, la crisis incluso ha disminuido la demanda y ahora tenemos un escenario con más actores de los que caben, por lo que hay intereses para eliminar alguno. ¿Por qué el carbón nacional? “Necesita subvención y en cambio el gas natural o el carbón de importación llegan sin más”, explica Lago. La baza que podría jugar es la de que precisamente es una fuente propia y, por tanto, no hace depender al país de agentes externos. “De esto no se habla mucho”, apunta Lago.

Pero además de las ayudas que el carbón nacional necesita, existe un factor añadido. Con este superávit, “las eléctricas están trabajando por debajo del 50% de su capacidad, lo que les supone pérdidas ya que no consiguen amortizar las instalaciones. Iberdrola, Gas Natural o Endesa presionan para hacerse con el hueco que ahora tiene el carbón”, comenta el profesor.

¿Cómo han conseguido compaginar ambas cosas hasta ahora, que las empresas utilicen el carbón nacional cuando el gas natural está infrautilizado? “A fuerza de los pagos que el Gobierno hace a las eléctricas, los pagos por capacidad, una cifra de millones que el ministro no deja muy claro cuánto es pero que se les abonan para que sigan utilizando el carbón”.

Todo suma y no es fácil explicarle al ciudadano tanta ayuda, por eso Lago opina que “tiene mal arreglo” y que aunque hay que ir “hasta el final con la lucha”, es importante aplicarse en “arrancar compromisos de reactivación serios y no lo que ha sido hasta ahora con iniciativas testimoniales”.

Según un informe de Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros) que cita Lago, el pasado año la producción de energía generó en León una riqueza anual superior a los mil millones de euros, lo que supone la mitad de lo que genera toda la industria de la provincia leonesa, en un escenario que, por otra parte, está perdiendo actividad, con cierres y expedientes de regulación de empleo.

Para el año 2018 ya hay firmado un cierre, por lo que Lago opina que el Ministerio debería “comprometerse a plantear proyectos que atenúen lo que es el declive del carbón” aprovechando los recursos turísticos que además entran dentro de la cartera de Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo. Lago está convencido de que es cierto que el recorte actual planteado por el Gobierno supone el cierre inmediato, por lo que es necesaria “una prórroga” para ir reindustrializando la zona.

“El parador de Villablino sería un ejemplo, cambiaría la imagen de Laciana”. Lago cree que también sería buena opción la industria agroalimentaria o incluso las empresas de telemarketing, que dan mucho trabajo y pueden realizar su trabajod desde cualquier parte. “Se pueden hacer cosas pero hay que querer”, explica el profesor, quien opina que lo que no puede ser es “cerrar y ahí os quedáis”. “El Gobierno se escuda en que ha habido dinero, bueno, pues se ha malgastado, lo que no se puede hacer ahora es dejar las cuencas así”.

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