El Ayuntamiento de León invertirá casi dos millones de euros en reparar el pavimento de la Plaza Mayor

La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de León aprobó hoy el expediente de contratación de la redacción del proyecto de ejecución, dirección de obra y ejecución y coordinación de seguridad y salud de la actuación que va a llevar a cabo en la Plaza Mayor de la ciudad. El objeto de estas obras, para las que se prevé un presupuesto de 1,9 millones, es resolver las deficiencias que presenta el pavimento de este conjunto escultórico del casco antiguo, que precisa de una intervención de acondicionamiento.

El plazo que el Ayuntamiento de León prevé para ejecutar las obras es de nueve meses. Para abordar esta actuación, el Consistorio solicitó el pasado mes de octubre la subvención del ‘Programa 2% Cultural’ del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, lo que supone una posibilidad de financiación que sigue pendiente de resolución.

De acuerdo al plan de trabajo incluido en el pliego de prescripciones técnicas, la empresa adjudicataria deberá realizar en 15 días las catas y el estudio estructural, para redactar en el mes siguiente el proyecto de ejecución que dará lugar a las obras que se ejecutarán durante 7 meses y que en todo caso tendrán que estar finalizadas antes del 30 de marzo de 2025.

El doble de lo que costó remodelarla

El proceso de renovación del pavimento de la Plaza Mayor de León, con un costo cercano al millón de euros en 2002, evidenciaba tan sólo 15 años después, en 2018, preocupantes señales de desgaste y notorias grietas que ya denunció ILEÓN en ese reportaje. Daños especialmente visibles junto a los soportales, en particular en áreas donde se instalan las gradas para el Encuentro de la Procesión de los Pasos. Esta plaza, oficialmente conocida como Plaza Mayor de la Constitución Española, fue reinaugurada el 21 de diciembre de 2001 por el entonces alcalde de León, Mario Amilivia. La remodelación trajo consigo la introducción de nuevos materiales, en contraste con los antiguos, predominantemente compuestos por una mezcla de piedra caliza y aglomerados pétreos, cuya falta de resistencia ya era objeto de críticas desde mediados del siglo XX y que aún constituyen gran parte del empedrado de la ciudad.

A pesar de la inversión significativa y la modernización de los materiales utilizados en la renovación de la Plaza Mayor de León a principios del siglo XXI, la aparición de desgaste y grietas en un lapso relativamente corto de tiempo ha generado preocupación entre los residentes y autoridades locales. La presencia de estas deficiencias es especialmente notable cerca de los soportales, donde se concentra la actividad durante eventos como el Encuentro de la Procesión de los Pasos. Aunque la reinauguración de la plaza en 2001 bajo el nombre oficial de Plaza Mayor de la Constitución Española marcó un hito en la modernización urbana de la ciudad, la persistencia de problemas estructurales revela la necesidad de una gestión más cuidadosa y sostenible de los recursos públicos en proyectos de infraestructura.

La transformación de la Plaza Mayor de León a principios del siglo XXI representó un esfuerzo por revitalizar un espacio emblemático, sin embargo, los resultados a largo plazo han generado inquietudes sobre la durabilidad de las intervenciones urbanísticas. A pesar de la introducción de nuevos materiales durante la remodelación, como alternativa al tradicional empedrado de piedra caliza y aglomerados pétreos criticado por su resistencia, la aparición de desgaste y grietas en áreas clave, como los soportales, plantea interrogantes sobre la eficacia de las decisiones de diseño y construcción. La necesidad de abordar estos problemas de manera proactiva subraya la importancia de un enfoque más integral y sostenible en la planificación y ejecución de proyectos de infraestructura urbana.

Reforma del edificio del Consistorio Viejo

Asimismo, el Ayuntamiento de León pretende promover de forma conjunta la restauración tanto de la Plaza Mayor como del edificio Mirador del Concejo, conocido como ‘Consistorio Viejo’, siendo ambas obras compatibles y complementarias, pero que no necesariamente han de ejecutarse simultáneamente.

Según se desprende de la memoria técnica, la plaza Mayor de León surgió tras un incendio en 1654. Tres años más tarde se iniciaban las obras de la nueva y en 1677 se daban por terminadas, como se deduce de la inscripción de la fachada del Mirador. Pocos años después, en 1695 se produjo otro incendió que exigió nuevas obras en este espacio. 

“La Plaza Mayor de León se debe fundamentalmente al cántabro Francisco de la Lastra, que dejó aquí una obra sobria, bien compuesta y proporcionada a la escala de la ciudad. Los soportales son de arco sobre pilares de piedra y lleva encima dos plantas de viviendas, la primera unida por balcón corrido y la segunda planta con balcones independientes. Solo en la acera del Mirador se interrumpe esta ordenación, siendo en este lado occidental de la Plaza donde las calles entran abiertas”, explican los técnicos municipales en los citados pliegos.

A juicio de la técnico que suscribe la memoria, la Plaza Mayor de León es una de las plazas españolas que mejor conservan su carácter al no haber sufrido modificaciones sustanciales, salvo en el lado oriental (1951), hasta el punto de ser la más representativa de las plazas del siglo XVII aunque no sea la más famosa, por lo que requiere actuaciones que la preserven y la pongan en valor, lo que se conseguirá con la citada intervención.