Arte y carbón en la cuenca minera de Sabero

fachada museo de la siderurgia la mineria

David González

Aunque en este plan el pico y la pala tienen una presencia fundamental, no nos vamos a cansar mucho y menos es lo que nos vamos a gastar, ya que los dos museos que a continuación os presentamos son de carácter totalmente gratuito.

En primer lugar lo que tenemos que hacer es desplazarnos hasta la localidad de Sabero, a unos 65 kilómetros de León, recorrido que podemos hacer en nuestro propio coche por apenas 6 o 7 euros de combustible o bien, si no nos apetece conducir y queremos ir mirando el paisaje, podemos ir en bus con la empresa Alsa por menos de 12 euros la ida y vuelta desde la capital.

Durante el viaje a Sabero nos encontraremos con diferentes explotaciones mineras, algunas a cielo abierto, y edificios relacionados con la extracción de mineral como esta boca de entrada a una de las minas de la zona, edificios pertenecientes a la arquitectura industrial y que se están tratando de conservar.

En este paisaje de dura montaña y roble ya podemos empezar a imaginar cómo sería la vida del minero en esta zona donde tanto los veranos como los inviernos se caracterizan por su dureza.

La zona, bañada por el río Esla es ideal para practicar deportes acuáticos como el kayak y el descenso de aguas bravas y varias empresas leonesas de aventuras y turismo activo se encargan de realizar estas actividades.

Una vez que llegamos al pueblo de Sabero podemos pasear por sus calles y rápidamente nos daremos cuenta de que se trata de una antigua colonia minera ya que conserva las antiguas viviendas mineras, las casonas de los ingenieros, el colegio e incluso el casino, lugar de ocio y descanso de los antiguos habitantes de Sabero, hoy reconvertido en bar.

Otro de estos edificios singulares de la arquitectura minera es la Ferrería de San Blas, lugar que se ha recuperado para la instalación del Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León. Esta ferrería fue el primer complejo siderúrgico del país que utilizó la más moderna tecnología de la época como los hornos de cok. Esta gran nave neogótica, destinada a taller de forja y laminación, fue construida en 1846 y declarada en 1991 Bien de Interés Cultural con categoría de monumento, ya que constituye el único vestigio que queda en España de una instalación industrial de la época.

El museo cuenta con cuatro áreas expositivas, dedicadas a la construcción de la ferrería, la historia del Valle de Sabero, el funcionamiento del complejo siderúrgico y la historia de la Cuenca Minera.

Una importante excavación arqueológica del edificio deja a la vista el aspecto original de la Ferrería y la reproducción exacta de su impresionante maquinaria inglesa, trasladando al visitante al siglo XIX haciéndole partícipe así de la utopía que supuso el establecimiento de esta industria en el Valle de Sabero.

Pero la visita aún no ha terminado, el museo alberga una reproducción de la antigua botica de la mina. La ubicación de la farmacia dentro del complejo minero siderúrgico supuso un avance importante del concepto minero siderúrgico supuso un avance importante del concepto de atención social a la clase obrera, ya que las nuevas formas de producción comportaban frecuentes accidentes y lesiones laborales, tanto fracturas y heridas contusas, como problemas graves de intoxicaciones y afectaciones pulmonares.

Una vez salimos, tras del Museo de la Siderurgia y la Minería se ha creado un moderno espacio expositivo que alberga temporalmente las pinturas de Ambrosio Ortega Alonso, más conocido como Brosio, el pintor de los mineros. La exposición se compone fundamentalmente de acuarelas y algunos óleos. Acuarelas con una sabia mezcla de tonos fríos y cálidos que confiere a las obras un dramatismo raro de conseguir, trabajadas de una manera casi aerográfica, donde los personajes se funden con su entorno sin solución de continuidad.

Para terminar la jornada, si aún nos quedan ganas podemos realizar una ruta circular a pié de unos 10 kilómetros y una duración aproximada de 3 horas. En esta ruta veremos el paisaje de la zona y distintas minas. La dificultad del trayecto es media baja y discurre por caminos y veredas, se trata de la conocida 'Ruta de las Minas' cuyo punto de inicio parte de la plaza del museo.

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