Dos años y un millón de euros costará saber si el Gobierno abre una nueva línea del tren entre León y Extremadura
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha puesto en marcha, tras años de reivindicaciones desoídas y el empuje final de Europa, una última tabla de salvación de conexión en el oeste de España, en la brecha poblacional que abarca desde la Región Leonesa hasta Extremadura. Lo ha hecho poniendo en marcha la contratación contratar, por casi un millón de euros, de la redacción de un estudio que valore la viabilidad de construir una conexión ferroviaria entre la provincia de León y la de Cáceres, en Extremadura, coincidiendo con el corredor ferroviario de la Ruta de la Plata que se cerró en el año 1985. La iniciativa embrionaria se publicará pronto de manera formal en el Diario Oficial de Unión Europea.
En concreto, el estudio deberá evaluar si existe suficiente “viabilidad técnica y socioeconómica” para volver a construir la conexión por tren que se cerró hace 38 años entre Astorga (León) y Plasencia (Cáceres). Volver a construir, porque en todo el viejo trazado ferroviario en el mejor de los casos está absolutamente abandonado y destrozado, pero en otros incluso la línea ha desaparecido físicamente. En algunos puntos, en su lugar, ya sólo hay vías verdes o senderos y se han arrasado viejos apeadores o estaciones, todo ello con la activa participación de la empresa pública Adif.
En concreto, según se recoge ya en la Plataforma de Contratación del Sector Público, el presupuesto estimado de licitación es de 967.612,8 euros. Y además cuenta con un plazo de ejecución previsto de 24 meses, es decir, dos años. Es decir, que no será hasta la segunda mitad de 2025 cuando se puedan conocer sus conclusiones. Para entonces, la línea de la Ruta de la Plata cumplirá 40 años cerrada y desamparando a todo el Oeste de España, aquejado por una fuerte despoblación.
En dicho estudio, explican desde el Ministerio, se analizarán un número suficiente de alternativas de trazado diferentes. Posteriormente serán comparadas bajo consideraciones técnicas, económicas, medioambientales y de explotación, dando como resultado de dicha comparativa una alternativa seleccionada u óptima. El estudio de viabilidad contendrá un estudio de demanda elaborado específicamente para esta actuación, así como un estudio de rentabilidad socioeconómica, detallan.
De salir adelante, algunos colectivos empresariales e institucionales han hablado en ocasiones de la cifra de cerca de 900 millones de euros como estimación del coste de su nueva puesta en marcha.
Esta posible, pero todavía no segura, reflotación de la vieja línea ferroviaria cerrada por el Gobierno socialista de Felipe González, obedece a la reciente maniobra de salvación procedente de la Unión Europea. La luz al final del túnel se pudo ver a principios de este año, cuando Europa por fin incorporó dentro de la red global de corredores ferroviarios y de transporte a nivel europeo, la denominada Red TEN-T, a la Ruta de la Plata.
Y eso a pesar de que en primer término el Gobierno había condenado su inclusión hace un año al no reclamársela a la Comisión Europea, justificándose después en un error cometido y rectificando justo a tiempo para blindar su presencia.
A finales de 2017, gobernando en Moncloa el popular Mariano Rajoy, PP y Ciudadanos, todavía votaron contra una propuesta de Unidas-Podemos que sin embargo fue aprobada en el Congreso de los Diputados contra todo pronóstico, al conseguir aunar los votos también del PSOE, PNV y el Grupo Mixto. Más recientemente, la Junta de Castilla y León cogobernada por un pacto entre PP y Vox, ha insistido en exigir al Gobierno que retomara la iniciativa y promoviera el blindaje de la línea ante Europa, como finalmente ocurrió aunque fuera in extremis.