Ana de Miguel: “La cultura de la violación y el abuso sexual busca legitimación en el 'es todo ficción' ”

Ana de Miguel

Abel Aparicio

Ana de Miguel, doctora en filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid y Profesora Titular del Área de Filosofía Moral y Política de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, ha sido premiada por su labor en numerosas ocasiones, entre otros Comadre de Oro otorgado por la Tertulia Feminista Les Comadres del que asegura ser uno de sus mayores orgullos. Autora del libro 'Neoliberalismo sexual. El mito de la libro elección' y de 'Ética para Celia. Contra la doble verdad', libro por el que la entrevistamos.

El libro lo abres con una palabra, ontología

La ontología trata de las distintas formas de ser lo real. Y el ser mujer y el ser varón es definido como formas de ser y estar en el mundo opuestas y complementarias. La biología es distinta y complementaria para la reproducción de la especie, la ontología es cómo se define de forma cultural, sea filosófica o religiosa el ser, generando identidades, casi siempre ordenadas jerárquicamente. Hemos vivido bajo una doble verdad en función de este Ser, lo que era una virtud en las mujeres resultaba un defecto para los varones, con normas morales distintas y hasta un sentido de la vida diferente. Con la gracia añadida de que quienes han definido qué era quién y qué hacía quien han sido solo de un sexo, varones.... Así se ha justificado que eran las propias mujeres las que “elegían” no ser guerreras en la Iliada, ni apóstoles en la Biblia, ni vaqueras en el oeste... Según esta ontología ellas habrían elegido “libremente” estar encerradas en los gineceos en vez de pasear por el Ágora, ser las prostitutas del Salón, ir con velos y burkas, quedarse embarazadas de continuo desde la adolescencia. No parece muy convincente, pero luego te llaman radical por expresar con sencillez estas cosas tal y como han sido.

Dedicas una parte importante a la mitología griega, diferenciando claramente el papel que se le otorga a Zeus y a Hera, como también a Homero y la competición entre Hera, Afrodita y Atenea entre otros apartados. Las lecciones del patriarcado vienen desde muy atrás en el tiempo...

Sí, porque estoy acostumbrada a que los estudiantes echen la culpa de todo a la religión y eso no es cierto, impide comprender otra verdad. La verdad de que la mitología griega, tan bonita, es cruel y despótica con las mujeres. El propio Dios Zeus viola a las jóvenes que le apetece... y le tenemos que reír las gracias, que si es un dios campechano, que si eran otros tiempos... vale, ¿entonces les digo a los pequeños que lean violaciones como algo propio de dioses? Hércules, el héroe por antonomasia asesinó a sus hijos delante de su esposa, luego a ella, tenía una mala tarde. En la Odisea la señora del protagonista se pasa 20 años tejiendo y destejiendo y hasta su hijo la manda callar... Pues se van a quedar de piedra las crías y los críos. Si algo les va a quedar claro es que Ulises está para correr aventuras y crecer personalmente, tener amantes... y ellas, ellas... para ser testigos de sus hazañas. Resumo mucho, la realidad es aún peor: las 3 diosas importantes tirándose de los pelos para ver cuál de ellas es más guapa... Sí, Homero nos tomaba el pelo.

El Cristianismo es otro punto de estudio. Me impactó algo que indicas, todos y todas damos por supuesto que Dios es un hombre. Eso encierra muchas cosas. Del papel de la Virgen, poco más que añadir.

Dios es el concepto supremo de nuestra herencia cultural: es lo más en todos los atributos y cualidades. Aprendemos desde pequeñas que es un varón. Y que se encarnó en otro para bajar a la tierra. Que a su vez buscó 12 varones que le siguieran... ¡Esto sí que debe empoderar a los varones! Lo dice Juanjo Tamayo, teólogo y filósofo: si Dios es un varón el varón se autopercibe como dios, a su imagen y semejanza.

Bueno, al menos le pidió el “consentimiento” a una chiquilla antes de dejarla “en estado” o sea embarazada. Zeus era un dios violador, el dios cristiano en este aspecto representa una mejora. La virgen no pudo hacer casi nada, fue un poco la espectadora de un mundo en que los hombres iban y venían. Y al final tiene que ver morir, sin poder hacer nada, lo que fue el sentido de su vida: ser madre. Qué destino. No me extraña que haya surgido el feminismo, qué pena que no surgiera allí, encabezado por las mujeres de la mitología o la biblia.

La filosofía, que conoces muy bien, ha metido muchos goles a favor del patriarcado. Aquellos y aquellas que la estudiaron y la estudian en el instituto tienen que leer a filósofos como Friedrich Nietzsche (ni me lo toques, dicen tus alumnas).

Si, Nietzsche hace apología de la violencia contra las mujeres y te piden... que no te fijes en eso. Bueno, si quieres comprender el mundo tal vez tú que me das lecciones podías plantearte que para comprenderlo bien tienes que ver que Nietzsche es el uno y el otro. Por un lado son genios, por otro vulgares depósitos de prejuicios sobre las mujeres. Filósofas como Celia Amorós y Amelia Valcárcel lo han mostrado con maestría. Tenemos una relación trágica con la filosofía: los mismos filósofos que nos han constituido con sus conceptos, con su poner orden en el caos son los que nos han señalado nuestro sitio “hacer que nuestras vidas sean fáciles y agradables” decía Rousseau.

A Celia, a quien te diriges para escribir el libro, le dices que la Revolución Francesa fue la 'gran decepción', ¿Por qué?

El enorme problema que tenemos las mujeres para salir de nuestra situación es que los hombres revolucionarios, de izquierdas, también han querido tener esposas que les cuidaran y cuidaran a sus hijos. Los revolucionaros franceses votaron no al voto femenino, no a la educación igualitaria. Y sabían bien lo que hacían, había una fuerte demanda de ciudadanía por parte de las mujeres. Casi dos siglos después las feministas radicales de los sesenta del siglo veinte expresan la misma decepción; fue para ellas “un lento despertar” darse cuenta de que en el fondo los chicos, los líderes antisistema también querían mujeres en las que verse reflejados, cuidados y apoyados. Si acaso con más libertad sexual, pero sin molestar.

Durante la obra hablas de la cosificación de las mujeres. Valen lo que vale su cuerpo según unos cánones impuestos, deben arreglarse, maquillarse, etc. Un hombre puede aspirar a cualquier mujer pero una mujer debe adaptarse a lo que le dicen que puede aspirar.

Hoy estaba leyendo periódicos por internet y hay como un goteo de mujeres (famosas) que se han separado y declaran que “nunca más van a tener pareja”, que “ni locas”, o “que están muy bien solas”. Parece que, sencillamente, no tienen confianza en que su vida vaya a ser mejor con un “compañero” de vida. No veo estas declaraciones en los varones y menos en los que pasan de los 50. Al contrario casi todos están con la cantinela de “mi mujer es maravillosa, sin ella no sería quien soy”... yo más bien leo: “sin ella no haría lo que hago, de todo, programas, libros, conferencias, viajes... ”. Claro que es maravilloso tener alguien que vive para ti y tu proyecto de vida. Ahora bien, ¿tengo que decir ahora, para que me “perdonen” por señalar esta realidad, que conozco muchos varones que no aceptan tener esposas que lo dejen todo por ellos? Pues venga, lo digo; “conozco muchos varones estupendos compañeros y padres”. Pero lo que he señalado arriba es verdad, y no creo que se explique acudiendo al manido “en realidad, todo depende de la persona”.

Hay una película de los años noventa que no había visto hasta este año y que explica mucho sobre el patriarcado, 'Pretty Woman'

Imagino que te habrás quedado sin palabras al verla, estupefacto de que sea una de las películas más respuestas de la historia de la televisión pública. Peliculón: el millonario ejemplar y cuarentón deseado por todas que se enamora de una prostituta, joven que reúne todas las cualidades del mundo en su espectacular cuerpazo de 23 años. Buena persona, simpática, amiga de sus amigas, sencilla, amante de la ópera, se orienta bien por las calles... ¿nos toman por tontas? Si, totalmente, no hay otra explicación, como Homero, qué triste destino el nuestro.

Le das una importancia capital a la pornografía y a la prostitución, englobados ambos por la moral. Si no haces esto eres una mojigata, una frígida. Curiosamente, todo lo que se pide que hagan las mujeres es con vistas al placer del hombre, lo que piensen o sientas ellas poco importa.

Si, los filósofos nos lo han querido dejar siempre claro: la moral, la filosofía moral no tiene nada que pensar sobre la práctica del sexo, ¡ante la sexualidad que se detenga el pensamiento crítico! Pues vamos a desafiar su ancestral autoridad. Nos llaman puritanas para intentar controlar nuestro pensamiento y lo han conseguido durante mucho tiempo. Ahora que podemos pensar y escribir toma el relevo con fuerza el poderoso mundo de la “industria del entretenimiento”: desde Playboy a la pornografía en abierto en los móviles de los chavales el mensaje es claro: el sexo no debe tener límites. Y la cultura de la violación y el abuso sexual busca legitimación en el “es todo ficción, fantasía, los deseo son sagrados”. A las chicas esta industria patriarcal les está animando a que sigan modelos de mujeres públicas, en general jóvenes que buscan éxito que dicen cosas como “ahora somos nuestras propias proxenetas” o “soy puta cuando quiero y cuando quiero no”. En fin, muy bien. El caso es que parecen encerradas con un solo juguete: su putidad, pero debían darse cuenta de que ser puta es algo concreto. No se puede ser “puta” a voluntad, sólo te convierte en puta el otro, en concreto el dinero del otro para acceder a tu cuerpo. Y al final putas serán, como siempre, las jóvenes de países en guerra, como las ucranianas, las hijas de las clases sociales empobrecidas. No me parece bien frivolizar con la prostitución a la que están abocadas estas crías y a las que pueden acabar follando los padres, hermanos y amigos de las de “que se prostituya solo la que quiera”.

Hace unas semanas vi una obra de teatro en la que un representante le decía a un futbolista que se buscase una novia para que le diera estabilidad a su vida. Esto lo señalas en el libro, la mujer al servicio del hombre, una y otra vez.

Si, parece que todo futbolista tiene su esposa para que él se concentre feliz en su profesión y al tiempo tenga varios preciosos chiquitines rondando cuando triunfante o “derrotado” regrese a casa. A veces pareciera que solo los futbolistas están reproduciendo con buen ritmo a la humanidad en países como el nuestro. Ellas abandonan sus proyectos para acompañarles a que vivan con intensidad el suyo. Pero lo mismo les sucedes a muchos científicos, directores de orquesta, tenistas: siempre hay una mujer dispuesta a seguirles o a guardar el fuego de su hogar mientras ellos viajan por el mundo. Como Ulises y Penélope, ni más ni menos. A menudo encuentran una segunda cuando la primera ya ha llegado a los 50. Tienen un aire a Drácula en lo de renovarse con sangre jovenzuela. Mira, a propósito, la artista audiovisual Yolanda Domínguez ha iniciado una campaña para encontrar una mujer de 60 años que acompañe a George Clooney en su nuevo anuncio de cafeteras. Es un bello gesto por su parte, pero no lo van a tolerar: colocarle junto a una mujer de su edad haría emerger la suya. Una joven al lado le rejuvenece.

Hay frases de músicos, como esta de Leonard Cohen, “póngame media tonelada de mujeres”, que son terribles, por decir algo suave. ¿Te animas a recomendarnos una película y una canción que vislumbre algo de luz ante ese aluvión de mensajes machistas y que ayude, como le dices a Celia, a estar preparadas?

Toda cantante que canta vestida y no se retuerce por el suelo o alrededor de una barra es un buen comienzo, interesante, el modelo de alguien que no se somete a la ley del mercado, la ley del “muéstranos tus carnes y dinos cuánto te empodera, libera, dinos lo malota y zorra que eres y etc, etc, etc...”. Las grandes roqueras así han sido, gente que canta de pie y en general con ropa: Suzi Quatro, Patti Smith, Annie Lennox, Luz Casal y las no roqueras también como Nina Simone, como Mercedes Sosa, son tantas, como Amparanoia entre muchas otras. Por sacar el tema reciente de Eurovisión Rigoberta Baldini me parece muy interesante, su canción “Quiero ser una perra” no tiene nada que ver con ese auto prostituirse del que hemos hablado y me parece que encierra una gran ironía: querer ser una perra porque eres humana, para poder dejar un poco la continua autoconciencia de “Ser”, con sus ilusiones y miedos, siempre proyectadas al futuro y relajarse un poco. Y luego, que haya hecho una canción para las mamás me conmueve, me transporta a mi condición de hija, aquella infancia de la mano de mi madre y soltándome de ella. Y me gusta su punto de ironía, que te permite secarte las lágrimas y al tajo, con cierta alegría. Sé que la canción no le ha gustado a compañeras que admiro y de las que siempre aprendo. No pasa nada, no es posible coincidir en todo. Otra cosa es hablar de las posiciones teóricas y políticas que nos unen, que no es una cuestión de gustos, ni mucho menos. Las ideas, los conceptos, las políticas... siempre tienen consecuencias y las hay buenas para la humanidad y las hay nefastas.

Películas, por decir una que cito en el libro: Viaje al cuarto de una madre, de Celia Rico. Veo que aquí salen mucho las madres, pues mira, igual ya era hora, ¿no? Si las mujeres no son madres el mundo se acaba mañana. Igual es una opción interesante, pero aun así, si hemos llegado hasta aquí tu y yo, si estamos conversando, es porque las mujeres, igual no todas pero sí muchas han tenido hijas e hijos. No parece una verdad insignificante, habrá que darle una vuelta.

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