El acusado de matar a su hermano en Cacabelos en noviembre de 2011 asegura no ser el autor de los hechos

Carlos S. Campillo / ICAL La Audiencia Provincial de León juzga a un hombre por la muerte a puñaladas de su hermano, ocurrida a finales de 2011 en Cacabelos

S. Gallo/Ical

El octogenario acusado de matar a su hermano en noviembre de 2011 en Cacabelos se acogió hoy a su derecho a no prestar declaración ante la Fiscalía, pero sí respondió a las preguntas de su abogado, momento en el que dijo no ser el autor de las acusaciones que pesan sobre él. Durante la primera jornada del juicio oral, Paulino González explicó brevemente los viajes que realizó en los días posteriores a los hechos y que le llevaron a Brasil hasta que regresó a España en junio de 2012, donde fue detenido.

Tras la composición del jurado popular que se encargará de determinar los hechos, se dio comienzo a la vista oral, en la que la representante del Ministerio Fiscal explicó que el acusado está aquejado de un trastorno delirante crónico de perjuicio por el que cree que cualquier persona, y en especial su familia, quiere matarlo y por el que atribuía a su hermano la jefatura de una banda terrorista.

La fiscal recordó que el acusado reconoció los hechos hasta en dos ocasiones, en el momento de la detención y ante la declaración que prestó ante el juez en Ponferrada y fija la muerte de Antonio González el 23 de noviembre de 2011. Para el acusado pide una pena de 15 años de internamiento en un centro psiquiátrico por un deleito de homicidio con la eximente completa de trastorno mental y el agravante de parentesco.

Según la Fiscalía, el acusado recibió una llamada de su hermano, el 18 de noviembre de 2011, para que fuera a recoger una carta a su domicilio, algo que hizo el 23 de noviembre. Ese día, y cuando se disponía a salir de la vivienda de su hermano, le propinó 23 puñaladas en el tórax y en la zona abdominal con tal violencia que el cuchillo empleado para ello se rompió, el mismo destino que corrió una navaja utilizada posteriormente.

Un par de días después, el acusado viajó a Salamanca, donde se hospedó dos noches, antes de dirigirse al aeropuerto de Barajas, donde permaneció dos días hasta que viajó con uno de sus hijos a Brasil, donde tiene familia y donde ha residido 50 años, según reconoció el acusado en la vista oral. Aunque estaba previsto que regresara a España a principios de enero, tan sólo volvió su hijo y él continuó en el país americano hasta el mes de junio porque, según explicó, tenía “cosas que arreglar”.

Por su parte, la defensa reconoce que se trata de un asunto “plagado de oscuridad y contradicciones” y alega que los informes de los técnicos fechan la muerte entre los días 26 y 29 de noviembre, días en los que el acusado no se encontraba en Cacabelos, además de que varios testigos reconocieron haber visto a la víctima durante estos días. Por ello se solicita la libre absolución o, si se confirma la autoría, un internamiento en un centro psiquiátrico por un periodo de cinco años dado que el acusado habría actuado en un estado de “extrema obcecación y pánico” como consecuencia de la enfermedad mental que padece.

Entre los testigos que intervendrán en la vista oral se encuentran varios vecinos, los hermanos del acusado y la víctima, uno de los hijos del acusado, agentes de la Guardia Civil que han llevado a cabo la investigación y varios peritos. También se requirió la declaración del titular del hostal de Salamanca en el que se hospedó el acusado entre los días 24 y 26 de noviembre de 2011.

Durante su declaración, que se llevó a cabo mediante videoconferencia, el responsable del establecimiento confirmó las fechas del alojamiento del acusado y negó haber echado del hostal al acusado, aunque sí reconoció considerar que se trataba de una persona que “no estaba bien de sus cabales”. Explicó además haber visto al acusado “un tiempo después” cuando regresó a la cafetería del establecimiento para tomar un café, donde mantuvieron una conversación “un poco extraña”, concluyó.

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