Ábalos: el rabadán, el pastor y la oveja esquilada

El alcalde de León, José Antonio Diez, saluda al ministro Ábalos. // Peio García / ICAL

Máximo Soto Calvo

Al señor Ábalos, ataviado con chaleco amarillo, y a un grupo de otros cuatro señores y una dama, en naranjito atuendo que los diferenciaba, los hemos podido ver respaldados por un paredón (dicho sin connotación alguna), frontón de cantos, en realidad una muralla romana reconstruida sobre la que revotaban las palabras de nuestro alcalde legionense precisas y oportunas, un dato ya para la historia... que nos muestra un camino.

José Antonio Díez, bien afianzado ante un atril, “calentaba las orejas”, en especial al Ministro, enumerando las carencias y demandas legionenses fruto de la incomprensión gubernamental (transporte...) y a la Junta autonómica siempre cicatera con León tanto en directo como en diferido. Esto venía a cuento dado que no había querido ir, para no escucharlas, al Consistorio legionense. ¡Todo un desaire! Por lo que el alcalde se las cantó en la calle, yendo en plan Mahoma a la montaña, pero a ritmo popular firme. Esa es la senda a no olvidar... en las urnas.

Ábalos pesa en el gobierno, pero más en la consideración personal Sánchez. Óscar Puente, el alcalde de Valladolid, la ciudad del centralismo autonómico feroz, también goza de parecida consideración del presidente del Gobierno y del PSOE, que no puede olvidar la ayuda firme de ambos en su carrera hacia la presidencia partidista, en ese caso de limpia ejecutoria.

Con tal telaraña tejida, León y lo leonés, no pasan de ser moscas atrapadas de las que se nutren ahora descaradamente. En ellos y en los políticos leoneses colaboracionistas, predomina el partidismo sobre el bienestar ciudadano, casi como norma establecida aunque no escrita, la que nuestro corregidor, todo pundonor y firmeza, lejos de aceptar se decanta como mandatario fiel de la ciudadanía leonesa.

Venir de Madrid a la provincia leonesa, empezar por El Bierzo, marcando diferencias antes de llegar a la capital leonesa, lleva implícita claramente la insana intención de ningunear en lo posible al alcalde por su postura defensora de autonomía leonesa diferenciada. Nos muestra el juego político que ya desde largo busca la minoración leonesa por debilitamiento, y la supeditación a Castilla, haciendo abstracción plena de nuestro derecho constitucional.

Sánchez ignora a León, pero no a los nacionalistas

El gobierno Sánchez, que toma en consideración las diferencias catalana, vasca y gallega, en especial, porque las necesita como apoyo, ignora a León, a la Región Leonesa como tal, porque no somos nada y vamos caminos de ser menos. A su gobierno han llegado bastante más que rumores del agravio socioeconómico infligidos a los leoneses en una autonomía impuesta, que además corta nuestra historia. Gobierno que no admite (ni se lo plantean) tomar, ni tan siquiera como trámite político, un principio de diálogo esclarecedor.

Puede que el pueblo no hayamos sido capaces de comprender que nuestro silencio, “el de los corderos”, nos hace cada día más frágiles y da fuelle al impostor anexionista fortalecido por el gobierno central. Veámoslo tal como es: ¡Cada día es más urgente salir del bucle! Lexit.

De visita en la Diputación, Ábalos, para desestabilizar más, canta las excelencias de la gestión del presidente Morán, quien, por cierto, ha de explicar su preocupación por lo leonés. ¿Dónde se puede ver o se ha hecho notar? Y de paso a la ciudadanía nos trata de aplicar una virtual lameretada empalagosa con aquello de no entender España sin León. Una manifiesta falacia en su boca, aunque no sea más que por el maltrato de su transporte/ocupación ministerial que ni en viales, ni en raíles, ni en tranvías, nos ayuda, muy al contrario contribuye a borrarnos del noroeste peninsular, geográficamente nuestro, para que traguemos que los Puente y compañía lo lleven al triángulo Valladolid/Palencia/Burgos. ¡Nos sacan de todos los mercados! En ello están Tudanca y Cendón, no lo olvidemos.

Legionenses, leoneses en general, fijémonos en la marginación, hecha a José Antonio Díez, tomémosla como personal, pues en su imagen nos la ha infligido a todos. ¡Ábalos nos ha tomado el pelo! ¡No ha traído más que palabras hueras! ¡Ah! Y malos gestos.

Etiquetas
stats