La ULE estudia una bacteria capaz de separar el arsénico del agua

DiCYT

Debido a la sobreexplotación de los acuíferos y a determinadas prácticas industriales, el arsénico es un elemento que durante los últimos años se ha detectado frecuentemente en el agua. Una tesis doctoral, radicada en la Facultad de Biología de la Universidad de León y firmada por Almudena Fernández Villadangos, ha estudiado los genes y proteínas implicados en el mecanismo de resistencia a arsénico de una bacteria denominada Corynebacterium glutamicum, la cual sería capaz de separar este elemento del agua. El trabajo ha sido galardonado por la Real Academia de Doctores de España con el premio Juan Abelló Pascual II como la mejor tesis doctoral en Bioquímica de España.

La tesis doctoral se cimentó en el análisis de unas proteínas del arsénico denominadas arsenito permeasas y arseniato reductasas. “Me basé en el análisis de las proteínas arsenito permeasas, las cuales participan en esta bacteria en la liberación del arsenito al exterior. También estudié unas proteínas que se llaman arseniato reductasas, que actúan en la reducción del arseniato en arsenito”, ha detallado Fernández en declaraciones a DiCYT.

El estudio recoge además el análisis de acumulación de arsénico en bacterias mutantes con el objetivo de aplicarlas en futuros procesos de biorremediación. Estos consisten en la eliminación de contaminantes del ambiente, en este caso el arsénico, a través de la utilización de algún organismo, como en este caso la Corynebacterium glutamicum.

Arsénico en el agua

El arsénico se puede encontrar en el agua como consecuencia de la disolución del mineral donde se encuentra presente de forma natural en el suelo o del vertido de productos procedentes de industrias. Este elemento podría separarse del agua contaminada mediante unos biorreactores en los que se ubicarían las bacterias. “Al pasar el agua contaminada por el reactor, donde se encontrarían las bacterias, éstas retendrían el arsénico, y por el reactor saldría el agua limpia, es decir, libre de arsénico”, una sustancia química extremadamente tóxica cuya pequeña ingesta por el ser humano puede causarle efectos crónicos.

La investigadora ha incidido en que cuanto más tiempo dure el contacto entre este microorganismo y el elemento más efectiva será la acción de purificación del agua. Ha matizado, aún así, que pasada la hora de este contacto las bacterias no pueden acumular más arsénico, puesto que llegan a su punto de saturación y deben de ser sustituidas para recuperar la efectividad del tratamiento del agua. En los experimentos llevados a cabo en el laboratorio, Fernández ha afirmado que no han detectado que estas bacterias lleguen a morir por el contacto con esta sustancia.

Bacterias saprófitas

Las bacterias del género Corynebacterium son saprófitas, es decir, se nutren y obtienen su energía de los residuos procedentes de otros organismos. Éstas se encuentran en muchos ambientes y han sido utilizadas para procesos como la fabricación de antibióticos. Dado que están en el medio ambiente, a la hora de iniciar la investigación se planteó la posibilidad de que pudieran ser resistentes a diferentes tóxicos y se experimentó con el arsénico “debido al auge que ha alcanzado en los últimos años”, ha incidido.

El microorganismo utilizado en la investigación es muy parecido al que causa la enfermedad de la tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis), por lo que su estudio podría servir para hallar en el futuro posibles tratamientos para esta patología contagiosa, la cual sigue causando un número considerable de muertes en el mundo.

El trabajo premiado Real Academia de Doctores de España ha estado dirigido por Luis Mariano Mateos y José Antonio Gil, investigadores del Departamento de Biología Molecular, perteneciente a la Facultad de Biológicas, de la Universidad de León.

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