Un trabajo de investigación desarrollado por José Antonio Gutiérrez Bravo sobre la “Viabilidad y potencial de la captura de metano en las cuencas carboníferas de Castilla y León”, revela que existe un potencial total de más de doce mil millones de metros cúbicos de recursos CBM, (coal bed methane o gas de capas de carbón), que al precio actual del mercado energético supondrían una cantidad de 2.827 millones de euros. Se trata de una tesis doctoral que fue dirigida por el profesor Manuel José Camino Llerandi, del Departamento de Tecnología Minera, Topográfica y Estructuras, y que fue defendida el pasado 27 de mayo en la Universidad de León.
El carbón en su proceso de maduración (carbonización) genera un gas, principalmente formado por metano, que puede ser aprovechado como fuente energética alternativa a otras que se utilizan en la actualidad. El CBM es un recurso poco conocido en España, y a nivel mundial las mayores reservas se encuentran en Rusia, Canadá y China.
El trabajo desarrollado por Gutiérrez Bravo presenta un punto de partida para fomentar el desarrollo de este recurso en la comunidad autónoma de Castilla y León. Para ello ha llevado a cabo una extensa revisión teórica, que engloba todos los factores susceptibles de influir en el desarrollo de un proyecto de este tipo, y realiza una valoración económica para conocer cuál es la cantidad de gas extraíble de manera rentable.
Las conclusiones obtenidas han servido para desarrollar un método de valoración de la rentabilidad CBM a partir de cuatro parámetros básicos de las capas de carbón, como son: el rango, la potencia, la cantidad o concentración de gas por tonelada, y la permeabilidad.
Nuevas tecnologías de extracción de metano
El Coal Bed Methane (CBM) es una fuente de energía de baja contaminación, ya que es el combustible fósil cuya combustión genera menor cantidad de CO2 por KWh de energía eléctrica generada. En opinión de González Bravo, ofrece también la ventaja de “diversificar el mix energético nacional”, y además “su utilización a una escala rentable reduciría la dependencia energética del exterior, que ronda actualmente el 80%”.
Con el aprovechamiento de este gas, que actualmente se emite a la atmósfera, se conseguiría una reducción importante del efecto invernadero y además se podría combinar la recuperación del CBM con la inyección y almacenamiento de CO2, “con lo que se conseguiría una tecnología totalmente limpia”.
La utilización del metano como fuente de energía también sería beneficioso porque permitiría a España acercarse más a los objetivos del Protocolo de Kioto, al tiempo que mejoraría la seguridad en la minería, y podría potenciar el desarrollo socioeconómico de las zonas mineras.
La extracción del GBM se realiza mediante la fracturación hidráulica. Se trata de un procedimiento similar al que se emplea para la obtención de gas natural por 'fracking', mediante la fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos). Para extraer el gas atrapado en la roca se utiliza una técnica de perforación mixta: en primer lugar se perfora hasta 5000 metros en vertical y después se perfora varios kilómetros en horizontal (de 2 a 5). Entonces se inyecta agua con arena (98%) y una serie de aditivos químicos (2%) a gran presión. Esto hace que la roca se fracture y el gas natural se libera y asciende a la superficie a través del pozo.
En el caso del metano de capas de carbón, las perforaciones son mucho menos profundas (por debajo de los 1500 metros), y también son menores los aditivos químicos, lo que reduce los posibles problemas asociados a este tipo de explotaciones.