Un estudiante de la ULE impulsa a través de una beca Ralbar la creación de un Banco de Tierras en la cuenca del Torío

Julián Silván Caballero, estudiante de la Universidad de León beneficiario de una beca Ralbar.

Agencia ICAL

Julián Silván Caballero, estudiante del doble Grado de Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de León (ULE), llevó a cabo durante los meses de julio y agosto un proyecto titulado ‘Banca de Campares del Torío’ (Banco de tierras y manejo tradicional de los prados de la cuenca del Río Torío), en el marco de las Becas Ralbar 2024, convocadas por la institución académica con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell.

El propósito de estas ayudas es fomentar que los jóvenes se impliquen en la búsqueda de opciones para un desarrollo sostenible en los entornos rurales y que adquieran una conexión emocional con ellos concibiéndolos como lugares en los que poder desarrollar posibles iniciativas de futuro, en los ámbitos laboral y vital.

El proyecto de Julián Silván se desarrolló en la cuenca del río Torío, zona con un gran valor natural y agroecológico, que atraviesa una situación delicada ya que la despoblación del medio rural, el descenso del número de ocupados del sector primario y el minifundismo han provocado el abandono de los terrenos debido a la ausencia de recursos materiales y económicos, lo que, de acuerdo con el estudiante de la ULE, “pone en peligro tanto el valor natural de la zona como el propio terreno al ser más propenso a incendios”.

La puesta en marcha de un Banco de Tierras buscó facilitar el acceso al mercado de fincas rústicas, ya sea mediante la compra-venta, arrendamiento o aparcería, de personas que se quieran dedicar al sector primario. Para ello, se han realizado diferentes reuniones con habitantes de la comarca para la recogida de información, tanto de interesados en vender o arrendar sus terrenos, como de quienes deseaban acceder a ellos para su explotación.

El objetivo fue que el Banco de Tierras se constituya como un medio seguro, fácil y rápido para establecer la relación entre oferentes y demandantes de terrenos, ofreciendo modelos y ayudas con el fin de facilitar la tramitación de la burocracia previa a la transacción, al igual que el desarrollo de la misma.

El trabajo llevado a cabo se desarrolló con la colaboración de la Asociación Consejo Cuenca del río Torío, que agrupa a 22 comunidades de regantes de la zona que valoran como recursos indispensables el agua que corre por el río Torío y las tierras aledañas. El colectivo aportó sus recursos materiales y conocimiento de la zona para ofrecer un banco de tierras que sea acorde a las necesidades de la cuenca.

Julián Silván Caballero explica que también buscó “fomentar y valorar diferentes tradiciones respecto al trabajo de los terrenos, formas de regadío y su delimitación, mediante programas de etnoeducación y etnopedagogía, y talleres para la confección de sebes y setos vivos”.

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