Visto bueno ambiental para la explotación de una de las graveras en tramitación en Ardón
La Junta ha emitido una declaración de impacto ambiental favorable a la autorización para explotar una gravera en Ardón. Se trata, concretamente, de la denominada 'La Cuesta', uno de los varios proyectos promovidos en este municipio leonés por la firma Graveras Valencia y que actualmente se encuentran en fase de tramitación (hace unos días salió a información pública 'El Linde'). El visto bueno, no obstante, se encuentra condicionado al cumplimiento de una serie de medidas preventivas, correctoras y compensatorias, según publica en su edición de este jueves el Bocyl (Boletín Oficial de Castilla y León).
El proyecto consiste en la explotación de gravas, arenas y zahorras para la construcción en una parcela con una superficie de 3,65 hectáreas. Los materiales que se extraigan serán trasladados hasta una planta de lavado y clasificación de áridos propiedad de la propia empresa promotora. Allí serán sometidos a procesos de lavado y clasificación en tamaños comerciales para su posterior venta. Y una pequeña parte de la producción podrá ser vendida como zahorras.
Tras analizar la iniciativa, el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta emite su visto bueno, condicionado eso sí al cumplimiento de medidas preventivas, correctoras y compensatorias, así como de las normas urbanísticas vigentes y otras normativas que pudieran afectar a su ejecución.
Así, la declaración de impacto favorable precisa que el promotor no podrá usar ni la vía pecuaria ni el bosque ribereño como zona de acopio de materiales o como área de estacionamiento de maquinaria. También deberá señalizar el perímetro de la explotación y sus instalaciones.
“Los suelos, conforme vaya avanzando el proyecto, deberán retirarse de forma selectiva, reservando la capa de tierra vegetal, para su acopio y posterior utilización en la restauración”, reza otro punto de la declaración antes de advertir sobre posibles impactos paisajísticos: “Se recomienda ejecutar una plantación vegetal perimetral en el cerramiento de la explotación para disminuir la visibilidad del vallado, ocultar la instalación y mejorar su integración paisajística”.
La publicación este jueves en el Bocyl abre un plazo de cuatro años para comenzar la ejecución del proyecto o la actividad. De transcurrir ese tiempo sin arrancar la iniciativa, la declaración de impacto ambiental perderá su vigencia.
