Los vecinos consiguen rescatar un corzo de la 'trampa mortal' del Canal de Arriola pero continúan ahogándose por decenas

Tras imágenes distintas de la recuperación del corzo que había caído al Canal de Arriola de León.

Carlos J. Domínguez

Por enésima vez, el Canal de Arriola en la provincia de León se convierte en una 'trampa mortal' para numerosos animales salvajes, sobre todo corzos, por la persistente falta de protección y medidas por parte de las instituciones públicas responsables, por un lado la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) del Ministerio para la Transición Ecológica y por el otro la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

El episodio vivido en la mañana de este martes 14 de mayo ha sido, al menos en uno de los casos, una historia con final feliz. Eso sí, por los pelos. Han tenido que ser unos vecinos del pueblo Santibañez de Porma, uno por los que pasa cerca el canal de riego cercano a los ríos Esla y Porma, a través de las comarcas del Condado o la Sobarriba, los que se han jugado el tipo para conseguir rescatar a un ejemplar de corzo.

En un paseo por las inmediaciones, comprobaron cómo el animal estaba a punto, como tantos, de encontrar una muerte segura por hipotermia en las gélidas aguas de este canal leonés o bien a causa de las heridas graves que se provocan a sí mismos intentando sin éxito salir del empinado canal de hormigón del que la propia Confederación admite de manera oficial que ninguno consigue salir con vida, ni siquiera por algunas plataformas de escape instaladas.

Los vecinos han hecho uso de una cuerda para conseguir atrapar al corzo marcho y han tenido la destreza o la fortuna de que el animal se haya enganchado, de manera que pudieron arrastrarlo hacia la orilla y alzarlo fuera del canal. Como se observa en el vídeo que reproducimos abajo, el ejemplar se ha quedado largos minutos exhausto e hipotérmico, tratando de sobreponerse al esfuerzo y las condiciones del suceso, hasta que por fin ha recuperado un poco y ha emprendido la huida.

Sin embargo, al mismo tiempo los vecinos pudieron comprobar cómo la propia corriente del canal arrastraba otros dos ejemplares de corzo que ya se encontraban y por los que nada se podía hacer ya. Hay que recordar que, sólo con el cómputo oficial que durante años CHD negó públicamente pero que al final tuvo que desvelar ante un expediente del Procurador del Común (defensor del pueblo de Castilla y León), el ritmo de muertes de fauna salvaje de los dos últimos años se cuenta por unos 70 ejemplares de media.

El Procurador exigía tanto a la Confederación como a la Consejería de Medio Ambiente la adopción urgente de medidas para poner freno a esta sangría de ejemplares salvajes muertos, a través de la máxima coordinación entre ambas instituciones, si bien a pesar de compromisos previos de inversión, CHD relega una solución global a este grave problema al menos hasta que se ejecute  la modernización de riego del Alto Porma, que tardará como poco dos años y que ya contempla el vallado mayoritario de sus 32 kilómetros de recorrido.

Pese a la pequeña historia con final feliz, lo cierto es que este mismo martes han aparecido aguas abajo, en el aliviadero de Paradilla de la Sobarriba, un total de seis cuerpos de corzos muertos, una escena demasiado habitual. El cúmulo de cadáveres se ha producido nuevamente en el transcurso de las últimas horas y, como tantas veces en época de riego, ahora tendrán que ser retirados por la empresa contratada para estas labores por la Confederación.

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