Dos días de orgullo histórico e intensa fiesta medieval en la Batalla de Villadangos 2022

Una imagen de la recreación de la Batalla de Villadangos, que cada año reúne más expectación y turismo. / ICAL

Donde hubo batalla, fiesta. Donde sufrieron dos bandos enfrentados por el futuro del Reino de León, memoria y honores. La recreación de la historia medieval leonesa que acabó en un imperio, y en uno de sus escenarios más importantes, es la excelente excusa que cada año desde 1999 se convierte en un reclamo turístico de primer orden en Villadangos del Páramo, allí donde tuvo lugar la contienda definitiva: la Batalla de Villadangos.

En dos intensos días de todo tipo de animaciones y atractivos, el sábado 13 y domingo 14 de agosto se rememorará aquel sangriento enfrentamiento armado que forjó en el siglo XII la historia de España. Habrá de todo y todo con un mimo exquisito, gracias al impulso del Ayuntamiento de Villadangos, a la la Asociación Cultural Vltreia, a la Junta Vecinal de Villadangos y a todos y cada uno de los vecinos de la localidad paramesa.

En ese todo se incluyen, como viene siendo habitual y atrayendo a miles y miles de visitantes, desde la recreación de la batalla que da nombre a la fiesta hasta la posterior concesión del pendón concejil, un animadísimo mercado medieval, torneos entre caballeros, bailes de la época, una opípara cena medieval el sábado 13, desfiles, música y mucho más.

Una épica historia

En el año 1111 Alfonso I de Aragón, 'El Batallador', y la reina Urraca I de León, su esposa, y en su nombre un buen puñado de nobles gallegos, mantuvieron un cruento enfrentamiento en tierras leonesas.

La soberana regresaba de Galicia después de haber tomado la ciudad de Lugo. Se dirigía con firmeza a León, la capital del reino, encabezados por el obispo Gelmírez, para conseguir sentar en el trono al hijo de ella, Alfonso VII. Pero no lo iba a tener fácil: en la villa de Villadangos esperaba a las tropas regias su ex esposo, Alfonso I, con la intención de sorprenderles en una emboscada.

El lugar era lo que hoy es el barrio de la Estación de Villadangos y corría el año 1.111. Las fuerzas de Alfonso eran muy superiores, y no sólo en tropas, a las de su antigua esposa Urraca, pero las huestes de ella se emplearon también con fiereza. La lucha fue encarnizada y el color de la sangre derramada hizo que a la covtienda de Villadangos se la conociera hasta nuestros tiempos como 'La matanza'.

La orden final era asesinar al hijo de Urraca, Alfonso VII. Pero no fue así. Quien acabaría siendo rey de León y a la postre Emperador de toda la Hispania cristiana, gracias a sortear terribles avatares consiguió salir con vida y refugiarse con su madre en Orcellón (Galicia). Por eso, años más tarde, ya al frente de la corona, Alfonso VII regresó a la localidad para recordar el sacrificio hecho en Villadangos y entregar el pendón. El perdón que hoy luce en Villadangos en recuerdo de la épica batalla que fue vital en el futuro del Reino de León.

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