El Empotrado de Mansilla de las Mulas, espía de las murallas y escondite del río Esla

El Empotrado. Mansilla de las Mulas. Imagen de Aclamv photographer.

Marta Cuervo

Puede pasar desapercibida, aunque cualquiera que haya pasado un verano en Mansilla de las Mulas guardará buenos recuerdos de esta zona de baño, escondida para quienes no han compartido el secreto de El Empotrado.

A unos 20 minutos de la capital leonesa, albergada bajo el puente medieval que da acceso a la villa desde la carretera, el río Esla ofrece la tregua perfecta al calor de los días más intensos, con agua fresca y el descanso ideal para todos aquellos que quieren huir de la ciudad y disfrutar de la naturaleza que regala este bonito lugar.

Pero quizás su principal atracción es la cuerda que cuelga de uno de los árboles de la ribera, desde donde los más atrevidos se lanzan al agua, aprovechando la poza que coincide con el salto, de unos tres metros de profundidad. Para la hazaña, el árbol cuenta con tablones de madera a modo de peldaños, colocados a diferentes metros, y que ofrecen distintas alturas dependiendo de la destreza del bañista. Hay quienes también saltan desde algunas de las piedras de la muralla, salvando desniveles de hasta cuatro metros.

El Empotrado. Mansilla de las Mulas. Imagen de Aclamv photographer.

Lugar privilegiado, espía de las murallas y escondite del río

El Empotrado está enmarcado por las piedras que moja el afluente más caudaloso del río Duero, el Esla, y quizás por este motivo y por la forma de remanso que crea amainando la corriente recibe su nombre. Además, también existe un pequeño espacio para dejar la toalla, sentarse y relajarse a la sombra, desde donde contemplar la vista de los lienzos y cubos de la antigua muralla que aún perduran y que rodeaban la localidad leonesa con el sonido de fondo del río y su fauna.

Los menos experimentados y los niños también disfrutan en El Empotrado de Mansilla de las Mulas de anchas orillas y una zona de poca profundidad, de unos 40 centímetros, a la que se accede fácilmente.

Peregrinos curiosos que descubren el secreto

Debido al paso obligado de los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela, es posible descubrir a los caminantes más despiertos disfrutando de este espacio natural. El puente medieval, que data del siglo XII, y que atraviesa el Esla en Mansilla supone la vía de salida para quienes peregrinan hacia tierras gallegas. Se trata de una construcción de piedra estructurada en ocho ojos, en forma de bóvedas de cañón, con una longitud total de 150 metros. Desde este puente, que fue reconstruido en 1573. También se puede apreciar una atractiva vista, incluso se adivina el encanto de El Empotrado, y el árbol con la cuerda protagonista de la diversión.

El Empotrado. Mansilla de las Mulas. Imagen de Aclamv photographer.

¿Cómo llegar?

El Empotrado se encuentra a la entrada de Mansilla de las Mulas, en el semáforo antes de cruzar el puente de acceso a la localidad. A la derecha se abre un sendero en bajada –para realizar a pie- con un camino que finaliza en esta zona de baño.

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