El histórico final de la caza en el Parque Nacional de Picos deja un gran agujero económico a los pueblos de León

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Desde este fin de semana ya no se escucharán sonidos de lucha del hombre contra el animal, al menos en su faceta deportiva, en un amplio territorio de la provincia de León.

Es el histórico momento en el que, después de leyes, normas y prórrogas que parecían interminables, ha llegado el fin efectivo y real de la caza y las subastas de jabalíes, rebecos, corzos o lobos, como en único sitio donde se mantenían estas prácticas: en el corazón leonés del Parque Nacional de Picos de Europa.

La última batida, que se había subastado en mayo, todavía en plena pandemia de coronavirus, fue una de montería de jabalí el 3 de diciembre. Tuvo un precio de salida de 1.050 euros. Una cifra que es la punta de un iceberg económico que afectará de lleno a las arcas de los ayuntamientos y los pueblos de Posada de Valdeón y Oseja de Sajambre, los dos únicos íntegramente incluidos en un Parque Nacional en toda España, y que le sacaban a la actividad cinegética un rendimiento esencial en lo monetario, posiblemente el mayor de todos, por encima del turístico.

Para hacerse una idea de lo que perderán ambos municipios, así como el Concejo de Valdeón que integra a seis pueblos, y las junta vecinales de Caín y de Santa Marina del Valdeón, revisemos dos cifras. Una, los 126.450 euros por los que se subastaron el último centenar de piezas animales del cuartel de los cuarteles de Oseja de Sajambre, La Una, Liegos, Anciles, Boca de Huergano y Vegacerneja. 35.200 sólo los recaerían en Sajambre, como mínimo. Un dinero íntegro para las arcas municipales.

La segunda cuantía son la friolera de 36 millones de euros de indemnización 'para la saca' que Posada y Oseja sacarían si consiguieran para sus 24.000 hectáreas de terreno en el Parque Nacional la misma cantidad que pactó en su día Amieva con el Ministerio de Medio Ambiente por ser el último reducto asturiano de la caza en suelo altamente protegido. Porque para sus 1.600 hectáreas, se embolsaron 2,4 millones.

De 36 (posibles) millones a cero céntimos

Pero para los leoneses no hay acuerdo. Y por tanto, no hay un céntimo. Tres años han pasado desde el inicio de la última prórroga que concedió el Gobierno del PP para aplicar la Ley que decretaba el fin de la caza y en todo este tiempo ni el Gobierno de esa misma formación dirigido por Mariano Rajoy ni ahora el socialista de Pedro Sánchez han negociado cifra alguna. Los disparos se acallan, las subastas se acabaron, pero su silencio no lo tapa el dinero. Una amarga queja de años tanto de Tomás Alonso como de su colega Jaime Mendoza, dos veteranos en Posada y Oseja.

La Ley de Parques Nacionales promulgada en 2007 prohibía ya los aprovechamientos cinegéticos, los forestales y la pesca en los parques nacionales. Pero para que sus municipios pudieran adaptarse a esta prohibición ya se otorgó una moratoria de diez años. Y antes de esa fecha, en 2014, ya se volvió a estirar el plazo exactamente hasta este 4 de diciembre. A la entrada en vigor por fin de tales restricciones, el Gobierno -que no la Junta-, debería indemnizar a los propietarios de los terrenos.

Los regidores sí han hecho las cuentas, pero en vano: la mayor parte de las juntas vecinales dejarían una media de 50.000 euros directos al año de beneficio en Oseja de Sajambre y otros 60.000 en Posada de Valdeón con las subastas de las piezas en la reserva. Pero habría que sumar lo que supone para la hostelería, donde duermen y comen los puede que 2.000 cazadores que cada año venían a disparar al lado leonés del Parque Nacional de Picos.

En la cuenta hay habría que tener en cuenta que Oseja es el municipio que menos espacio cinegético aportaba: 8.000 hectáreas. El resto se correspondía a Posada de Valdeón, de las cuales 12.000 eran a beneficio de los seis pueblos del Real Concejo. Hace ya muchos años, rememoran, se les llegó a oponer sobre una mesa de negociación el doble de los más de 10.000 millones de pesetas que en un año sacaron con las subastas de los animales. Pero los vecinos de los pueblos votaron que no.

Caza en el futuro sí, solo para control poblacional

¿Significará esto que esos vecinos no podrán seguir cazando? Pues quizá no. El esperado Plan Rector de Uso y Gestión (Prug) del Parque Nacional de Picos de Europa, aprobado inicialmente y espera inminente del visto bueno final y su entrada en vigor, contempla que sí seguirá haciendo caza. Pero sólo para controles poblacionales de las especies cinegéticas, mediando siempre informes técnicos muy precisos, y prioritariamente empuñando las armas los celadores de la Junta de Castilla y León. Sin embargo, ese Prug a día de hoy permitiría incorporarse a cazadores locales, pero jamás sacar rendimiento económico de ello.

Definitivamente, este fin de semana algo ha cambiado para siempre. Ya no habrá más disparos en nada menos que las casi 100.000 hectáreas que suman entre Picos de Europa, Doñana, Sierra Nevada y Cabañeros. Y los 24.000 que corresponden a León conllevan un silencio especialmente doloroso por que recae en un espacio al que la despoblación y las dificultades han puesto en jaque hace muchos años.

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