El regadío del Páramo Bajo se desangra

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Astorgaredaccion.com

Tiene cuatro años de funcionamiento y ya tiene más que achaques. Algo que desespera a los regantes del Páramo Bajo de León y también de Zamora.

El Sindicato Central de Barrios de Luna, con sede en Hospital de Órbigo, denuncia las roturas y “problemas de todo tipo en la explotación” de las infraestructuras de la Comunidad de Regantes, que están iniciando su quinta campaña tras su puesta en funcionamiento en 2010. El sindicato, que forma parte de la Federación de Regantes del Duero (Ferduero), exige al Ministerio de Agricultura y a la SEIASA que ofrezca soluciones “que acaben con el calvario que están padeciendo los agricultores, dirigentes y trabajadores”.

En una nota de prensa, Ferduero señala que el antiguo director general de la SEIASA solía utilizar un paralelismo en las charlas encaminadas a convencer a los agricultores de las bondades que conllevaba afrontar la modernización de sus regadíos, decía que “'pasar del riego por gravedad al riego automatizado y centralizado a presión es como pasar de labrar el campo con un tractor Barreiros a un Fendt'. La realidad es que a los agricultores del Páramo Bajo les ha tocado seguir con el Barreiros”.

Más de 100 reventones

Para la asociación de regantes resulta “inconcebible” que unas obras que se licitaron en 2007, se finalizó su ejecución en 2009 y se pusieron en explotación en 2010, hayan sufrido más de 100 reventones y problemas de todo tipo, cuando apenas se está iniciando la quinta campaña desde su puesta en marcha.

El Páramo Bajo es una de las comunidades que apostó desde el principio por la modernización del regadío desde que se crearon las SEIASAS, finalizando el año 1999, y sigue apostando como lo demuestran los nuevos sectores que hay en ejecución, pero tanto los dirigentes de la comunidad como los propios regantes están “al borde de la desesperación”, se asegura en la nota de prensa, porque aportaron su parte de financiación (“la nada despreciable cantidad de 16,6 millones de euros”) para recibir unas infraestructuras modernas adaptadas a los tiempos, con las que poder mejorar sus explotaciones, a la vez que ahorraban agua y reducían la contaminación, “pero el sistema no funciona y le está causando muchos perjuicios. Representantes de Ferduero hemos visitado la obra in situ y hemos podido comprobar de primera mano” la situación.

Goteo de problemas graves

Destacan los 102 reventones a día de hoy que causan cortes en el riego, rompen toda la programación del mismo y provocan inundaciones que ocasionan daños a terceros, han llegado a producirse siniestros cuya indemnización ha alcanzado los 15.000 euros, matiza Ferduero. Cada vez que se produce una rotura, se perjudica a muchos agricultores, porque hay que cortar ramales enteros para proceder a su reparación.

Además, las tuberías se han llenado de piedras, que al moverse con la presión del agua, no sólo han ocasionado nuevos daños en las conducciones, sino también problemas en hidrantes, filtros, válvulas, ventosas, etc. Se han rajado tuberías casi completamente en horizontal, producido fugas en las uniones y fugas y reventones en piezas especiales por defectos de construcción al realizar los ensamblajes, mala ejecución de la base de la solera que hace que los tubos se descalcen de su rasante, vicios ocultos en los materiales, etc. “Algo inconcebible en una obra tan joven y que pone en evidencia los fallos en los materiales empleados, en la ejecución de la obra y en la dirección técnica de la misma”, argumentan los representantes de los regantes.

Otra cosa con los problemas graves en las remotas (se llevan sustituidas más de 120 y siguen fallando) y en el frontal de comunicaciones que imposibilitan la labor de telegestión del riego, lo que provoca un incremento en el consumo de agua y energía. Tampoco cumplen su función correctamente las baterías y los armarios de recarga, lo que ha llevado a la Comunidad a tener que instalar paneles solares en muchos hidrantes.

Es sangrante también el aumento en los costes de explotación (sobre todo energéticos) para la Comunidad. Todos los problemas reseñados obligan a incrementar la contratación de las potencias necesarias para poder suplementar en menos horas los riegos fallidos y el miedo a las continuas roturas ha reducido los riegos nocturnos, que es cuando más costaría detectar los reventones, lo que impide aprovechar al máximo las horas en los períodos en los que la energía es más barata.

El descalzamiento y hundimiento de las casetas donde van colocados los hidrantes y las ventosas por efecto del agua por no tener un asentamiento sólido lo que está provocando y puede provocar aún más en el futuro averías y fallos en los componentes que custodian. En definitiva, “todo un cúmulo de despropósitos que está haciendo perder la paciencia a dirigentes y regantes y que de no poder un remedio efectivo de inmediato obligará a la restitución de la obra mucho antes de lo que estaba previsto, arriesgando el sustento de vida de los agricultores que en su día apostaron por la modernización de la obra y llevándoles a la ruina económica”, explican desde el sindicato de Barrios de Luna.

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