Tan acostumbrada está la población a votar el mismo día al ayuntamiento y las Cortes de Castilla y León que a Ángela Marqués, que llegó a concurrir a ambas entidades, hubo quien hace unos días le preguntó por qué no le habían llegado a casa las papeletas para elegir al alcalde. Tan lejano sonaba su discurso cuando en 2007 fue por primera vez como número dos del PSOE por la provincia de León a las autonómicas que reconoce que se “pegaba” a los cabezas de lista municipales para 'meter la cuña' y hacer llegar sus propuestas. Fue en 2015 cuando aspiró a la Alcaldía de Ponferrada, todos los focos políticos y mediáticos de la ciudad se posaron sobre ella y sintió más en primera persona el peso de la responsabilidad. “Fue una de las experiencias políticas más bonitas, pero me hizo sufrir mucho”, contrapesa.
La del 13 de febrero será la primera jornada electoral autonómica en Castilla y León que no coincida con unos comicios municipales. La transmisión del mensaje político está viviendo por esta circunstancia su propia paradoja. En esta ocasión los aspirantes a un escaño en las Cortes no podrán 'acoplarse' a los candidatos a alcalde para hacer oír su voz. Pero también sucede que a veces los que se 'acoplan' son los discursos hasta el punto de distorsionar el sentido de las propuestas en la medida en que la campaña está adquiriendo como nunca antes una resonancia nacional. Y así no es raro que a los votantes les acabe llegando primero el ruido de los ecos que el sentido de las palabras en jornadas en la que la arena electoral se ha trasladado a la tierra de las granjas.
“En las campañas hay que ser originales; pero si te pasas, haces el ridículo”, advierte Marqués, que debutó en la de 1999 a las municipales de Ponferrada. “La vida orgánica del PSOE era, como casi siempre, muy complicada”, suspira al recordar que todavía estaba latente el recuerdo de los tres tránsfugas que apuntalaron en 1995 el mandato del popular Ismael Álvarez. Fue concejala en la oposición durante ocho años. Y cuando en 2007 dio el salto a la política autonómica notó falta de interés: “La gente no te escuchaba. Lo que les decías les quedaba muy lejos”. Fue entonces cuando se aprovechó de la “generosidad” de candidatos municipales como el aspirante a la Alcaldía de Ponferrada, Ricardo González Saavedra. “Me pegaba a él para que se oyera mi voz”, admite.
La gente no te escuchaba. Lo que les decías les quedaba muy lejos, recuerda Ángela Marqués (PSOE) sobre su primera campaña autonómica en 2007, en la que se pegaba a los candidatos municipales para hacer oír su voz
Marqués coincidió como concejala en Ponferrada con Charo Velasco, que en 1999 debutó haciendo 'doblete' como candidata a la Alcaldía y número dos a las Cortes por León. Valladolid quedaba todavía más lejos entonces. “No había muchas señas de identidad con Castilla y León. La identidad territorial estaba muy por definir en León y en el Bierzo”, advierte Velasco, que llegó al Parlamento autonómico en pleno proceso de asunción de competencias como la sanidad sin dejar de reconocer que la ciudadanía todavía “durante mucho tiempo identificó al Gobierno central con estos temas”.
Más atentos al arreglo de calles que a los debates plenarios
Precisamente la sanidad fue materia de uno de los grandes logros de los que presume la leonesista Daniela Fernández, que entre 1999 y 2003 fue procuradora con la Unión del Pueblo Leonés, al relatar la concesión de una unidad cardíaca para el Hospital de León que ahorraba viajes a Valladolid. “Pero seguramente la mayor parte de la gente, salvo las familias afectadas, no se enteró”, asume quien ya había sido segunda teniente de alcalde de 1995 a 1999 en años turbulentos en el Ayuntamiento de La Bañeza, donde en aquel tiempo “la UPL era un elemento extraño”. Fue candidata a la Alcaldía y número tres a las Cortes en 2003. “Las elecciones autonómicas quedaban más lejos”, admite quien aquella noche se acostó como procuradora 'in pectore', desbancada a posteriori por el recuento del voto de los residentes extranjero.
Visitábamos localidades independientemente de estar o no en campaña. Y, cuando llegaban las elecciones, no repetíamos el mismo rollo en todos los sitios, subraya Daniela Fernández (UPL)
Compartir candidatura municipal y autonómica tenía sentido, defiende Charo Velasco al hacer notar que era una manera de “tener un vínculo” para aspirar desde una institución municipal al reparto de presupuestos de calado como los que se dilucidan en las Cortes de Castilla y León, algo que Daniela Fernández corrobora con el ejemplo del circuito de La Bañeza. No por ello deja la socialista de reconocer diferencias notables en la campaña. “El mensaje municipal es más directo, mientras que el autonómico es más abierto”, sugiere. Los receptores están más atentos al arreglo de su calle que a promesas más genéricas. Y los intermediarios también ponen el foco en lo más cercano. “Los medios de comunicación locales”, expone Velasco, “están muy centrados en las municipales y dejan las autonómicas como un tema menor. Pero es normal: no son ajenos a lo que la sociedad pide”.
Los candidatos municipales suelen conocer el terreno sobre el que pisan. Se patean calles, plazas, barrios y pedanías y charlan con votantes que son, en muchos casos, conocidos. Más difícil es abarcar una circunscripción electoral provincial, máxime en un territorio tan extenso y variado como el de la de León. Al margen de anécdotas divertidas como la de confundirse de municipio y encontrar la plaza vacía a la hora del mitin, la leonesista Daniela Fernández jugaba con la baza de haber rastreado la provincia: “Visitábamos localidades independientemente de estar o no en campaña. No es que yo fuera más leonesista que nadie, pero ya veías los problemas a los que se iban a enfrentar las siguientes generaciones. Y, cuando llegaban las elecciones, no repetíamos el mismo rollo en todos los sitios”.
“Los políticos han entendido que hay que salir de Valladolid”
La socialista Ángela Marqués coincide en la importancia de tejer una red. “Nosotros nos movíamos mucho por el territorio. Yo llamaba a la gente de la Cabrera o de la Montaña y estaba con ellos personalmente. Y así cuando ibas en campaña tenías un cierto enganche de credibilidad. Ayudaba mucho a que te escucharan”, expone al reconocer que con el paso del tiempo el mensaje de cariz autonómico fue calando. “Los políticos han entendido que hay que salir de Valladolid”, sostiene quien repitió ya en esa transición candidatura en 2011 a las Cortes de Castilla y León, donde completó dos legislaturas hasta 2015. “Y aunque hay una distancia que también la he percibido en otros territorios, el Bierzo tenía ya mucha presencia en los debates”, subraya.
El mensaje municipal es más directo, mientras que el autonómico es más abierto, expone Charo Velasco (PSOE) para reconocer que los medios se vuelcan más en las locales: Pero es normal porque es lo que pide la gente
La ordenación del territorio era precisamente uno de los caballos de batalla cuando aterrizó en las Cortes Charo Velasco, que cita otras materias como el pacto por las infraestructuras o el desarrollo turístico de Las Médulas. Las cuestiones territoriales estaban a la orden del día en los escaños de la UPL, señala Daniela Fernández ahora que las mociones proautonomía para la Región Leonesa han desplazado el foco hacia los ayuntamientos, donde ve en algunos casos una “estrategia para captar el voto leonesista”, denuncia la exprocuradora, que reconoce que la “cortesía parlamentaria” de las Cortes dejaba lejos debates con alusiones personales como las que a veces se cuelan en los plenos municipales.
Ahora Castilla y León se enfrenta al escenario inédito de una campaña sin el arrope de las municipales en un país que parece vivir en un ciclo electoral permanente. ¿Será la población más remisa a participar sin el 'enganche' de los comicios locales? “La sociedad está más politizada ahora que antes”, responde Daniela Fernández. “Han cambiado mucho las cosas”, admite Charo Velasco, quien ve a los votantes “más movilizados” ante un panorama “casi de empate técnico” entre las fuerzas mayoritarias tras la victoria en 2019 del PSOE tras las mayorías del PP y también ante una especie de evaluación de las políticas aplicadas para contener la pandemia. “Además”, agrega, “el impacto de las nuevas tecnologías hace que la población esté más formada e informada”.
A falta de otras citas, la campaña autonómica ha adquirido una dimensión nacional. “Y eso a veces desvirtúa los mensajes. Con el debate de las macrogranjas, por ejemplo, ha habido contradicciones tremendas”, afea Velasco, que reconoce su “admiración” por quienes se dedican a la política municipal, que dejó cuando en 2004 se presentó a las generales y fue diputada nacional durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Con el adelanto electoral en Castilla y León, han saltado al escaparate nacional procesos por corrupción como los que polarizaron el primer debate televisivo. “Creo que eso Mañueco no lo calculó”, sugiere Ángela Marqués al recordar que el cierre de consultorios tuvo mayor resonancia mediática en su día en Castilla-La Mancha cuando su presidenta era una figura política nacional como la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. “Y aquí ya se estaban cerrando”, concluye Marqués sobre uno de los asuntos que centran una campaña diferente, en la que ya no habrá que acoplarse a candidatos municipales y quizá haya que mantener a distancia a ciertos líderes nacionales.