LExit y la mano que mece la cuna

Del Pino y Del Olmo en el programa de la Ser en León este fin de semana.

Máximo Soto Calvo

Aquellos que tenemos la fe y la esperanza leonesa de libertad a flor de piel, el sábado primero de febrero del año en curso, con el LExit envolviéndonos el sentimiento de ser, “ser leonés” naturalmente, pronto pudimos comprobar que ese día la SER, con su programa “A vivir que son dos días”, realizado en León, poco nos iba a aportar en positivo para nuestra inquietud autonómica.

Objeción al formato del programa, ninguna. Soy oyente inveterado y lo puedo expresar como normal. No venía a León para sacar a información pública el LExit, el permanente intento leonés de escapar del ente que nos aplasta, se encontraba con ello. Supone esto justificar lo ocurrido, pues no, la salida del estudio central no es novedosa en el programa y diré que pocas veces me satisfizo.

Javier del Pino, excelente profesional, no lleva un noticiero, se mueve en lo cultural con la máxima intelectualidad posible, su formación se lo permite. Es de suponer que cuente con un servicio documentalista. Confesó del Pino, que la tarde anterior había estado en Astorga, donde, sin mucho esfuerzo, pudo contemplar lo que se viene llamando “España vaciada”, escasos jóvenes... futuro incierto.

Como dinamizador del programa de cara al público estuvo David Navarro, de Jaén, que empezó lanzando en tono de humor a la audiencia lo que era el LEXIT. Pretendíamos, dijo, no “estar en Castilla”, ¡atención! lo correcto era no querer estar CON Castilla, y siguió en plan monólogo que es lo suyo... algo es algo.

Tocaba este sábado estuvieran con del Pino en la mesa del programa los Humorístas, así con mayúscula, aquellos que con su poder de simplificación de lo que ocurre, casi siempre nacional, nos lo muestran de pleno, mediante la oportuna viñeta. Eran los habituales, por ello Peridis le acompañaba. ¿Era bueno para nuestro anhelo de mostrar al “mundo” lo leonés? Pues no. No descalifico al artista, jamás se me ocurriría, el temor brotaba de su castellanidad cegando lo leonés.

Así montó, pues siempre parece destacar, y con ello cuenta el presentador, una justificación histórica de la unión de León con Castilla, desde el Medievo, como si de una fusión popular se tratara. Trató de cumplimentar el preámbulo histórico que cerró con el que denominó gran reino de Fernando III de Castilla y de León.

Menos mal que entre los acompañantes se encontraban los leoneses Juan Pedro Aparicio y “Lolo”. Hábilmente, sin querer entrar en colisión directa con Peridis, Aparicio le muestra su extrañeza por no citar al Papa, que fue el constructor de la Castilla medieval... contra León. Nuestro autor literario, con su tono de voz pausado y bien dicente, colocó nuestra verdad histórica, razones y fundamentos que nos han llevado, durante la Transición y sigue, a un lugar autonómico que no deseábamos. Todos tuvieron acceso a autonomía propia y León no, acoplándonos a un ente que resultó tan centralizador como dañino y los datos socio-económico lo denuncian. “A los leoneses nos faltó poder político entonces”...

Ahora los leoneses buscan la separación, arguyó del Pino. No buscamos separación alguna, fue la contundente respuesta, sí democratizar nuestra situación, las decisiones que nos afectan se toman todas fuera de León.

Lolo dejó bien claro el centralismo, con al menos un par de jugosos ejemplos, uno, la delegación de la junta cual estafeta de correos... o para ser monitor de esquí en San Isidro, has de ir a examinarte a Valladolid.

Se quedó en anécdota el apunte de del Pino, sobre la Constitución su modificación, etc. como opción posible para el LExit, quien de forma amena estaba repartiendo juego en la mesa, buscaba aportaciones sobre el tema, justo hasta el momento que insinuó la necesidad de un “mediador”, lo necesitamos para que nos explique en qué momento están los leoneses y hacia donde deben ir. Entre nosotros hay una persona de sobra conocida, aludía a Luis del Olmo.

La presencia de éste, ejerciente de berciano, y hace bien en ello, tomando la palabra, me duele tener que decir: rompió el momento mágico, desvirtuó lo que podía habernos llevado a una mayor aportación y debate sobre el tema leonés para la más amplia difusión, pues recondujo el programa por derroteros personales puede que radiofónicamente interesantes, pero nulos para el entorno del Lexit que nos viene ocupando y preocupando. Falló el intento de del Pino, y así lo supo deslizar con finas formas.

Faltó el actual alcalde, no sé la razón, hubiera hecho gran papel.

Se nos borró el sueño, la cuna cambió el mecido.

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