¿El feminismo es solo cosa de mujeres?

Escritura femenina es un término acuñado por Helene Cixous en La risa de la Medusa (un texto que estaba inédito en español hasta ahora que acaba de editarlo la Editorial Cátedra): texto con lenguaje de poema oscuro como un pozo repleto de diamantes y con formato de panfleto cambiamundos que anima a las mujeres a que escriban, a que se escriban y a que se inscriban en la tradición nueva de la escritura que pronuncia el cuerpo femenino y busca desde él su significante oculto para construir así un más allá del orden simbólico masculino y construir, por ende, un nuevo mundo.

Gracias a lo que han escrito y escriben las mujeres, yo, como Julia Navarro por ejemplo, milito en el feminismo de la igualdad, y no en el de la confrontación.

Así me lo enseñaron ya los textos clásicos (se acaba también de reeditar Una habitación propia de Virginia Wolf y El segundo sexo de Simone de Beauvoir, pero hay que leer a sus discípulas brillantes Hélène Cixous). 

Siempre el feminismo nos ha enseñado que nacemos hombre y mujer pero la masculinidad y la feminidad son una construcción cultural que hemos de performar para que evolucionen y conformen diálogo y relación y convivencia e interacción en términos de igualdad: una igualdad político-afectivo-social-laboral asentada en la certidumbre de que todos los seres humanos somos iguales en dignidad, derechos y deberes. 

Y por eso desde siempre hemos distinguido entre feminismo conceptual y feminismo político, y estamos a tope con el feminismo político porque vivir en un mundo más igualitario y justo, y por lo tanto más feliz, no es algo bueno para las mujeres sino bueno para todos, y estamos también a tope con el feminismo conceptual que no solo empodera a las mujeres sino que nos libera a los hombres de la impostura y la sobreactuación que supone fingirnos fortísimos e imbatibles e invencibles y siempre protectores como si no tuviéramos también nuestras fallas y simas interiores y nuestros días fuertes y débiles, etcétera.

El feminismo español ha demostrado tener muy claro y dejarnos claro que el feminismo es liberador tanto para las mujeres y para los hombres.

Y no solo el feminismo español. Recomiendo, a la par que el libro de Helene Cixous La risa de la Medusa recién editado, un libro iluminador que escribió en su madurez, tras toda una vida intensa como pocas, Anaïs Nin titulado Ser mujer: en Ser mujer Anaïs Nin nos ofrece una visión muy personal y única de lo que es el carácter femenino, de lo que es ser mujer, de lo que son las relaciones entre los sexos y de la constante la búsqueda de la mujer nueva y del hombre nuevo. Dice: “La índole de mi contribución al Movimiento de Liberación de la Mujer no es política sino psicología. Recibo miles de cartas de mujeres que se han liberado con la lectura de mis diarios, que son un largo estudio de los obstáculos psicológicos que han impedido a la mujer su más plena evolución y florecimiento”. 

“Un nuevo hombre que armonice con un nuevo tipo de mujer”

Pero como colofón a ese libro se incluye una pionera e indivisible defensa del hombre nuevo: “Un nuevo tipo de hombre que armonice con el nuevo tipo de mujer... Conocí a muchas parejas que encajaban en esa descripción. Ninguno de los dos dominaba. Cada uno trabajaba en lo que sabía hacer mejor, compartían las tareas sin importunarse, sin necesidad de crear papeles ni establecer límites. Su rasgo característico era la amabilidad. No existía la noción de cabeza de familia; no había necesidad de afirmar cuál de los dos era el que suministraba los ingresos. Habían aprendido el arte sutil de la oscilación, que es muy humano... Ni la fuerza ni la debilidad son cualidades fijas. Todos nosotros tenemos nuestros días fuertes y nuestros días débiles... Ellos habían descubierto el ritmo, la flexibilidad, la relatividad. Sabían que cada individuo está dotado de cualidades tanto masculinas como femeninas... Pero alguna de estas mujeres jóvenes manifestaba una nueva inquietud. Parecía que habiendo vivido tanto tiempo bajo la directa o indirecta dominación del hombre (que imponía el estilo de vida, las normas y las obligaciones) se hubieran acomodado a ella, y ahora que habían terminado, ahora que eran libres para tomar sus propias decisiones, para moverse, para expresar sus deseos y para dirigir sus propias vidas, se sentían como barcos sin timón... Para las mujeres y los hombres nuevos el arte de unir y relacionar intereses distintos será un desafío... El hombre nuevo presta su ayuda, pues también él está dispuesto a cambiar la rigidez por la flexibilidad, el hermetismo por la franqueza, los papeles incómodos por la comodidad de no tener que representar ningún papel... La empatía que estos hombres nuevos muestran a la mujer nace de la aceptación de su propio modo emocional, intuitivo, sensible y humanístico de enfocar las relaciones. Ellos se permiten llorar, mostrar su vulnerabilidad, exponer sus fantasías y compartir su yo más íntimo. Algunas mujeres están desconcertadas por el nuevo régimen... El nuevo tipo de hombre es excepcionalmente idóneo para la mujer nueva, pero ella todavía no aprecia totalmente su ternura, su creciente proximidad a la mujer y su actitud favorable a la igualdad antes que a la diferenciación”.

En fin.

Luis Artigue, “el Kurt Vonnegut español”, es un escritor leonés con seis poemarios y ocho novelas a sus espaldas. La última, Trumpsilvania, editada por Eolas este mismo año año 2025. “Solo una novela como ésta puede ser a la vez una película escrita y dirigida a cuatro manos por George A. Romero y Dario Argento, protagonizada por Brad Pitt y Marilyn Monroe y con música compuesta expresamente por Johan Sebastian Bach”, afirma la crítica.