Dignidad, compromiso y regeneración
Desde estas montañas de León, en Murias de Paredes, un pequeño municipio donde nunca nos hemos callado ni hemos dejado de comprometernos, escribo estas notas con la responsabilidad que siento hacia la política honesta, hacia quienes, desde los ayuntamientos más pequeños, luchan cada día por la dignidad del trabajo bien hecho. Son tiempos diİciles, en los que la rabia y la impotencia nos inundan, porque incluso en las mejores organizaciones –sí, también en la mía– pueden colarse garbanzos podridos.
Cuando se producen estas situaciones, la tristeza y el dolor nos atenazan y en más ocasiones de las debidas, nos dejan sin fuerza, sin ánimo para respirar.
Pedro, en estos momentos no puedo más que ponerme en tu piel ya que siempre he creído en ti, de lo contrario, no estaría escribiendo estas líneas.
Por propia experiencia sé lo duro, doloroso y decepcionante que puede resultar que personas cercanas y de confianza te traicionen.
Tener que sentir de forma desgarradora que las personas de las que más te habías preocupado y estado cerca cuando lo necesitaban, optaran por la difamación y la mentira.
Esta reflexión no es sólo un duelo, sino una interpelación a quienes su única base de sustentación han sido las personas corruptas que nos abochornan.
Se han cometido enormes tropelías que han causado sudor y lágrimas y, sobre todo, dolor que nadie va a poder reparar. Y son muchas las vícƟmas a lo largo y ancho de toda la geografíaa.
Pararse en seco por muy duro que resulte y hacer reflexiones profundas no solamente es bueno para el alma, sino para la sociedad que se va deteriorando por la desconfianza en lo público y en sus representantes. Esa es la mayor amenaza que enfrentamos.
Se ha ido abonando este terreno por una parte de la derecha inconsciente y ávida de poder para la que todo vale, con tal de dinamitar al gobierno, derribar todo lo construido… y me falta saber muy bien para qué.
Está claro que el mensaje de Aznar –de “el que pueda hacer, que haga”– ahora explica muchas cosas y lo llevan al extremo sus sucesores. Pero no nos equivoquemos: “La historia se escribe con renglones torcidos”.
Creo que es el momento de hacer una catarsis y analizar las patologías orgánicas que nos lleven a un proceso de regeneración y que se aborde el funcionamiento viciado del partido, en el que más personas de las necesarias se han instalado en un sistema clientelar que no comporta compromiso con lo que significa el PROYECTO SOCIALISTA NI SUS IDEAS FUNDAMENTALES.
La democracia está debilitada porque los partidos se han convertido en máquinas de conquista del poder, en lugar de centrarse en planificar, reflexionar y trabajar por las verdaderas necesidades de la ciudadanía.
La situación es devastadora para el sistema democrático, pero cuidado con abrirle el camino a quienes lo están socavando desde dentro, mediante un golpismo judicial y mediático. Que el Tribunal Supremo desacredite el testimonio de periodistas y, basándose únicamente en indicios, intente apartar al fiscal general del Estado para proteger la conducta del novio de Ayuso, es un hecho de extrema gravedad.
No pienso tolerar que se nos iguale, al igual que no pienso consentir ni media lección de democracia de aquellos que han hecho de la corrupción su estilo de vida.
Por supuesto que no voy a permitir –ni como alcaldesa, ni como socialista, ni como persona-– el que nadie cuestione mi honestidad y mi trabajo incansable durante estos 18 años en los que ni un solo día he dejado de velar por el bienestar de todos y cada uno de mis vecinas y vecinos.
Y vuelvo a repetir, en la política no todo vale y me reitero en la idea de que quien pretenda hacerse un nombre desprestigiando a los demás, solo tiene una lectura: “No tiene nada propio que ofrecer”.
Yo tampoco voy a bajar la cabeza por que hay mucha gente honrada que no tenemos por qué bajarla.
Y parafraseando a Tudanca “primero el país, luego el partido y por último uno mismo”. Les pido a mis compañeras y compañeros de partido en León que cesen ya en las campañas de desprestigio porque la imagen que damos es desastrosa y nada recomendable para los tiempos que corren. Cada uno tiene el prestigio que se ha ganado y a muchos se lo avalan los resultados en las urnas.
Nunca se gestiona un problema si no se enfrenta.
Pedro, ánimo y fuerza para hacerlo y no mires hacia otro lado que es lo que esperamos de ti.
Los garbanzos negros hay que sacarlos de la olla para que no desluzcan el cocido.