- De madrugada todos los comentarios se refieren al tiroteo de los alrededores del depósito de agua. Corren rumores de que los combatientes republicanos han llegado desde las cuencas mineras y han mantenido “en jaque” incluso al gobierno militar ubicado en la avenida padre Isla, muy cerca del 'Auto Salón' del Grupo Pallarés, y de que el propio gobierno militar ha sido asediado y tiroteado.
- Durante parte de la mañana el agua llega turbia porque en dicho tiroteo se había producido la rotura de una cañería.
- Sigue habiendo tiroteos ('paqueos') en la calle Renueva, desde donde se sigue disparando al Gobierno Militar.
- Sigue sin haber prensa leonesa, pero a los quioscos llega 'El Norte de Castilla' desde Valladolid.
- Para el 24 de julio de 1936 las autoridades militares, a cuyo mando en la ciudad de León está el general Carlos Bosch, ya había nombrado al médico Enrique González Luaces alcalde de la capital; al profesor y farmacéutico Joaquín López Robles presidente de la Diputación, y al presidente de la Audiencia, Higinio García, gobernador civil. Paralelamente, grupos de la Falange y de la Guardia Civil visitan y detienen por las calles, y “a domicilio” a cientos de “desafectos”. Continúan las algaradas bélicas por los alrededores de León pero, en general, la situación militar está controlada. El comercio y los establecimientos públicos vuelven a abrir. Los periódicos que no han sido clausurados vuelven a salir. Por las calles de León se ven falangistas y requetés procedentes de Valladolid, e incluso algunas 'Margaritas' —militantes femeninas carlistas— cumpliendo funciones de enfermeras. Se militariza a todos los ferroviarios y se reanudan algunas líneas tanto de ferrocarril como de autobuses o “coches de línea” (así se llamaron los autobuses durante muchísimos años).
- Una columna compuesta por guardias civiles, guardias de asalto, soldados y paisanos, parte desde León hacia la zona de Boñar y Sabero.
- Comienzan las disposiciones legales para controlar la vida económica en las zonas ocupadas por los militares sublevados. La Junta de Defensa Nacional instaura la Comisión Directiva del Tesoro, cuyo fin primordial no es otro que el de centralizar todas las operaciones financieras. Por los decretos número 6 y número 7 de la Junta de Defensa Nacional de 24 de julio de 1936 se especifica que: “Quedan en suspenso, hasta nueva orden, todos los plazos y términos judiciales, con excepción de los que regulan la detención y prisión de los presuntos encartados [...]. Asimismo quedan en suspenso los plazos y vencimientos de letras de cambio, pagarés y efectos mercantiles [...]. Todas las propiedades, valores y derechos del Estado español, así como la administración y custodia de los caudales públicos, ingresos e inversión de las contribuciones, rentas e impuestos, se efectuarán a nombre de la Junta de Defensa [...]. Los directores de las sucursales del Banco de España no podrán autorizar salidas de fondos o valores de cualquier clase confiados a su custodia, sin permiso de esta Junta o de sus legítimos representantes [...] Igual obligación se impone a los directores de los Bancos, Cajas de Ahorros o cualquier otra clase de establecimiento de Crédito [...].
- El sábado día 25 de julio, justo una semana después del comienzo de los hechos que darían lugar a la Guerra Civil Española el 18 de julio de 1936 y del último medio en papel leonés, saldría el primer periódico contando hechos en León (el 26 o el 27 saldría de nuevo el 'Diario de León' y pocos días después aparecería el diario del Movimiento 'Proa', que llegó a ocupar la sede de 'La Democracia' del alcalde Miguel Castaño). Este periódico militar, de dos cuartillas de cuatro páginas (ocho en total) se titularía 'Diario de la ciudad de León. Órgano circunstancial de la ciudadanía leonesa'. A partir de ahí se vería que los militares y la Junta Nacional de Defensa contaría lo que ocurriría durante casi cuarenta años con una versión muy limitada y cruelmente partidista de la Historia. Un ejemplo: en su última página la noticia destacada versa 'Los rebeldes piden armas a Francia'. Esos 'rebeldes' no eran ellos, los que de verdad se habían sublevado, sino el Gobierno Constitucional de la Segunda República. Y con esa crueldad así se les conocería oficialmente hasta más de cuarenta años después.
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Los textos están extraídos de las notas de Francisco Javier González Fernández Llamazares, autor de 'Crónicas de la burguesía leonesa. Sobre un episodio de la Guerra Civil en León' y de 'Los leoneses que financiaron a Franco' de los documentos del archivo que gestiona y de las notas de Carlos Javier Domínguez de su investigación para escribir el libro 'Crónicas de la burguesía leonesa. Sobre un episodio de la Guerra Civil en LeónLos leoneses que financiaron a FrancoAsesinaron La Democracia