Cuarenta años de la sonda minera radiactiva que se perdió en Villablino y continúa a cientos de metros bajo tierra

Ilustración sobre la sonda radiactiva perdida en febrero de 1984 en Laciana

Luis Álvarez / Gráfico: Dativo Rodríguez

Laciana —

Se cumplen esta primavera los cuarenta años de la pérdida de una capsula radiactiva durante el estudio de un sondeo minero en la braña de Caboalles de Abajo. La solución adoptada en aquel momento fue sellar el sondeo con hormigón y colocar una placa de señalización que aún se conserva.

La cápsula enterrada a 416 metros de profundidad se perdió al romperse el cable de sujeción y no ser capaces los técnicos de la empresa que realizaba el sondeo a recuperarla. Tras la visita e inspección de un equipo del Consejo de Seguridad Nuclear, se decidió sellar la perforación del sondeo, hormigonarlo hasta la superficie y colocar la placa de señalización.

Al parecer, extremo que ILEÓN no ha podido confirmar, se comunicó y envió al Ayuntamiento de Villablino un informe sobre el suceso y las medidas adoptadas para garantizar la seguridad de los vecinos. Sin que por ello se generase en aquellos momentos una cierta alarma social, que se disipó sin mayores incidencias. Tanto que casi nadie hasta hoy volvió a mencionar el hecho y muy pocos lo recuerdan con exactitud.

La pérdida en enero del pasado año de una cápsula similar en el desierto occidental de Australia por parte de la empresa minera española Río Tinto, provocó en aquel país lejano una alarma de seguridad por lo peligroso del contacto con la citada capsula. Hasta que se recuperó después de una intensa búsqueda quince días más tarde. Unos hechos que recogieron casi todos los medios de comunicación en España e internacionales.

No es el mismo caso, puesto que en el australiano, se perdió al caer de un transporte y estaba en superficie, lo que podría facilitar el contacto con las personas y la de Caboalles quedó enterrada a bastante profundidad y el mayor daño que podría provocar sería por su rotura y el cesio 137 que contenía afectase a las aguas subterráneas, al ser este elemento muy soluble en el agua. 

La cápsula de Caboalles contenía como se pude leer en la placa de señalización Cesio 137 y Cinabrio. Según los datos científicos sobre este elemento “el cesio 137 es un isótopo radiactivo que se produce generalmente por fisión nuclear. Tarda en desintegrarse unos 30 años. Es soluble en agua y sumamente tóxico en cantidades muy reducidas. Tiene una vida media muy elevada y puede generar cáncer hasta 30 años después de su ingestión o absorción en el organismo”.

El proceso de decaimiento radiactivo del cesio 137 está estimado en treinta años, motivo por el que el caso que nos ocupa no tendría en la actualidad motivo alguno de alarma social, trascurridos ya 40 años desde el suceso. ILEÓN ha tratado de buscar información respeto a este acontecimiento con la empresa que realizaba el sondeo, la Compañía General de Sondeos SA. La empresa desapareció en 2014 y ahora ha continuado con su trayectoria profesional la empresa Compañía General de Sondeos Ingeniería SL con personal casi todo nuevo y “no disponen de información al respecto, según nos han confirmado”.

También se ha contactado con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el pasado 30 de enero, para conocer el informe inicial que se hizo y si se hicieron seguimientos, sin que hasta la fecha se haya recibido respuesta alguna.

Una ayuda importante

Leandro Fernández Saavedra es un vecino de Caboalles de Abajo, es un exminero gran amante de toda la historia minera de la comarca de Laciana que busca y conoce todos los rincones donde hubo explotaciones o prospecciones, trata de documentar cada ubicación y sabe mucho de estos asuntos, bocaminas escombreras, plazas, ramales, desagües, pozos al exterior.

Y Leandro ha sido quien nos han facilitado la información sobre la ubicación del sondeo y de la placa de señalización, las fotos y los detalles de las coordenadas y la altitud. Los datos actuales, pues según confirma “cuando se arregló el camino de Valdepila para dar acceso mejor a los camiones hasta el cielo abierto de Fonfría, el pilón con la placa que estaba en el lado derecho del camino lo movieron hacia el borde izquierdo” fuera de la carretera. 

Constata, además, que en este terreno desde que se empezó la explotación del cielo abierto de Fonfría, por encima de esta ubicación “se están produciendo muchos deslizamientos y movimientos del terreno”, motivo por el que cree que podría ser conveniente una nueva inspección del CSN.

Si la señalización del sondeo se encuentra sobre una cota de 1.298 metros y la sonda quedó enterrada a 416, la cota de altitud a la que permanece la cápsula con el cesio se situará a 882 metros, apenas una decena de metros por debajo de la base del muro del embalse de Las Rozas, situada a 890 metros.

Como información para las personas más curiosas, indicar que la señalización está situada a unos 800 metros rio arriba por encima del Puente de la Condias (CL-631), en el camino de la braña de Caboalles de Abajo sobre la bifurcación derecha, en el denominado camino de Valdepila, en la actualidad asfaltado y convertido de hecho en una carretera. 

Etiquetas
stats