Redacción ILEÓN

León cierra el año deportivo corriendo. La ciudad ha salido a la calle a vivir una de sus citas más queridas del calendario: la San Silvestre, que este 2025 alcanza su 28.ª edición convertida ya en mucho más que una carrera. Es una tradición festiva, un ritual colectivo para despedir el año, un encuentro intergeneracional que mezcla deporte, ambiente familiar y mucho ingenio con los disfraces con los que sale la gente a la carrera popular.

La edición de este año será además histórica por su participación, más de ocho mil personas. La prueba competitiva, de 7 kilómetros, ha agotado inscripciones con 2.300 corredores dispuestos a pelear por el cronómetro, las posiciones y, sobre todo, por sentir León a ritmo de zancada.

A ellos se suman los miles de participantes de la carrera popular y de la San Silvestre Peque, que reúnen más de 5.800 dorsales, consolidando la prueba como la más multitudinaria de cuantas se celebran en la ciudad. Las calles leonesas se han vuelto a llenar de disfraces, sonrisas, familias que corren juntas, veteranos que no fallan ningún año y debutantes que se estrenan con la ilusión de formar parte de una tradición que ya pertenece al imaginario colectivo.

La San Silvestre de León no solo mide tiempos: mide entusiasmo, comunidad y espíritu festivo. Con este récord de participación, León demuestra que el deporte sigue siendo una seña de identidad y que despedir el año corriendo es, para miles de personas, la mejor manera de celebrar, compartir y empezar a soñar con los retos del nuevo año.

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