Jordi Ribera: “Me quedo con los partidos en el Palacio”

David Gorgojo

El todavía entrenador de Reale Ademar, Jordi Ribera, quiso hacer balance de su cuarta y última temporada al frente del equipo leonés. Con el orgullo del trabajo bien hecho, nos atendió en su despacho, ya casi vacío, para compartir con ileon.com una charla distendida antes de su marcha hacia Girona donde se reunirá con su familia.

Después de lograr la clasificación para la Liga de Champions en la última jornada ante el Valladolid. ¿Qué valoración hace de la temporada?

Creo que ha sido una temporada muy positiva, uno de los objetivos principales era quedar tercero, porque teóricamente, en una liga en que está el Barcelona y el Ciudad Real es como quedar primero, y si además eso te da el premio de jugar la mejor liga del mundo que es la Liga de Champions y jugar con los mejores es otro premio añadido importante.

Ha sido una temporada difícil porque tuvimos a muchos jugadores lesionados, incluido Carlos Ruesga que se le fichó para que fuera el referente en ataque y sin embargo, en el último mes cuando estuvo en Pamplona tuvo una lesión muy seria que le apartó de las pistas.

La liga comenzó bien...

Empezamos muy bien con esos 8 o 9 partidos ganados seguidos, luego el equipo tuvo un par de resultados negativos. En las copas nos tocó el coco en ambas, el Barcelona, con lo que limitas el factor de tener una larga continuidad en las competiciones de este tipo, pese a que se estuvo a la altura en ambos partidos no terminamos de darle la vuelta.

¿En qué perjudicaron las lesiones?

Arrancamos la segunda parte de la liga en febrero, sin prácticamente centrales por culpa de las lesiones (Jorge Vega, Dalibor, Cutura, y Carlos Ruesga otra vez) limitó un poco al equipo en ese inicio de competición del mes de febrero. Poco a poco el equipo fue cojiendo el ritmo y se encadenaron buenos resultados hasta llegar al Barcelona hace unas semanas, donde perdimos pero estuvimos a punto de sacar algo importante. Después llegó el Ciudad Real aquí, donde se jugó 45 minutos muy bien pero al final nos ganaron. Y para finalizar la temporada llegó el partido del Valladolid donde nos lo jugábamos todo. Una temporada muy buena, sobre todo por conseguir la plaza de Champions al quedar terceros, que era el objetivo importante.

Con el adiós de Castresana, ¿el Ademar pierde algo más que a un gran jugador?

Yo lo único que puedo decir es lo que ha representado tener a Héctor en la plantilla en los últimos años. Es un hombre de carácter, que aporta ese plus de identificación, de intensidad y, por qué no, de calidad. Es un jugador que tiene un nivel muy alto en ataque, incluso lo ha demostrado en el último partido que jugó contra el Barcelona, en los 20 minutos que jugó hizo un partidazo. Este año la ausencia de Héctor en muchas partes de la competición fue un handicap importante. Porque es un jugador que aporta carácter al grupo, además de que, junto a Vicente Álamo, es el capitán del equipo.

¿Con qué se queda de estos cuatro años en León?

Con la sensación de haber cumplido, de mantener al equipo arriba en la competición, sabiendo que puede competir contra cualquier rival. Puedes afrontar un partido contra el Barcelona, contra el Ciudad Real o contra cualquier equipo europeo, sabiendo que tienes la posibilidad de enfrentarte a él siempre con recursos y nivel, dentro de ciertas limitaciones. La masa social que envuelve siempre al equipo, la identificación de la ciudad con el equipo es uno de los elementos mas importantes que hace grande al Ademar y seguirá haciéndolo grande si mantiene ese nivel de implicación. Siempre recordaré los partidos en el Palacio por las 2.500-3.000 personas que acuden, que es un lujo hoy en día para jugar un partido de balonmano.

Me quedo, sobre todo, con las cuatro plantillas con las que he trabajado, todas ellas me han hecho sentir entrenador, partícipe de su evolución y de la forma de jugar. Para un entrenador es importante saber que sus jugadores confían en él hasta el último momento.

¿Cómo ha sido trabajar desde enero sabiendo que ya no iba a seguir en el Ademar?¿Cómo se han portado los jugadores ante esta situación?

Valoro más los últimos cuatro meses, cuando ya sabían que me iba y han continuado confiando en mí. Sabía que podía ser complicado porque yo ya no sería el entrenador para el futuro y había un grupo de jugadores que se iban también del equipo. El interrogante era cómo reaccionarían y una vez se pasó la novedad, el equipo volvió a la tranquilidad, a coger tono y tengo que reconocer que estuvo conmigo hasta el final, eso para mí es muy importante. Incluso los jugadores que se iban han tenido un rendimiento espectacular en la parte final de la competición. La verdad que ha sido una experiencia nueva pero al final gratificante.

¿Y la directiva?

Uno es un profesional y sabe que en un momento determinado el club decide quién es el que va a seguir, por lo que tienes que estar preparado para cualquier eventualidad. Cuando me dicen que no voy a seguir, yo sé que tengo una misión que cumplir, igual que he hecho en cualquier sitio en que he estado en mis 22 años como profesional. Estaba claro que mi objetivo era hacerlo lo mejor posible y si antes trabajaba cinco o 10 horas para hacerlo, ahora había que trabajar 12. Lo que está claro es que el equipo tiene que llegar a puerto y lo mejor posible porque, además, es el recuerdo que la gente va a tener de ti. Después de tres años y medio trabajando para el equipo y de conseguir cosas muy bonitas, sabes que los últimos meses tienes que hacer lo mismo.

Como todavía tecnico leoÅ„es, ¿podría hacer un análisis de la próxima temporada que le espera al Ademar?

Ya he dicho que yo no voy a ser el entrenador el año que viene, por lo que no tengo que entrar a valorar nada. Es cosa de los que van a entrar ahora y del club. Mi misión era ésta, termino mi misión y me voy.

Raúl Nantes ha sido una de sus apuestas, casi personales, de esta temporada; y parece que tiene un gran futuro por delante ¿Triunfará en el Ademar?

Puede ser. Es un jugador que conocí con 15 años cuando viví mi aventura en Brasil. Trabajamos con 600 críos de diferentes edades y él fue de los que despuntó. Después de cuatro o cinco años él había tenido una buena progresión en Brasil y es entonces cuando Ángel Montoro pasa de estar en el filial al primer equipo por el número de partidos disputados en Asobal. El filial se nos queda con menos efectivos, y miramos la posibilidad de fichar a un chaval joven con proyección y lo elegimos a él. Cuando llega aquí, su rendimiento es espectacular con la participación en el equipo, tiene proyección y un lanzamiento brutal. Yo estoy muy contento con que el club haya decidido darle continuidad y que se quede. Es una gran satisfacción que venga un chaval de un estado interior de Brasil, con una problemática social y familiar, y que pueda cumplir sus ilusiones en un grande.

¿Cree, aun así, que la política de cantera le hace imposible poder aspirar a grandes metas al Ademar?

Yo lo vería al revés. Tal como están los tiempos, tener una cantera es uno de los mayores recursos que puede tener un club. Pienso que llevamos años trabajando para que los jugadores que en un momento determinado tienen que asumir la responsabilidad con el equipo grande, lo hagan lo mejor posible. No es una cosa que pueda pasar en el futuro, sino que ya ha pasado en el presente. Este año nos hemos quedado sin centrales, apareció Juan Castro y lo hizo bien cuando tuvo que jugar la eliminatoria de Oporto o cuando tuvo que jugar aquí con el Arrate.

Hay que pensar que el día de Oporto llegamos a tener una primera línea de jugadores del filial con Josu, Ángel Montoro y Castro. Y no se les notó que no tuvieran el nivel para hacerlo. Hoy en día es importante tener cantera y un grupo de jugadores jóvenes que tienen ese nivel de implicación y de intensidad en el juego. Además hemos trabajado un montón con ellos, en el sentido de que, en el momento que vienen a entrenar o a jugar se sienten lo más cómodos posible porque ya saben cómo jugamos y no les tienes que decir lo que tienen que hacer.

¿Cuáles son sus metas ahora? ¿Tiene decidido su futuro?

No. Acabar esta semana aquí, irme a Girona, que es donde tengo la casa y la familia. Y después me iré a un curso a Brasil del 17 al 30. Luego tengo unas charlas en Lisboa a principios de julio y el Curso Nacional de Entrenadores en Madrid. Estos meses van a ser más de docencia y de preparar cursos y charlas. Y luego veremos a ver si sale algo porque a mí realmente lo que me gusta es entrenar. Espero que me salga un proyecto interesante, que pueda empezar en otro lugar, igual que en su momento empecé aquí.

¿Alguna oferta?

No, no, nada.