Gabriel Quindós: “Cuando viajo siento que llevo una vida más plena”

Gabriel Quindós. Imagen de Manuel Cuenya.

Manuel Cuenya

“Todo viaje estará incompleto si al regresar se descubre la carencia de un recuerdo que te haga añorar tu paso por aquellas tierras, un destello que te anime a volver al mismo paraje que te sedujo...

...Si alguna vez la concisión del microrrelato se impone en los libros de memoria o de viaje, agua, verde y sonrisas sería el luminoso recuerdo que me dejó Vietnam“ ('Otras nubes, otras lluvias', Gabriel Quindós).

El afán de comprender, vivir y fabular llevó al leonés Gabriel Quindós, en el 2008, a Vietnam, un país que lo sedujo, que le regaló muchos instantes felices, como él mismo nos cuenta en su excelente libro 'Otras nubes, otras lluvias', que se me antoja de obligada lectura, sobre todo si uno desea conocer y adentrarse en este país asiático, que tanto le ofrece a un viajero y narrador como lo es Gabriel, quien estuvo recorriéndolo durante tres semanas, cuyas vivencias acabarían plasmadas, a modo de crónicas literarias e historias de ficción -siempre de un modo cautivador-, en un volumen que requirió, según su autor, de un largo proceso de escritura, porque la escritura creativa amerita de elaboración y reelaboración. “Una buena narración se ancla en nuestra memoria con mayor fortuna que un estudio certero o un torrente de datos”, señala Gabriel en el prólogo de su bella obra, editada con esmero por el sello Mr. Griffin. “Conocer un sitio es poder contarlo”, matiza su creador, que ha ahondado con fascinación, como nadie, en Vietnam, en sus paisajes y sus gentes (“acariciar el sentir de la gente se nos revela como el primer paso para intentar comprender otros territorios y culturas”), para devolvernos este retrato de Vietnam, para contarnos, con maestría narrativa, los nueve capítulos que componen su libro, cada uno de los cuales incluye un cuento enmarcado en una crónica literaria, que sirve para arrojar luz sobre el origen y trasfondo del mismo. Una belleza emocionante, que nos atrapa de principio a fin. Un libro de viaje esencial, porque Gabriel es un auténtico viajero capaz de volver a mirar, a sentir la realidad, el mundo, con ojos de asombro, con la fuerza plástica que le procura la escritura cinematográfica, habida cuenta de su faceta como guionista de cine, porque el llamado 'Séptimo Arte' -o 'ciencia humana', en palabras del filósofo leonés Pablo Huerga Melcón- es buen escenario para mostrar ambientes y conductas, ocupándose fundamentalmente de los hechos, dejando poco margen para la introspección, las evocaciones y las digresiones del narrador o de los personajes. En su caso (también en su propia opinión) ver mucho cine tal vez le haya dejado en herencia una voluntad por centrarse en la historia que narra sin apartarse en demasía de ella. Como buen narrador, aspira a contar bien una buena historia.

Acariciar el sentir de la gente se nos revela como el primer paso para intentar comprender otros territorios y culturas

Apasionado de las historias, su vocación por la literatura surge en la infancia con la lectura de novelas de aventuras, que luego complementa (siempre de un modo enriquecedor) con otras lecturas que le procuran un mejor y mayor conocimiento del mundo y de la condición humana. “Más tarde, uno se demora en tratar de vislumbrar el misterio que encierran los libros maravillosamente escritos y, quién sabe cuándo y por qué, un día te encuentras atrapado por la literatura”, rememora Gabriel, que descubrió en los viajes esa pasión por la literatura a la vez que abandonó (en todo caso de forma provisional) la escritura de guiones de cine.

La escritura como autoconocimiento

“Ocurre que cuando viajo siento que llevo una vida más plena, que lo que observo a mi alrededor merece ser contado y como mi manera de entender la realidad le debe tanto a la ficción, encontré en la fabulación el modo de acercarme a otras gentes, otras culturas y otros paisajes. Los cuentos son meras fabulaciones con su propia vida, nacieran o no en un viaje”, precisa Gabriel, que entiende la escritura como una suerte de conocimiento o autoconocimiento, una manera de entender por qué somos como somos, y en qué medida nos marca, incluso, el lugar donde nacemos... o bien los autores o autoras que nos han influido en nuestro modo de escribir. A este respecto, Gabriel, con humor, reconoce que escribe en contra de quienes admira: Chéjov, Maupassant o Isak Dinesen, porque “Chéjov desdeñaba la trama, y yo recurro a ella; Maupassant frecuentó el cuento breve y conciso, y los míos son largos; Dinesen cultivaba un lenguaje grandioso, y creo nada de eso asoma en mi estilo”, especifica este narrador y guionista de cine leonés, consciente de que León es tierra de escritores, tal vez porque “el paisaje de la provincia, con sus montañas, chopos y ríos, invita a la introspección”. En cualquier caso, se muestra un tanto escéptico respecto a la gente que escribe y vive en la provincia.

El batiburrillo que acompaña al 'todo vale' y la democratización de la cultura, donde parece que lo único importante sería el hecho de hacer cosas, amortigua el eco de nuestras mejores voces

“Dada la abundancia en el presente de los mismos, raro será que no despunte alguna nueva figura que se sume a las ya consagradas en el panorama nacional. Tengo sentimientos contradictorios: por un lado, encuentro a personas con talento y longeva vocación que se esfuerzan con ahínco por sacar a la luz obras de peso escritas con rigor, un alto nivel de exigencia personal, laboriosidad y muchos desvelos; por otro lado, y sobre todo en el campo de la poesía de verso libre, observo que muchos, con un paupérrimo bagaje de lecturas, se acercan con ligereza a la literatura y muestran al público trabajos que merecían un mayor cuidado en su redacción. El batiburrillo que acompaña al 'todo vale' y la democratización de la cultura, donde parece que lo único importante sería el hecho de hacer cosas, amortigua el eco de nuestras mejores voces”, apostilla este estupendo narrador y viajero, que en la actualidad está en la isla nicaragüense de Ometepe, donde espera pasar algún tiempo con la idea de alumbrar una novela corta. Asimismo, ya tiene escrito, con una estructura similar a la de 'Otras nubes, otras lluvias', un libro inédito ambientado en Bolivia mientras está embarcado en un tercer volumen que transcurre en Etiopía. “Tras esta trilogía que abarca tres continentes, proseguiré con la escritura de historias de ficción ya en forma de novelas”, concluye.

Entrevista breve a Gabriel Quindós

“Las fuentes literarias serían un inescrutable poso de lecturas”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Se me ocurre que con 'Máximas' de François de La Rochefoucauld no dejo de aprender acerca de las miserias y pulsiones propias y ajenas.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Portada del primer libro de Gabriel Quindós

Tengo a Robert L. Stevenson como una suerte de modelo que no he sabido seguir.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Abandono los libros que me parecen insoportables en sus primeras páginas, por lo que mi juicio sería inconsistente.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Camino despacio, me dicen.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Que me soporte ya dice muchísimo bueno de ella.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Desnortadas ambas, diría que la política actual y la sociedad carecen por igual de una idea hermosa acerca del mundo en que nos gustaría vivir.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

El sexo, viajar, beber, vivir, escribir, pasear, la belleza en todas sus manifestaciones, querer y sentirme querido.

¿Por qué escribes?

Para comprenderme, para comprender a los otros y al mundo, para ofrecer un rostro embellecido de mí mismo, para que me quieran, por ser un completo inútil para tantas otras cosas.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Me daría por satisfecho si la escritura que predomina en las redes no me deja ningún rastro.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Si se es honesto, ningún manantial ajeno acude en la ayuda de uno ante la página en blanco. Las fuentes literarias serían un inescrutable poso de lecturas.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No tengo blog, pero siento debilidad por 'Hemeroflexia', de Andrés Trapiello. He visto aparecer y languidecer muchos, pero jamás los contemplé como herramienta literaria.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

“Lo más que se puede esperar de la vida es cierto conocimiento de uno mismo ―que llega demasiado tarde― y una cosecha de remordimientos inextinguible” (Joseph Conrad).

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