El proyecto fallido para recuperar el Teatro Emperador que se quedó en un cajón hace casi 14 años
Va a cumplir 75 años y los últimos veinte cerrado. El emblemático Teatro Emperador de León, punto de referencia cultural del centro de la ciudad desde su inauguración en 1951, continúa siendo un símbolo de la frustración ciudadana al permanecer cerrado al público y sumido su proyecto de renovación en una interminable incertidumbre. Una historia que se repite en la capital leonesa más veces de la esperada y que recuerda muchísimo a que los trenes no lleguen a la Estación de la Feve desde hace 15 años. O la promesa de hace más de 17 años del Centro Logístico de Torneros.
Un teatro que todos los leoneses quieren volver a ver abierto, pero con una situación que es más bien de una función de tragicomedia eterna, que nunca termina. La realidad es que las esperadas reformas del histórico edificio –del que Zapatero anunció en 2008 que sería el Centro Nacional de Músicas Históricas— se encuentran aún, a día de hoy, en la fase de 'estudios previos'.
Precisamente ILEÓN ha tenido acceso a un informe del Ayuntamiento de León fechado en enero de 2012 en el que se proponía una solución para su apertura que requería de unas obras de 300.000 euros primero para consolidación y reparaciones urgentes, y de unos tres millones (3.084.000) euros para su reapertura, rebajando en más de la mitad lo prometido por el expresidente del Gobierno leonés.
El teatro abrió en 1951 y cerró en 2006
Diseñado por Gonzalo de Cárdenas, Manuel de Cárdenas y Francisco J. Sanz, el inmueble, ubicado en la Avenida de la Independencia número 14, fue encargado en 1946 por la Empresa Leonesa de Espectáculos S.A. (que los leoneses conocieron como Elde) para funcionar como sala de espectáculos y cinematógrafo. Su funcionamiento fue ininterrumpido hasta 2006, momento en que cesó su actividad. A partir de entonces, comenzó un largo y tortuoso periplo de titularidad pública marcado por promesas de reapertura y reutilización que han resultado todos proyectos fallidos.
El interés de la población local impulsó al Ayuntamiento de León a adquirir el teatro en 2007 por 4,4 millones de euros, con el firme plan de recuperar su función teatral. Sin embargo, aquel primer proyecto de uso nunca llegó a llevarse a cabo. Tres años más tarde, en 2009, la propiedad del inmueble pasó a manos del Ministerio de Cultura y Deporte, que lo adquirió por 4,7 millones de euros.
El proyecto nacional de Zapatero
Con esta nueva adquisición estatal, surgió una ambiciosa propuesta para establecer en el Emperador el Centro Nacional de Artes Escénicas y de las Músicas Históricas. Sin embargo, este proyecto, que parecía garantizar la reactivación cultural del edificio, finalmente no tuvo éxito, y el teatro, desde entonces propiedad del Ministerio, ha permanecido cerrado y en estado de abandono, convirtiéndose en un tema recurrente de debate y frustración, y un punto clave en los programas electorales de la provincia.
En 2008 el presidente del Gobierno leonés, José Luis Rodríguez, Zapatero, anunció que el Teatro Emperador sería el Centro Nacional de Músicas históricas. Así, el Ministerio de Vivienda compró el inmueble al Ayuntamiento de León por 4,7 millones de euros e incluso la ministra del ramo, Carme Chacón visitó León para presentar el ambicioso plan de rehabulitación contemplaba una intervención integral, con un presupuesto estimado en siete millones de euros.
Sin embargo, nunca llegaron los fondos necesarios para su restauración. El proyecto fue perdiendo impulso progresivamente, hasta que en 2010 el INAEM admitió públicamente que el esquema inicial carecía ya de validez: se descartaba así la creación de una orquesta estable, un coro y un ballet, junto a los 145 empleos que se habían prometido en un primer momento. El Teatro Emperador, sumido en el abandono, quedó relegado a los cajones —junto al proyecto inicial del arquitecto Peridis— mientras el ciclo político avanzaba hacia unas nuevas elecciones, dejando en punto muerto tanto la recuperación del edificio como la revitalización cultural que esta traía aparejada.
Aún así, el Ayuntamiento leonés del alcalde Emilio Gutiérrez siguió trabajando con el Gobierno para que no quedara la promesa en agua de borrajas y presentó el nuevo informe en el que el Instituto Leonés de Renovación Urbana y Vivienda (el ILRUV) indicó que eran necesarias unas obras urgentes de reparación de 304.000 euros y preparó un plan para la puesta en funcionamiento del Teatro Emperador de tres millones de euros. El estudio municipal elaborado en ese momento concluyó que, más allá de la necesidad de adecuación normativa, el edificio no había sufrido un deterioro excesivo desde su cierre y que con los tres millones se podría reabrir de nuevo al público vinculado al Auditorio de León, con la misma plantilla y como escenario central alternativo para la ciudad.
En la única excepción de obras prometidas y ejecutadas, entre 2012 y 2013 el Ministerio Cultura acometió la intervención urgente centrada en las fachadas y las cubiertas del teatro.
Sin embargo, lo que parecía un impulso definitivo para el proyecto de reapertura volvió a resultar en un fiasco al llegar el Gobierno de Rajoy a subastar el inmueble en 2013. Nadie acudió a la puja. Cinco años después, en 2018 el entonces alcalde de León, José Antonio Silván, también se negó a asumir su gestión.
Hartos de la situación, en 2022 un nutrido grupo de leoneses se movilizó para que se le diera una solución al emblemático teatro, y se manifestaron a sus puertas reclamando a las autoridades que hicieran realidad estas promesas fallidas.
Algo de ello debió llegar a Madrid, ya que en marzo de 2023, más de diez años después del plan redactado por el ILRUV del Ayuntamiento de León que se muestra en este artículo, el Gobierno –que había traspasado el inmueble al Ministerio de Cultura– anunció que retomaba el proyecto y que aprobaba un proyecto de cuatro millones de euros, un millón más del que propuso un decenio antes el Ayuntamiento leonés, pero tres menor que el propuesto por Zapatero.
La eterna promesa que no se cumple
El Teatro Emperador es uno de esos proyectos prisioneros del tiempo al igual que el Polígono de Torneros. En este caso, va a cumplir en 2026 veinte años de promesas rotas, con una serie de estudios previos que nunca se cumplen.
La última, el anuncio del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) que en 2023 afirmó que daría un nuevo impulso al edificio. Pese a que asegura que ha terminado el estudio de consultoría sobre las necesidades escénicas no lo ha hecho público. Esta documentación es clave para definir el alcance del proyecto, que se financiará con cargo al 2% Cultural y que contempla la reparación de cubiertas, trabajos en la envolvente del edificio, adecuación a la normativa de accesibilidad, eliminación de barreras arquitectónicas y la rehabilitación del escenario y foso de orquesta, además de la restauración de mobiliario y elementos interiores.
No obstante, las fechas comprometidas han continuado retrasándose una y otra vez. Se anunció que comenzarían las obras a primeros de 2025, después que se retrasaba el comienzo del proyecto, al no haberse valorado aún las conclusiones derivadas del citado informe. El INAEM aseguró que la licitación del proyecto de obra se llevaría a cabo previsiblemente a partir del segundo trimestre de 2025 –la última noticia fue que en junio—, pero estamos ya entrando en el último del año y nada se sabe.
El Teatro Emperador se ha convertido involuntariamente en otro de los 'grandes éxitos' de la tragicomedia de la provincia leonesa y la capital de León con los grandes proyectos comprometidos por el Gobierno de la Nación que siguen esperando en el olvido. Y lo peor es que, tal y como van las cosas, parece que seguirán en 'cartelera' mucho más tiempo.
Mientras, las butacas del Emperador van cogiendo cada vez más polvo y el edificio se va deteriorando como si estuviera preparándose para proyectar una última película de terror... en sesión doble junto al filme de catástrofes de la desparición de los trenes de la Feve del centro de León.