León tuvo cuatro murallas romanas desde que se aposentaron aquí los legionarios de la VI Victrix destinados a las guerras cántabras cuando llegaron a la confluencia entre los ríos Torío y Bernesga, campaña bélica en la que el emperador Augusto perdió su primer águila, treinta años antes de Teotoburgo.
Con la propuesta de un paseo rodeando la cerca romana legionense (y descubriendo sus secretos) llega el cuarto de los artículos con infografías de Dativo Rodríguez en el que se resumen todas ellas para animar a los leoneses a salir a conocer León y, más específicamente este fin de semana en el que se celebra el 1.952.º 'Natalicio del Águila' de la Legio VII, la urbe leonesa heredera de aquellos dos campamentos legionarios romanos. Precisamente un grupo de eruditos de la Historia de Roma estrenaron este viernes un documental en el que se explica qué es esta fiesta y la historia de las dos unidades de élite que dieron origen a la ciudad.
Los tres primeros artículos de la serie –sobre el monasterio de Carracedo y la iglesia de Santiago de Peñalba en el Bierzo, y la basílica de San Miguel de Escalada– se pueden leer al final del texto, en los enlaces justo debajo de los símbolos de redes sociales– y consisten en una somera explicación de cada monumento para presentar las infografías que corresponden a cada uno.
Dativo Rodríguez es un infografista nacido en Laciana con veinte años de experiencia en los medios de comunicación. Trabajó en la vieja Crónica de León y ahora colabora con ILEON.com, Infobierzo.com y otros tantos medios. Es uno de los más reconocidos de la profesión, con varios premios. Entre ellos uno internacional en 2009, el afamadísimo Malofiej, después de haber recibido en 2005 y 2007 el premio de periodismo Francisco de Cossío por un trabajo del Musac y otro de la 'Ruta de los Monasterios de León' en internet y en 2006 y 2008 el Premio Internet Castilla y León por los trabajos 'Las vidrieras de la Catedral de León' y el 'León Romano'. En 2011 obtuvo el Premio al Creador de la mejor web Castilla y León 'Buscando El Norte Digital' por el proyecto 'leon-online.com'.
La ciudad de León fue, 'fundada' por las legiones romanas. Aunque en realidad era un campamento militar y ésta no se hizo urbe hasta que fue abandonado por la última unidad de élite que estuvo acantonada aquí durante más de tres siglos: la Legio VII, que se creó para dar golpes de Estado (y luego fue recompensada con una especie de 'funcionariado' de Obras Públicas en Hispania).
¿Cómo visitar las cuatro murallas romanas?
El campamento legionario de León tuvo cuatro murallas. Dos de la Legio VI, de madera y tierra –llamadas de 'tapines' porque se hacían con la técnica de acumularlos uno encima de otro– y de la que los restos de éstas se pueden ver en el Centro de Interpretación del León Romano, en la cripta arqueológica acristalada de su interior. La primera durante las Guerras Astur-Cántabras de Octavio Augusto, antes de Cristo, y la segunda durante el principio del siglo primero, antes de abandonar el campamento en el año 69 después de Cristo.
Las otras dos son de piedra. La primera la levantó la Legio VII sobre el año 75 después de Cristo tras regresar a Hispania el año anterior ocupando el solar de su legión madrina (puesto que fue la que entrenó a los reclutas de la séptima legión). La segunda, la conocida como muralla de los cubos, se cree que se construyó en un espacio de tiempo entre finales del siglo III y del IV –como explica este artículo de Emilio Campomanes– es plenamente visible aún con sus reparaciones medievales y es 'hermana' de las de Astorga y Lugo (con la que tienen tal asombrosa coincidencia de apariencia que es posible equivocarse de ciudad al ver una foto descontextualizada de las mismas), además de la portuguesa de Braga hoy desaparecida.
Primera muralla de piedra
Para localizar los restos de la primera muralla de piedra de León se pueden visitar dos lugares preferentes. Uno, donde mejor se ve la diferencia constructiva entre ésta y la segunda (construida con cal y cantos de río en época Tardorromana), es en las escaleras de San Isidoro.
Allí se puede observar un estrecho muro de sillares rectangulares más o menos regulares en tamaño, como si fueran ladrillos, rodeados de argamasa (lo que se llama 'opus caementicium'). Las murallas de piedras de las legiones romanas estaban pintadas de blanco y, entre las junturas de la argamasa, de rojo, para que se vieran bien; vamos, para dejar claro que estaban allí e imponer tan sólo con el miedo y el respeto al Ejército Romano. De esa pigmentación no quedan restos, pero sí se puede vislumbrar ese color rojo en Marialba de la Ribera... donde la basílica se levantó con la misma técnica constructiva.
Los otros dos lugares donde se puede observar están bien cerca. En la calle Ruiz de Salazar, donde la reconstrucción de la muralla romana (a la cual se podía subir hasta que los vándalos destrozaron el adarve, la parte superior paseable de la fortificación, repetidas veces) se puede observar un enrejado en el que, al fondo, se ven las piedras colocadas regularmente.
Poco más allá, en el cruce de la calle Pilotos Regueral, frente a la Diputación de León, donde se parte la muralla, se puede observar un pequeño muro a la derecha de la más fuerte que tiene una pequeña separación vertical. Esa es la misma, con un metro y medio de ancho, que tenía unas torres que casi no sobresalían de los lienzos y un terraplén de tierra para dentro del campamento.
Muralla de los cubos
La muralla tardorromana se puede visitar, con todos sus cubos, en la parte este por calle Ramón y Cajal pasada la Torre del Gallo y en la calle Carreras detrás de la Catedral. En la cripta catedralicia se puede ver los restos de la 'Porta Principalis Sinistra' original; y siguiendo hacia la entrada de la Plaza Mayor, por la calle Serradores –donde se encuentra el torreón de los ponce, que originariamente era cuadrangular en tiempos de Roma mientras la mayoría son 'semicirculares'–, se puede pasear entre los cubos embutidos en viejas casas; muestra de para qué se usó la muralla a partir de finales del siglo XIX cuando perdió su carácter defensivo tras las Guerras Carlistas.
La parte de la Carretera de los Cubos, el lado norte, muestra tan sólo el lienzo porque a principios del siglo XX se derribaron, pero si se entra al Centro de Interpretación Romano se puede ver su interior y de qué estaba construida. Hay otro segmento en la Era del Moro que está siendo restaurado. El castillo de León, donde se encuentra el Archivo Provincial, justo al lado es un recrecimiento posterior de la muralla.
La muralla de León, en la Era del Moro antes de su restauración, situada tras el patio del Instituto Legio VII.
El lado oeste de la calle de La Rúa sólo se puede vislumbrar desde una de las ventanas del Palacio del Conde Luna y del lado este, más allá del torreón de los Ponce al otro lado, sólo se puede ver la 'Torre Derribada' en la calle Conde Rebolledo; recién restaurada después de que al Ayuntamiento de León durante la época de la concejala de Urbanismo Ana Franco (y la Alcaldía de Antonio Silván) se les hundiera ese cubo, el de la esquina oeste de la muralla romana que también se determinó que era 'cuadrado' ya en época romana.
Para saber más sobre estas murallas, sólo queda ver la infografía de Dativo Rodríguez aquí debajo.