Olga Rodríguez: “El Estado salvó a los bancos con nuestros impuestos, sin embargo, no salvó a las personas”

Olga Rodríguez es periodista.

Abel Aparicio

El artículo 47 de la Constitución española comienza diciendo que “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”. Sin embargo, durante el primer trimestre de este año 2022, se produjeron en el Estado español 11.072 desahucios. En la Región Leonesa, los desahucios aumentaron respecto al año pasado tanto en León, como en Zamora y Salamanca.

Desde octubre la película 'En los márgenes' muestra esta realidad en cines de toda España. Dirigida por Juan Diego Botto, guionizada por el propio Botto y la periodista leonesa Olga Rodríguez y protagonizada, entro otros, por Penélope Cruz y Luis Tosar. La cinta, que fue presentada en el Festival de Cine de San Sebastián y en la Mostra de Venecia, trata uno de los problemas más graves a los que se enfrenta hoy parte de nuestra sociedad y que no siempre está de actualidad, los desahucios

El cine es un altavoz, entre otras cosas, sobre los problemas sociales. ¿Por qué eligieron abordar concretamente los desahucios?

Hace tiempo Penélope Cruz le pidió a Juan Diego Botto escribir un proyecto para que ambos pudieran interpretar algo juntos. Ella le solicitó un conflicto de celos, pero sobre ese tema Juan no encontraba nada. En aquellas fechas vivíamos el auge de los desahucios. Yo hacía varios reportajes de precariedad, y esos temas, aunque no quieras, te los llevas a casa. En uno de esos reportajes, dos educadoras sociales contaban que una mujer les decía constantemente que “si no me suicido es por mis hijos”.

Pasado un tiempo, Juan escribió la escena entre Penélope y él y me la dio a leer. Ahí le presento a gente afectada, activistas, abogadas, etc. Ahí Juan profundizó en el tema de los desahucios para poder conectar con el alma humana. Él me daba a leer cosas, yo le hacía sugerencias, hasta que un día dijimos: ¡estamos haciendo un guion juntos!

Vemos como en varias presentaciones acuden representantes de la PAH de esas localidades. ¿Qué han aprendido de ellos?

Hay un antes y un después en las vidas de toda la gente del equipo. Hubo una primera proyección con gente de las diferentes PAH que salen en la película. La primera proyección, para todas las personas que integramos el proyecto fue la más importante, ya que asistieron unas 500 personas entre afectadas y activistas. Varias de ellas pidieron el micrófono y hablaron desde el corazón. Es impresionante como fueron surgiendo los afectos. Lo de Richard Rodríguez y Josefina Hernández con tres menores de edad es sangrante. Su caso fue denunciado por Amnistía Internacional, pero siguen sin solución.

El problema radica en que nos educaron para que cuando alguien está en riesgo de desahucio, sienta vergüenza. Muchas veces nos preguntamos cómo darle la vuelta para que la vergüenza la sientan las estructuras de poder. Esto tiene responsables detrás. El llamado banco malo, la SAREB, tiene pisos, bloques vacíos y no usados. Hay mucha gente que incluso trabajando no puede pagar su vivienda. España es el país de Europa con menos vivienda social. Richard recibió su orden de desahucio un día de rodaje. Juan y yo estuvimos muchas noches observando sus fotografías, sus caras, sus historias. Al final, en cualquier campo, admiras a las personas con las que trabajas. Nos dieron una lección de dignidad y fuerza. Solo nos queda mostrar admiración y agradecimiento eterno.

En la película se ve como la gran mayoría de las personas que luchan para frenar un desahucio son mujeres. ¿Por qué ocurre esto?

Todas tenemos abuelas a las que no se le reconoció su labor. Yo lo he visto en las guerras. Cuando todo se derrumba, cuando todo se rompe, ellas saben crear tejido social y sostener su mundo. He visto en Bagdad a vecinas buscarse unas a otras para que ninguna se quedara sin comer.

Estamos sufriendo una guerra sin balas. En pueblos y ciudades, muy a menudo observamos que son las mujeres las que dan un paso adelante. Aproximadamente un 80% de las personas que acuden a las asambleas son mujeres.

Educacionalmente, el hombre es el que trabaja. Cuando no puede ser el proveedor, cuando no puede traer el sueldo a casa, se deprime. Esto está unido a la vergüenza que se pasa. Hay muchos casos en los que ellos se rinden, pasan página y se van. Son ellas las que se unen y luchan hasta el final.

Durante años se nos quiso vender que vivíamos por encima de nuestras posibilidades. Sin embargo, las posibilidades se nos daban, se nos facilitaban, incluso se nos insistía en aprovecharlas. En un momento de la película se insiste en que la víctima nunca puede ser la culpable.

Se está culpando a las víctimas de un problema colectivo, estructural. Son señaladas como culpables. La crisis de 2008 abocó a mucha gente a la calle mientras los bancos hicieron especulación y jugaron con el precio de la vivienda. El Estado, de alguna manera, compró esa deuda para salvar a los bancos con nuestros impuestos, sin embargo, no salvó a las personas. En tiempos tan oscuros como los actuales no podemos permitir la vulneración de los sectores más débiles de nuestra sociedad. Hannah Arendt, hablando sobre la deshumanización, decía que no hay que fijarse solo en los números, también en los procedimientos.

Estamos viendo discursos en prime time culpabilizando a los sectores más débiles, ligando a los desahuciados con la ocupación. Esto cualquier historiador del futuro lo señalará esto como un mal muy grave de nuestra época. Por eso creímos que en un momento así era necesario hacer esta película. Observamos con agrado cómo ha generado debate. Algunos medios están volviendo a hacer reportajes sobre desahucios y otros están bajando el tono.

El Ayuntamiento de Madrid gobernado en 2013 por Ana Botella vendió 1.860 viviendas públicas protegidas a dos sociedades del fondo buitre Blackstone a un precio por debajo de mercado. La ley del Govern de Catalunya no consigue frenar los desahucios, como se demostró a las pocas semanas de su entrada en vigor. ¿Quién protege a los más vulnerables?

No están protegidos, por eso es tan importante la ley de vivienda. España es el único país de Europa que no daba dación en pago, incluso en algunos lugares a día de hoy no la dan. El Estado español tiene un 1,6% de vivienda social, mientras que otros países de nuestro entorno tienen un 16%

Hemos visto como a gente a la que solo le faltaba un mes para pagar su hipoteca, después de llevar diecisiete 17 años pagándola, se veían forzados a ir a la calle al cuarto mes de no poder pagarla. Esto depende de la sucursal con la que negocias y es lo que no puede ser. Se necesita una ley y se necesita ya.

Durante la sesión se pueden ver escenas muy traumáticas. Una de ellas es la de un niño que decide dejar de hablar y una niña que prácticamente se cuida sola. ¿Qué traumas de presente y de futuro produce esto?

El mutismo selectivo lo vi en guerras y lo veo en desahucios. Cuando tú ves a tu madre desmoronarse, cuando la ves rogando una semana más porque no tienen dónde ir, se genera un trauma.

Por lo general, con quien mejor está un hijo, es con su familia, salvo excepciones de maltrato y demás. Bien, pues hay niñas que se tienen que cuidar ellas solas porque sus padres están todo el día trabajando. A ese drama se enfrentan muchas familias. Para que la gente pueda trabajar, hay alguien cubriéndole las espaldas. Hay familias que no tienen este respaldo, y esos niños se hacen adultos demasiado pronto.

La cinta fue presentada en Venecia y rodará por diversos países. ¿Ocurre lo mismo fuera de nuestras fronteras?

La situación de la vivienda en España es incomparable con el resto de Europa. Que sigas pagando la vivienda cuando te desahucian, solo ocurre aquí. En el resto de países te asignan una alternativa habitacional, aquí no. Faltan demasiadas garantías para proteger a las personas más vulnerables.

La película está teniendo una muy buena acogida en las salas de cine. ¿Qué os trasmite el público?

Nos ha sorprendido que le esté gustando a la gente joven. Quizá por la mirada de Raúl, la mirada de un adolescente. También nos sorprende mucha gente no conocía la problemática de los desahucios. La magia del cine y del teatro tiene estas cosas, llegan a donde quizá los medios no lo hacen. El cine nos hacer entender cosas que están en prensa y que no llegan. No quisiera dejar de comentar el mensaje que queremos lanzar al final. Quien no busca comunidad, está más desesperado, más solo.

Para finalizar, y de cara a un futuro. ¿El cuerpo os pide más?, ¿veremos otra película vuestra?

Es muy duro sacar una película social. Es más fácil sacar una película de amor, o incluso una película sobre un problema social del pasado. Algo actual es muy difícil. Sacar adelante la financiación para un proyecto así, a pesar de la talla de los actores, nos costó mucho. Según se hablaba de desahucios la cara de los productores cambiaba. Pero quién sabe, esperemos a ver qué depara el futuro.

Etiquetas
stats