“El invento del cinematógrafo es el que más ha cambiado la forma de pensar y de imaginar el mundo hasta la llegada de Internet”

Yago Ferreiro. Foto de Javier Arce

Manuel Cuenya

Nadie debiera estar de acuerdo,

Para eso existe la “actividad”.

Ella cierra fuerte los muslos,

Para después abrirlos...

('Poética para cosmonautas', Henry Pierrot-Yago Ferreiro)'

Autor de 'Poética para cosmonautas' (Leteo, 2005) -reeditada y adaptada al cine bajo el título de 'El cosmonauta' (Nicolás Alcalá, 20013)-, Yago Ferreiro es un poeta nacido en Barcelona, aunque afincado en León, que ha escrito esta obra “desde el dolor, con una intención clara de forjar un lenguaje accesible, casi masticable para cualquier tipo de público... Escribir ese libro y poder entregárselo a la persona que lo hizo posible, constituye el único orgullo constatable de mi vida”, dice con satisfacción.

En cuanto a la adaptación, Yago confiesa que intentó no involucrarse demasiado emocionalmente aunque sí echar una mano en lo que pudo. Revisó las versiones de guión y procuro en todo momento entender la visión de Nicolás, el director de la película. “Para mí 'El cosmonauta' no es una adaptación de mi libro, ni el libro un anexo de la película. Son dos obras de arte independientes, mirándose a la cara, conversando”. No en vano, Yago siente devoción por el cine, en concreto por una suerte de cine especial, cuyas “narraciones siempre son poéticas, acaso indescifrables”, como el de Tarkovski, que tanto le interesa, “aunque puede ser considerado un cineasta primitivo para las nuevas generaciones”. En el cine de este director “hay un poso de honestidad y de riesgo, de investigación en el lenguaje audiovisual, que hecho bastante de menos en las producciones de cualquier otro cineasta”, aclara Yago, a quien le gusta firmar sus libros como Henry Pierrot, en clara alusión a Henry Miller y a 'Pierrot le fou', la legendaria película del maestro Godard.

En el fondo, Yago cree que desde el invento del cinematógrafo cualquier persona se ha visto influida por el cine. “Hablo de artistas y también de cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Es el invento que más ha cambiado la forma de pensar y de imaginar el mundo hasta la llegada de Internet”.

Debe existir un gen genuinamente leonés que hace que toda esa gente, huérfanos de ayudas, hayan conseguido desarrollar una trayectoria literaria brillante en un contexto tan hostil.

A este singular autor, que dice haber nacido en Chevry-Cossigny y haber sido alumno de Roland Barthes, le gusta utilizar, como a Pessoa, heterónimos. Le parece un recurso encantador y sobre todo divertido. Y la influencia tanto de Henry Miller como de la peli de Godard en su vida es definitiva. “Henry Miller influyó decisivamente en mí. Leyendo sus trópicos en la adolescencia entendí el valor de la palabra y el efecto que podía conseguir en un lector. También me sedujo su figura literaria. Su pasión y su fracaso. Me sacó literalmente del arroyo. En el caso de la elección de la película de Godard es algo más sencillo, Pierrot significa payaso. Es una mascarada y en ese momento creí que funcionaba perfectamente como apellido para ocultarme”. Además de estas reconocidas influencias, siente predilección por autores como Luis Rosales, Stanislav Lem y, sobre todo, Francisco Casavella. En esta línea de heterónimos, ha reeditado recientemente su 'Antología de la Poesía Espectacular' con una nueva editorial, Pájaro. Se trata de un homenaje velado a los escritores que su creador ha conocido en persona y que, por diferentes razones, nunca han visto su obra publicada. Un modo de dar voz a cuatro autores “ficcionados (que no ficticios) que trabajan y escriben y desarrollan su labor literaria al margen de los procesos de publicación y de mercado actuales. Esos autores son los que a mí más me interesaría rescatar y aquí les pongo voz a través de cuatro heterónimos que intentan marcar un estilo diferenciado en cada una de las partes que componen esta antología”.

Leyendo los trópicos de Henry Miller en la adolescencia entendí el valor de la palabra y el efecto que podía conseguir en un lector. También me sedujo su figura literaria. Su pasión y su fracaso. Me sacó literalmente del arroyo.

Apartado de localismos y nacionalismos

La primera edición de su 'Antología de la poesía Espectacular' (Camparredonda, 2013) corrió a cargo de Gregorio Fernández Castañón, “el único mecenas cultural que he conocido en mi vida. Me parece que su labor y generosidad para con el mundo de la cultura leonesa nunca va a ser reconocida del todo y que cualquier intento de reivindicarlo se queda corto”.

Aunque nació en Barcelona y vive en León desde hace tiempo, Yago no se siente especialmente de ningún lugar en particular, pues “viniendo de dónde vengo, además, el localismo o las cuestiones de nacionalismo me provocan reacciones alérgicas”, señala contundente. León le parece una ciudad muy bonita, “que poco a poco empieza a ofrecer eso que siempre ponen en las guías del viajero sobre otras capitales de provincia. León empieza a combinar la tradición y la historia con la modernidad”. Y es en esta ciudad donde conjuga y compatibiliza su labor al frente del mítico bar Belmondo, en el que por cierto se hacen presentaciones de libros y sesiones poéticas, con su faceta como poeta. “En realidad –matiza– llevo toda la vida trabajando en locales de ocio y dedicando el resto de mi exiguo tiempo a la literatura”. Y agrega: “Roberto Bolaño lo dijo mejor que yo 'Hay momentos para recitar poesías y hay momentos para boxear'. Por suerte o por desgracia al regentar un negocio, dispongo de un espacio que puedo utilizar para que gente de aquí o de fuera vengan a presentar sus obras y hagan de mi trabajo como hostelero algo un poco más digno”. En este mismo sentido, está convencido de que León, donde Yago ha tratado y conocido a más gente interesada por la literatura que en ciudades con más habitantes, es paradójicamente un sitio en el que los escritores que admira apenas reciben apoyo institucional para que salgan adelante. “Eso me hace pensar que debe existir un gen genuinamente leonés que hace que toda esa gente, huérfanos de ayudas, hayan conseguido desarrollar una trayectoria literaria brillante en un contexto tan hostil. Yo hubiera tirado la toalla mucho antes”. Pero como quiera que Yago cree en la literatura como salvación, ésta ha conseguido, según él, desviar su vida de un más que probable errático camino. “Sin la literatura, muy probablemente, seríamos personas marginales. Es, por tanto, esencial que los escritores escribamos, al menos, un poco pendientes de nuestro futuro lector”.

Descreído en lo referente a concursos y premios literarios, manifiesta que no tiene gran experiencia en certámenes que midan el talento de un escritor. “No creo que exista algo así en estos momentos”. Ni tampoco ha buscado nunca la rentabilización de su escritura a través del dinero público. “No sé con quién hay que hablar. En el ámbito privado entiendo que debe ser un cachondeo premiar a alguien. Una pena que muchos de esos comportamientos de empresas privadas parece que suceden también con los premios de ayuntamientos y universidades estatales y que ningún escritor parece advertir en ello un símbolo de la corrupción que, constato, muchos de los premiados dicen aborrecer en otros ámbitos”.

Gregorio Fernández Castañón es el único mecenas cultural que he conocido en mi vida. Me parece que su labor y generosidad para con el mundo de la cultura leonesa nunca va a ser reconocida del todo y que cualquier intento de reivindicarlo se queda corto.

En estos momentos, Yago piensa dar el salto a la novela. Y ya ha comenzado a escribir un par de poemarios.

Entrevista breve a Yago Ferreiro

“El mundo es un lugar inhabitable si no intentamos transformarlo”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'El día de Watusi', de Francisco Casavella.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida)

Aunque no me considero una persona mitómana, Bob Dylan.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable)

Me molesta la proliferación de autores moralistas y bien pensantes. Los libros que tratan sobre lo buenos que somos todos y lo malos que son los demás. Me parece un desafío intelectual bastante mediocre.

Un rasgo que defina tu personalidad

La equivocación.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La inteligencia.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Entiendo que tenemos unos representantes a la altura de nuestra escala de valores y de nuestra ambición. Ahora puede parecer que no, pero la admiración que muestra la sociedad por personajes de la vida pública y sus divertidas fiestas en lugares inalcanzables para el resto de los mortales, sigue siendo una buena metáfora de nuestros problemas actuales. Alcanzar el éxito. Medrar.

¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?

La soledad.

¿Por qué escribes?

Para no cometer los errores en la ficción que sí cometo en la vida. Para no odiarme. También porque considero que el mundo es un lugar inhabitable si no intentamos transformarlo.

¿Crees que las redes sociales, facebook o twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

En absoluto. Las redes sociales son un escaparate bastante limitado para saber si un texto funciona o no. Se crean vínculos afectivos que impiden ser medianamente honestos con los demás. Al menos hasta que los dioses de Internet inventen la opción de “no me gusta”.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Mi proceso de escritura se ve interrumpido a menudo por la propia vida, que se rompa una cañería en el bar o trágicos sucesos, como romper con alguien y cosas así. No soy metódico, ni creo especialmente en ello. A la vez, todas esas tragedias cotidianas constituyen mis únicas fuentes literarias. Solo escribo cuando estoy al límite, cuando no me queda otra, cuando todos los recursos para estar bien se han agotado. Si fuera feliz no dedicaría ni un segundo a escribir.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Me interesa el formato blog, aunque la inmediatez me parece que juega en su contra. Sigo, desde hace años, a un par o tres de escritores que me parecen increíblemente buenos en ese formato. Uno de ellos, Alberto Olmos, ha decidido empezar a cobrar por el contenido de su web. Yo ya estoy suscrito.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo

“Lo peor que se puede ser en este mundo es un coñazo.” (Michi Panero)

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