La cueva de San Martín entra en la Lista Roja de Patrimonio por su “pésimo estado de conservación”
La única iglesia excavada durante la Edad Media, conocida como la cueva de San Martín, que data del siglo X y se encuentra en la localidad leonesa de Villamoros de las Regueras, acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio elaborada por la asociación Hispania Nostra debido a su “pésimo estado de conservación”.
La Cueva de San Martín se excavó a orillas del Torío, en el actual término de Villamoros de las Regueras, en el cerro arcilloso de La Candamia en las inmediaciones de la ciudad de León. El ingreso a la oquedad se realiza a través de un agujero informe que presenta una abertura total de 3,28 metros de ancho.
El espacio interior está formado por una pequeña nave longitudinal y ábside ultrasemicircular, que mantienen una comunicación a través de un maltrecho arco de tipología hoy desconocida. La cubierta de ambos espacios presenta formas abovedadas, asemejándose la de la nave a una bóveda carpanel y la del presbiterio a una de horno. La morfología del arco es imprecisa, no solo por encontrarse excesivamente sumergido en los sedimentos arcillosos, sino también por sufrir una gran erosión en sus partes visibles.
La existencia de una serie de orificios en las inmediaciones del arco, evidencia a través de su paralelismo, dimensiones y emplazamiento, su uso como antiguo anclaje para traviesas de madera, que discurrirían de forma horizontal al suelo. Este hecho, junto con el carácter de este espacio excavado, sugiere que de estas secciones de madera pendieran cortinajes, con los que se ocultaría el presbiterio, cumpliendo así una función litúrgica que fue habitual durante la Alta Edad Media. Huellas similares en torno al arco de ingreso de la cabecera se encuentran en otras iglesias excavadas peninsulares como San Acisclo y Santa Victoria en Arroyuelos (Cantabria) o Santa María en Valverde (Cantabria). En sus paramentos se encuentran también restos de grafiti de carácter epigráfico.
La referencia documental más antigua de esta cavidad se encuentra en el archivo de la catedral de León, en un documento datado el 3 de julio del año 990. La iglesia era propiedad de la reina Teresa Ansúrez, mujer de Sancho I, pero era gestionada por su mayordomo, el monje Zuleiman.
Desde hace unos años, la cueva de San Martín pasó prácticamente desapercibida debido a que la configuración irregular del terreno, así como la abundante y espinosa vegetación espontánea, dificulta su visión desde cualquier punto. Además, el interior se encuentra colmatado en casi su práctica totalidad, de manera que el primitivo pavimento se encuentra cubierto por una sólida y profunda capa de arcilla, originada por el desprendimiento de partículas de tierra de la cubierta, así como por la penetración de sedimentos que arrastran las escorrentías desde el exterior.
En el año 2018, el Ayuntamiento de Villaquilambre decidió facilitar el acceso a la cavidad desde el llano mediante la creación de una escalera excavada en la propia arcilla y la instalación de una soga a lo largo de ella que actúa como barandilla, quitamiedos y que en la parte superior limita el espacio exterior de la cueva, facilitando así su contemplación. Sin embargo, los peldaños excavados en el suelo han sufrido una erosión tanto física como antrópica y actualmente se han transformado en una pendiente.