Antonio Juárez, que empezó a hacer humor gráfico en los ochenta sustituyendo los domingos al recordado José Manuel Redondo 'Lolo' en las páginas de La Crónica de León, todavía recuerda su primera viñeta dedicada al carbón. El Gobierno hacía pasar por el aro a los mineros. Muchos años después, dibujó ya para el Diario de León a un trabajador con casco a punto de ser doblemente golpeado desde dos tirachinas con forma de 'v', la inicial común del nombre (Victorino Alonso) y el segundo apellido (Manuel Lamelas Viloria) de los dos últimos empresarios de referencia del sector en la provincia.
Ernesto Rodera, que se incorporó a La Crónica de León para cubrir la vacante temporal que dejó Lolo en el periódico cuando fue concejal en el Ayuntamiento de León entre 1995 y 1999, hizo a un minero con la cara y las ropas manchadas de negro único protagonista de uno de sus dibujos. “Averigüe qué personaje de todos los que salen en la viñeta es el que no cobra”, ironizaba tras relatar también en forma de texto la clásica sucesión de acontecimientos que comenzaba con presión en la calle y acababa con acuerdos en los despachos. “No me quería yo enfadar”, le hace decir al operario.
Javier Tascón, que empezó y terminó haciendo chistes, caricaturas e ilustraciones en el semanario Bierzo 7 asumiendo también durante varios años a caballo entre dos siglos la parcela gráfica de la sección dedicada a la comarca en la misma La Crónica de León que tenía a Lolo de viñetista de referencia, puso una vez a un minero enfrentado a un antidisturbios como si fueran personajes de juguete movidos por unas manos. “¿No tienes la extraña sensación de que mientras nosotros nos enfrentamos, otros se están beneficiando?”, se preguntan ambos en voz alta. Y la respuesta está en las letras del jersey del propietario de las manos que 'mecen' la disputa: “Eléctricas”.
El Gobierno hacía pasar a los mineros por un aro en la primera viñeta del sector que dibujó Antonio Juárez. 'El problema fue que se cerraron las mineras sin dar alternativas', denuncia
Y Lolo, que falleció a finales del pasado mes de octubre dejando en la provincia de León un hueco tan grande que va mucho más allá del humorismo gráfico, hizo su propia versión de las sucesivas reconversiones del sector poniendo a un minero como si fuera un personaje desmontable dejándolo al final con la cabeza en una pierna y el puño en la cabeza.
“Cuando los políticos quieren cargarse algo lo primero que hacen es dar la impresión de que son muy ordenados”, rezaba la viñeta de este hijo de ferroviario que creció en la cuenca del Gordón y se hizo algo así como hijo adoptivo de la de Fabero, que este domingo celebrarán Santa Bárbara, la patrona de los mineros, todavía con el corazón encogido por la pérdida.
Nada dio tanto juego
Si los corresponsales mineros tradujeron a sus paisanos la actualidad de un sector con su propio glosario y los fotoperiodistas captaron en imágenes la esencia de unas cuencas que fueron perdiendo su principal seña de identidad, a los viñetistas de la provincia les tocó sacar punta a una realidad marcada por movilizaciones, negociaciones, accidentes y muertes hasta ilustrar la propia defunción de la minería del carbón en un escenario de continua reconversión. Ningún otro asunto le hizo sombra –en León apenas citan episodios puntuales en torno a Antibióticos o Everest o la famosa gomina del exalcalde Mario Amilivia y en el Bierzo el caso de acoso sexual del exregidor Ismael Álvarez sobre la concejala Nevenka Fernández– y les dio tanto juego.
Sentencia Ernesto Rodera: 'La mina no era defendible ni como negocio ni como futuro'. Para él hacer humor gráfico sobre el carbón fue 'un ejercicio de melancolía' con un consabido final
Juárez había coincidido en un taller de cómics en León con Lolo, que con su fichaje por La Crónica de León había dejado huérfano de viñetista autóctono a Diario de León desde mediados de los años ochenta. Y se incorporó a la intendencia del decano de la prensa provincial a finales de esa década. A falta de fotografías, ponía ilustraciones a las crónicas de la Guerra del Golfo de 1991. Un año después rellenó el hueco que había dejado Lolo en uno de esos momentos claves con la primera Marcha Negra mientras España se ponía guapa para la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. Lo que tocaba contar entonces eran episodios como la negativa del ministro de Industria, Claudio Aranzadi, a recibir a los mineros tras caminar 500 kilómetros entre Laciana y Madrid. “El problema es que se fue cerrando el sector sin dar alternativas”, denuncia.
Rodera, que también firmó viñetas para El Mundo de León y publicaciones nacionales como ADN.es y Ctxt y actualmente lo hace en El Mundo de Castilla y León, tiene otra visión. “La mina no era defendible ni como negocio ni como futuro”, sentencia. Y ya lo había dicho de forma gráfica en 2009 con una viñeta que se ganó un accésit en los Premios Cossío: “Aunque yo la considero de las más romas que he hecho, ya tuvo mérito tener un premio cuando me metía con la minería” El humorista gráfico tampoco es complaciente con los mineros, “que obtuvieron la simpatía de la gente y no fueron recíprocos”. Y pone en cuarentena el pregonado orgullo minero. “Confundían el amor a la nómina con el amor al oficio”, apunta sin obviar que el resto de la clase trabajadora debería aspirar a sus salarios.
Javier Tascón afiló la punta reivindicativa cuando tocó hacer viñetas sobre accidentes mortales en las explotaciones. 'Había que remarcar que no se podía trabajar en ciertas condiciones', afirma
Tascón llegó al viñetismo diario todavía con el eco de las movilizaciones de 1996 contra el protocolo eléctrico del Gobierno de José María Aznar que derivó en la firma del primer Plan del Carbón (1998-2005). Tanto juego como las manifestaciones y cortes de carretera dieron luego esos denominados fondos para la reestructuración de las cuencas mineras. “Había que seguir el hilo de cómo se estaba gastando ese dinero”, apunta.
La traslación al humor gráfico se sustanciaba en este caso viñetas como aquella en la que puso una maleta cargada de dinero dentro de un bloque de hielo. “¿Se derretirá con promesas?”, se preguntan unos expedicionarios.
Seguir el hilo de la reconversión
La reconversión minera dejó secuencias tragicómicas como obras megalómanas en municipios que se iban despoblando. El chiste quedaba servido. Rodera, que compara el seguimiento a los fondos para la reconversión con “llevar agua en una raqueta de tenis”, reconoce que hacer humor gráfico sobre el carbón ha sido “un ejercicio de melancolía” con un final consabido –“Pasó como con el cierre de Everest: yo ya sabía lo que iba a ocurrir”, señala– para un sector al que le ve muchas rémoras: “Era monopolístico, un monocultivo y un sitio de esclavitud”. Admitiendo que “todo se relativiza con el paso de los años”, Tascón no esconde la implicación personal: “Tienes la cultura minera muy nítida. Te arrastraban las movilizaciones. Y como las reivindicaciones eran justas, intentabas tener solidaridad”; afirma recordando haber recibido alguna felicitación por ello.
Lolo, fallecido a finales del mes de octubre, dejó un 'testamento' en forma del libro 'Humor minegro', que reúne una colección de sus mejores viñetas sobre minería
La actualidad minera dejó noticias de chiste y otras de estar para pocas bromas en un sector que se cobró vidas humanas en los tajos. Tascón optó en esos casos por afilar la punta reivindicativa: “Había que remarcar que no se podía trabajar en ciertas condiciones”. Las explotaciones fueron echando el cierre con coletazos como el del enfrentamiento entre mineros que puso el triste epílogo a las movilizaciones de 2012, lamenta Juárez, que dejó el oficio una década después, a principios de este 2022. Y como en una historia cíclica en la “siempre había un túnel al final de la luz”, Rodera llegó incluso a dibujar, a modo de Juego de la Oca, 'El nuevo juego de Victorino Alonso' para regresar siempre a la casilla de salida a cada nueva imputación judicial.
Ahora que las minas ya están cerradas, las miras están puestas en la denominada Transición Justa, por el momento algo así como una broma pesada para quienes han abandonado las cuencas en busca de un futuro mejor. Fuera ya del humorismo gráfico, Javier Tascón se vería ahora “intentando reivindicar la llegada de industrias con futuro y no cosas efímeras” –o sempiternas asignaturas pendientes para la comarca berciana como el AVE y las comunicaciones– muchos años después de poner en boca de un minero de ficción: “Creía que no había nada más oscuro que el carbón… hasta que empecé a ver el futuro”.
Y a Lolo, que sin saberlo dejó algo así como su testamento al publicar en 2021 una colección de sus viñetas en el libro sobre el sector Humor minegro editado ya por La Nueva Crónica, le tocará esta Santa Bárbara acompañar al Güelu para contarle el chiste más triste.