El turista alemán que protestó por el campo de concentración de San Marcos no avala el homenaje realizado

El edificio de San Marcos, campo de concentración durante y después de la Guerra Civil Española.

El homenaje a los republicanos encerrados en el campo de concentración de San Marcos de León durante la Guerra Civil prácticamente lo provocó Wilfried Stuckman, un turista alemán que en 2014 consiguió que le devolvieran el pago de la estancia de dos noches en el Parador cuando se sintió engañado al descubrir, por casualidad, que se alojaba en un antiguo campo de concentración.

Hoy, en un reportaje de Elena Cabrera en elDiario.es, da su opinión sobre el homenaje que se realizó a los prisioneros por Paradores esta semana. Y no lo aprueba. Le parece escaso y, es más, asegura que “San Marcos no debería ser un hotel” por respeto a los encarcelados injustamente allí.

Hace siete años descubrió de casualidad, en unos carteles en una estancia que pasa del claustro a la iglesia, que se mencionaba de pasada que el edificio renacentista que fuera sede de la Orden de Santiago también tuvo el macabro uso de campo de concentración, donde clasificaron a entre seis y doce mil personas para enviarlos a otros, o pasearlos (es decir, matarlos en cualquier acampado oculto sin juicio). Era tan sólo un párrafo escondido, pero sirvió para que denunciara la situación y que le devolvieran el dinero (396 euros) que donó a la ARMH, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Un panel explicativo “difícil de ver”

En el reportaje también se explica que sólo se ha instalado un panel informativo, que dista mucho de ser una placa conmemorativa como prometió Paradores. Y esto ha provocado la crítica de la propia ARMH. Su fundador Emilio Silva asegura “que es demasiado pequeño y está mal ubicado. Esa placa es microscópica y está detrás de una puerta que está cerrada, por lo que solo se visita si específicamente lo pide un cliente”, dice mientras recuerda en la información que“ Antonio Gamoneda escribió un manifiesto para la recogida de firmas que se titulaba Una puerta para la memoria, pero han puesto una puerta cerrada”. “Ni dice quiénes sufrieron prisión ni quiénes los reprimieron, y habla de Guerra Civil pero en León no hubo Guerra Civil”, protesa refiriéndose a lo que ocurrió en la capital leonesa donde el golpe triunfó el 20 de julio de 1936.

Stuckman fue contactado de nuevo en diciembre del año pasado por elDiario.es y entonces indicó que sabía que el Parador estaba siendo renovado tras la celebración del homenaje esta semana indicó desde Berlín que pensaba “que se estaba intentando borrar el recuerdo de los crímenes fascistas”. “Es una gran pena que el Parador no haga referencia oficial a su pasado –afirma Stuckmann al respecto de la ausencia de información en la web de Paradores–, nunca nos habríamos alojado en un lugar como ese, de haberlo sabido”. Cosa que desmiente su presidente Óscar López: “En Paradores no ocultamos la historia”. Un homenaje a puerta cerrada, y un panel informativo tras una puerta que sólo pueden ver los clientes es la solución propuesta por la compañía estatal que dirige para revelar la verdad.

Lea el reportaje con las opiniones completas de Wilfried Stuckmann en elDiario.es

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