¿Tu primer beso fue en este cine?

cines abella

Sara M.

La magia del cine llegó a León en las primeras décadas del siglo XX, alegrando las vidas de una población absorta en sus propios problemas y necesitada de grandes dosis de entretenimiento. A pesar de que ahora estemos más familiarizados con las pantallas del ordenador, los DVD y las televisiones de plasma, el siglo pasado vivió el trepidante crecimiento y también la caída paulatina de la industria de las salas de exhibición.

Antes de la llegada de los multicine y de los home cinema, pasaron por León 14 salas de proyección, que llenaron de fantasía a toda una sociedad, cuando las escasas opciones de ocio estaban reservadas a las élites.

El cine Lemy, en Alcalde Miguel Castaño, fue el primero en proyectar películas eróticas

La primera sala de cine de la que se tiene constancia fue el Industrial Cinema, ubicado en la calle de La Paloma. Las sesiones de cine mudo con el acompañamiento de un piano marcaron su trayectoria.

El Teatro Principal, hoy Consistorio de San Marcelo, y el Alfajeme, en Ramón y Cajal, vivieron la llegada de las grandes producciones americanas de las años 50, que sirvieron para expandir el reducido mundo provinciano, acercándolo a historias románticas, inverosímiles o heroícas, a vestuarios y paisajes que ni siquiera habían imaginado.

La ventana abierta al mundo resultó un buen refugio para la oscuridad que acompañó fielmente a la Guerra Civil, a partir del 36 aumenta el número de espectadores y la apertura de la salas cinematográficas. León se inunda de opciones, el Cine Azul y el Mary, en Ordoño II, el Avenida, en General Sanjurjo, y el Lemy, al final de la Avenida Alcalde Miguel Castaño.

A finales de la década de los 40, pusieron en marcha El Crucero, que alcanzó una fama nada halagüeña, y el Condado, en la calle Villafranca. Este último es recordado por sus sesiones continuas y por la proyección de filmes de terror y ciencia ficción durante los '80. Metrópolis y Star Trek 3 fueron algunas de las películas visionadas en el local que actualmente acoge un bingo.

El Ventas, en el barrio del mismo nombre, el Emperador y el Trianón, llegaron con los '50. El Trianón, concebido como teatro y sala de cine hasta que cerró en 1986, costó en la época 800.000 pesetas. Parte de su patio de butacas fue trasladado al salón de actos del colegio público La Palomera.

El mercado de la exhibición cinematográfica se encontró hasta el año 1967 completamente monopolizado por la Empresa Leonesa de Espectáculos Elde. Sin embargo, el control se rompe con el Abella y el Pasaje, cines más amplios y con las pantallas más grandes que se habían visto hasta el momento en la ciudad.

Gilda, Duelo al Sol, Mogambo, Qué bello es vivir o Cantando bajo la lluvia fueron algunas de las películas que pudieron disfrutar los leoneses antes de la llegada de la democracia. Lemy fue pionero en la proyección de películas eróticas tras el fin de la censura con Emmanuelle.

La última sesión del cine Abella tuvo lugar el 30 de agosto del 2000, sólo dos años más tarde el Pasaje cerró sus puertas dejando paso a una cadena de supermercados y poniendo fin a la época dorada del cine en León. No obstante, el carácter litúrgico de 'ir al cine' y el aprendizaje cultural compartido que representa, no se puede sustituir fácilmente.

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