Un conductor aparca en León su coche sin percatarse de que un corzo se había empotrado en él

El animal, literalmente empotrado en la parte frontal del turismo en el barrio de Eras en León.

Redacción ILEÓN

Una estampa verdaderamente inusual e impactante ha causado un enorme revuelo esta mañana en el barrio de Eras de Renueva de la capital leonesa al percatarse algunos viandantes de una escena macabra: la de un ejemplar de corzo empotrado en la parte frontal de un turismo, aparcado con absoluta normalidad en la calle Campanillas aparentemente sin haberse percatado de la circunstancia.

La imagen no dejó indiferente a nadie cuando las primeras personas se comenzaron a dar cuenta de la escena cerca de las diez de la mañana. El vehículo, de la marca Opel y de color blanco, era uno más de los aparcados en batería en el tramo final de la calle Campanillas, ya muy cerca de la avenida principal del barrio, la avenida de los Reyes Leoneses, casi enfrente a una concurrida cafetería y al lado del Museo de Arte Contemporáneo (Musac). Pero de su parte frontal, empotrado en la rejilla del radiador, asomaba con claridad la mayor parte del cuerpo sin vida del corzo, con sus cuatro patas, oculta apenas la cabeza del animal dentro del coche.

Ante lo llamativo de la estampa se dio aviso de manera inmediata a la Policía Local, que al poco tiempo se personó en el lugar y comenzó a hacer las primeras averiguaciones, tendentes en principio a localizar a la persona propietaria del turismo, para así conseguir desentrañar el misterio de qué hacía ahí el cadáver del corzo, cuándo y donde podría haber sido atropellado y por qué esa persona o no se había dado cuenta del accidente o bien había decidido no hacer nada al respecto. A todo esto, decenas de personas, lógicamente asombradas, tomaban fotografías de una situación bastante inaudita.

Finalmente, según fuentes oficiales del cuerpo policial municipal, se abrió atestado tras tomar declaración al conductor del coche, que adujo no haberse dado cuenta del impacto cuando esta misma mañana circulaba, según su testimonio, por la carretera nacional N-630 entre La Robla y la capital leonesa, y tras sentir un golpe a la altura de El Rabizo, pensando entonces que se trataba de un bache, razón por la que no prestó más atención.

Del ejemplar de corzo se hizo cargo personal del Servicio Territorial de la Junta de Castilla y León, después de extraerlo del frontal del turismo, no sin dificultad. El animal debería ser remitido a un centro de recuperación de fauna salvaje, en este caso al ubicado en Valladolid como es habitual, dado que en León sigue sin existir ningún centro de estas características a pesar de haberse prometido en 2016.

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