Nuevos retos, viejas fórmulas: la provincia crea una segunda Mesa por León treinta años después
Decenas de miles de personas salieron a la calle en León, Ponferrada y Villablino el pasado 16 de febrero para reclamar una solución a la crisis socioeconómica que atraviesa la provincia. Bajo el lema 'Es el momento de León. Soluciones ya' pidieron a los políticos medidas reales para frenar el éxodo juvenil, la despoblación y la caída de la economía.
Las organizaciones convocantes, los sindicatos UGT Y CCOO, cifraron en 80.000 el número de asistentes entre las tres protestas. La cifra para Subdelegación del Gobierno fue de casi la mitad, 48.000. Ni en algo tan sencillo como contar el número de personas en la calle se ponen de acuerdo.
Cifras a parte, el golpe de efecto está dado. Ahora es el turno de que quienes gobiernan recojan el guante y se pongan a trabajar para cambiar la tendencia negativa. El primer paso será la constitución de una mesa de trabajo por el Futuro de León en la que han aceptado integrarse tanto el Gobierno central como la Junta de Castilla y León, sindicatos y patronal, la Diputación de León y el Consejo Comarcal del Bierzo. El segundo, celebrar una primera reunión de toma de contacto este martes 3 de marzo a las 10.30 horas en la capital.
La medida no es que sea precisamente novedosa. A muchos le suena a cantos de sirena de un tiempo pasado, tampoco muy lejano. La fórmula de sentar a todos los actores alrededor de una misma mesa de negociación ya se adoptó en 1991, cuando los partidos políticos, sindicatos, patronal, Junta, e incluso, la Universidad de León, sellaron un Pacto por la provincia, en el que se comprometían de manera “unánime y sin reservas” a sumar esfuerzos para el “despegue económico de las comarcas leonesas a través de financiación pública y privada”, cuando se empezaba a ver la luz al final del túnel de las minas de carbón.
Seis meses antes de la primera reunión de aquella mesa, unos 20.000 leoneses protestaron en las calles de la capital contra la reconversión de la minería y la marginación que sentían que estaba sufriendo la provincia. La marcha derivó en huelga general y la huelga forzó la búsqueda de soluciones. Se definieron entonces las líneas prioritarias de desarrollo que debía seguir la provincia: potenciar la red de carreteras, en especial del eje subcantábrico, la León-Benavente, terminar el polígono de Onzonilla, ampliar el campus universitario, incluso, se planteó crear una central térmica en el Bierzo.
La primera reacción fue el cierre de vía de la Feve a viajeros a finales de ese año, que no volvió a abrirse hasta noviembre del 93 por tramos hacia Palencia. La autovía de la Plata León-Benavente también se ha hecho realidad aunque no como una autopista que fuese continuación de la AP-66 Oviedo-León, sino como una autovía. Las obras comenzaron en 2001 y se recibieron en el 2003 y esa premura en los trabajos pueden ser los polvos de los lodos actuales del mal estado del asfalto.
La segunda fase del polígono de Onzonilla también está desarrollada, desde el año 2003, y el Campus de Vegazana ha ido creciendo estas décadas. Quizá más por una apuesta universitaria, siguiendo una tendencia natural, que por el impulso político que se alcanzó en el 91. En cuanto a la tercera térmica en el Bierzo... No es que no se pusiese en marcha nunca si no que las dos centrales de la comarca, la de Anllares y la de Compostilla, están actualmente en desmantelamiento o en fase de cierre.
La otra mesa por el futuro en la provincia, la de la comarca del Bierzo
Mientras tanto, la comarca del Bierzo iba descontando los meses y años para que las empresas mineras devolviesen las ayudas recibidas de Europa sin que éstas diesen ninguna muestra de apostar por su continuidad. Viendo ya las orejas al lobo, en noviembre de 2015 se creó la Mesa comarcal en defensa del carbón que más tarde pasó a ser la Mesa por el Futuro del Bierzo. Además, se creó otra Mesa por los servicios ferroviarios de la comarca.
La primera empezó pidiendo “resucitar” el carbón y acabó reivindicando una transición justa después de su desaparición. La segunda, reclamaba incluir al Bierzo en el eje del Corredor Atlántico. El resultado de ambas es que “no se consiguió nada porque el gobierno de turno no hizo nada”, sentencia el presidente comarcal, Gerardo Álvarez Courel. Y no será porque no lo intentaron. En cuatro años se celebraron hasta veinte encuentros entre unas y otras, en las que se hicieron reclamaciones políticas, se llegó a acuerdos y el resultado fue silencio y olvido.
Así las cosas, queda probada la vasta experiencia de la provincia en mesas. Los participantes no solo deberían acudir con soluciones para el reto actual sino que además lo hacen con la presión de tener que evitar la decepción de repetir los mismos errores del pasado. Falta por ver si dan con la tecla correcta para revertir la situación antes de que la provincia se muera o si se alarga un poco más la etapa de echarse las culpas los unos a los otros.