La nueva Plaza del Grano de León, con césped, 300 metros menos de empedrado y alcantarillas
A la nueva Plaza del Grano de la capital de León, después de años de retraso y meses de amargas protestas, le quedan apenas unas pocas semanas para lucir flamante.
Todo parece indicar que los escasos trabajos restantes para culminar la tercera y última fase, ubicando las últimas hileras de cantos rodados en la esquina de las dos casas aportaladas, permitirá retirar las vallas y volver a disfrutar de este patrimonial espacio público antes de la celebración de las fiestas de San Juan y San Pedro.
Cuando esto ocurra, se pondrá fin a una pesadilla que acumula años de tensión desde que pergeñó la intervención el PP en desde el Ayuntamiento de León en 2013 y se sucedieron después las críticas, acrecentadas a partir del inicio del proyecto en febrero de 2017 por la escasa sensibilidad con que se arrancó, hace exactamente quince meses, y por los detalles que contemplaba el proyecto oficial original, que entre otras cosas preveía el uso de cemento hasta en un 23% para fijar los cantos rodados, como aún se puede ver en la documentación oficial municipal.
Icomos (Unesco), rechazo y durísima crítica
Detalles que llevaron a Icomos, la organización de la Unesco para asuntos patrimoniales en España, a desautorizar los trabajos y criticar con una dureza poco usual al equipo de Gobierno del alcalde Silván y la concejala de Urbanismo Ana Franco. Claro que ambos, para los detractores del proyecto, ya estaban lastrados por decisiones como permitir el derribo de la casa más antigua de León, propiedad de un alto funcionario municipal, entre otras muchas.
También en el Grano marcó un hito la masiva aparición de cuerpos sepultados, y otros restos arqueológicos, cuya presencia sólo se admitió oficialmente cuando fue publicado por iLeon.com, y que a falta de dar a conocer los informes arqueológicos oficiales, todo el mundo atribuye al antiguo camposanto en el entorno de la iglesia de Nuestra Señora del Mercado y quizá a época medieval.
Esa sucesión de polémicas, que llegó a reunir a miles de leoneses en varias manifestaciones, en los últimos meses ya se han diluido casi en su totalidad, como ha desaparecido de este escenario patrimonial Ángeles Murciego, de Ecologistas en Acción, instigadora visible durante años de la oposición a la pretensión municipal, un liderazgo no exento de alguna crítica.
De 60.000 a 600.000 euros de coste público
Así, por fin, los trabajadores de Domingo Cueto y Decolesa, las dos empresas contratadas por el Ayuntamiento leonés, por el montante total de 600.000 euros cuando en un principio se habían estimado 60.000, han podido trabajar sin la presión inicial, ejemplificada en la presencia diaria de los autodenominados Guardian@s del Grano.
Apenas resta la instalación de las últimas hileras maestras y los últimos cantos rodados que las unirán. Hace meses que culminaron los trabajos de mejora de la red de agua de la zona, que provocaron no pocos problemas y cortes. Unos trabajos que dejan 'cicatrices' sobre la zona de morrillos en forma de dos alcantarillas que antes no existían y que en la zona frente a Las Carbajalas rompen de alguna forma la estética autóctona tradicional.
También hace meses que se aprecian las nuevas y también polémicas aceras perimetrales, cuya presencia justificó desde un primer momento el equipo de Gobierno del PP para mejorar la accesibilidad de todas las personas.
La accesibilidad total, el argumento 'popular'
Un argumento que los populares sumaban a la necesidad de mejora del propio empedrado, francamente muy dañado por décadas de nula inversión, mantenimiento y mejora, e incluso por la total permisividad para que el tráfico rodado invadiera este lugar. No hay que olvidar que cada día, todos los días, sin ir más lejos atravesaba el delicado empedrado un camión municipal de la basura, entre otras aberraciones.
En cuanto a las aceras, en el proyecto original mantenían 1,5 metros de ancho máximo y que en algunos espacios ha crecido hasta superar los 3 metros. Los opositores han estimado que ese perímetro se 'ha comido' unos 300 metros cuadrados del empedrado tradicional y etnográfico que hace del Grano un plaza casi única en Europa.
Lo cierto es que ese empedrado, donde permanece, ha sido mejorado. Incluso perdiendo el relieve demasiado elevado de la zona inicial de prueba, frente al albergue de peregrinos de Las Carbajalas, y el uso de materiales más naturales, como siempre habían defendido la Plataforma Salvemos la Plaza del Grano o los canteros hermanos Seoane que realizaron el último arreglo artesanal en 1989.
Cabrá siempre la duda de si hubiera sido necesaria la elevada inversión actual -pagada con dos años y medio de retraso en un tercio por el Ministerio de Fomento- o si su arreglo habría sido más respetuoso y auténtico con la hacendera popular que bajo dirección de los hermanos Seoane se propuso al PP y éste jamás permitió.
La batalla de una plaza de piedra y 'verde'
Dejando atrás incluso el envenenamiento del entrañable verdín que el proyecto original contemplaba, siempre según los documentos oficiales del Ayuntamiento, ahora el uso de tierra vegetal en las zonas ya terminadas ha permitido el germinado no tanto de verdín como de césped, el cual está siendo tratado con mucho mimo: cada mañana lo primero que hacen los empleados en regar toda la zona para 'dar de beber' a una capa verde que ya asoma a la vista.
Los 25 años de ilegalidad con el tráfico que pasaron factura
Y en breve, en cuanto se retire el vallado, habrá de comprobarse hasta qué punto el Ayuntamiento será tajante a la hora de impedir de manera total el tráfico en la plaza, después de que en el último cuarto de siglo, la friolera de 25 años, y a pesar de la prohibición expresada oficialmente por Patrimonio de la Junta, el Consistorio haya permitido el tránsito indiscriminado e incluso el aparcamiento de todo tipo de vehículos.
Una nueva normativa municipal se supone que adoptara, también en breve, esa prohibición total de tráfico rodado. Porque de momento, en algunas ocasiones, como ilustramos en esta misma información, todavía se aprecian vehículos mal aparcados en el escaso espacio abierto ya para el paso de vecinos a los dos garajes existentes en la plaza.