Hoy ha sido un día muy especial: Ha nacido oficialmente en León, con una presentación por todo lo alto, un proyecto energético para la capital de la provincia que, de la mano de la Junta de Castilla y León, y nutrido sobre todo con cuantiosos fondos europeos, prevé situar a la ciudad como pionera de la seguridad y eficiencia energética.
Se trata de la llamada Red de Calor Sostenible, una gran central térmica en suelo de León que conllevará la inversión en los próximos tres años de 85 millones de euros.
La infraestructura supondrá dos obras, a cual de mayor envergadura: Por un lado, una mega planta térmica de 22 hectáreas ubicada en el barrio de Puente Castro (espalda con espalda del cementerio municipal y cerca de la Ronda Sur LE-30, el Mercado de Ganados, la depuradora o la localidad de Alija de la Ribera), en la que se levantarán cuatro infraestructuras para la generación de energía por combustión de biomasa forestal; biogás procedente de residuos orgánicos; hidrógeno verde; y 85.000 metros cuadrados de placas solares. Y por otro lado, una red de canalizaciones que inicialmente sumarán 65 kilómetros de conducciones para proveer de calefacción y agua caliente a edificios públicos, empresas, edificios particulares y viviendas interesadas en engancharse a esta nueva red.
La promesa lanzada hoy es que se librarán de sus calderas y de hasta 1.100 chimeneas individuales de la actual combustión fósil, tendrán garantizado el suministro en un contexto internacional muy volátil, mejorarán la eficiencia y, de paso, habrá ahorros que se cifran “entre un 30% y un 50%” en las facturas actuales de energía.
O lo que es lo mismo, al coste actual de esos suministros, la capital y sus compañías y vecinos podrían “ahorrarse unos 18,5 millones de euros” cuando estén enganchados a la nueva red, aseguró el consejero. La ejecución y gestión de toda esta red quedaría en manos de la empresa pública de la Consejería, Somacyl.
Todos estos datos son los ofrecidos hoy en la presentación en sociedad del proyecto, defendido con intensidad mano a mano por el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, del Partido Popular, y el alcalde de la ciudad, el socialista José Antonio Diez, en un acto con importante despliegue y presencia institucional y política en el Auditorio de León.
Ambos insistieron con firmeza en desvincular el nuevo proyecto de la mega planta y la red energética de tres 'fiascos' que ha acumulado León y su entorno en los últimos años ante proyectos que entonces se centraban sobre todo en combustión de biomasa forestal de pellets, el primero de los cuales se rechazó en Eras de Renueva, el segundo en Cantamilanos y finalmente se propuso en Navatejera (municipio de Villaquilambre), hasta que por razones políticas de pacto para que gobernara el PP la propia Junta se avino a echarlo para atrás, rubricándolo en persona el entonces y actual presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco.
Por eso, a preguntas de los periodistas, insistieron en desterrar lo que denominaron “mala prensa” e incluso Quiñones deslizó que aquellas protestas que dieron al traste con los antecesores del nuevo proyecto pudieron deberse a “determinados intereses vinculados a los combustibles fósiles”.
Tanto Suárez-Quiñones como Diez coincidieron en que ahora “cambia el contexto” actual respecto a aquellos proyectos, así como el hecho de que no es sólo generación energética por biomasa y que “las tecnologías han mejorado”, remarcando como otro argumento la creación de empleo.
El proyecto fija esta generación laboral en 250 puestos para la construcción de todo el completo y el entramado de redes, 30 posteriores y estables para funcionamiento y mantenimiento, y 90 que generará la parte con diferencia más enorme, la quema de biomasa, 30 de ellos indirectos. por cierto, que en el acto, el alcalde reclamó al consejero que buena parte de este empleo sea para vecinos del barrio de Puente Castro.
La planta, en detalle
De los detalles técnicos desgranados por Suárez-Quiñones destaca que la totalidad de generación de energía de la mega planta sumará 87,5 megavatios. Por comparar, se trata de casi el doble de potencia de la que se quiso implantar desde 2015 en León capital y Navatejera, que sumaba 50 MW y que se correspondían casi en su totalidad a combustión de pellets, de biomasa forestal.
Ahora, el también llamado eufemísticamente “HUB de Energías Renovables” de León dedicará prevé una potencia de origen forestal de 75 MW útiles, a los que se sumarían otros 10 MW de bioetanol obtenido de la fracción de basuras orgánicas y agrícolas, 5 megavatios más del nitrógeno verde y finalmente 7,5 de potencia que sumarían los 85.000 metros cuadrados de placas solares fotovoltaicas, las cuales permitirían el funcionamiento autónomo de todas las plantas.
También añadió, Quiñones, habrá geotermia en un proceso que sería circular para aprovechar al máximo todos los recursos, y hasta un enorme depósito de 10.000 metros cúbicos capaz de almacenar parte de la energía generada y aprovecharla en previsibles picos de consumo, garantizando siempre el suministro a la red y a las viviendas, edificios y empresas.
El consejero de Medio Ambiente insistió en que todo el completo que ocuparía 22 hectáreas contaría con tecnología de última generación con un “sistema de tratamiento de emisiones” que garantizaría, dijo, que fuera “prácticamente cero contaminante”.
Trámites y plazos
En la rueda de prensa, se explicó que a partir de ahora se inicia un complejo proceso no sólo de ejecución material, que prevé estar culminado en su primera fase en el año 2025, sino también administrativo. Primero, porque el Ayuntamiento habrá de ceder todo el terreno en Puente Castro, situado entre los ríos Bernesga y Torío, y contar para ello con todo el apoyo político posible. La presencia en el acto hace prever que tanto el PSOE que gobierna como el PP en la oposición, al menos, estarán a favor.
En un año, en septiembre de 2023, deberían estar los diseños finales, las licencias y autorizaciones concedidas, así como licitadas las obras de las diferentes plantas, que se ejecutarían en otros dos años, de modo que en enero de 2025 se completara la primera fase operativa y en septiembre de ese año los ramales que ya llegarían a dar energía hasta al Hospital de León.
Suárez-Quiñones garantizó que en el inminente presupuesto para 2023 de la Junta de Castilla y León ya habrá un primer reflejo presupuestario inicial y una previsión hasta 2025, dado que en torno al 70% de la financiación será autonómica y un 30% se ha solicitado a los fondos europeos de Recuperación, Transformación y Resiliencia.