“Mi abuela, la de Cistierna, siempre decía: ”Dinero llama a dinero... pero siempre del mucho al poco. ¡Cuánta razón tenía!“. Por cosas así la añora Javier Ruiz, leonés de familia y de alma, valenciano de nacimiento, periodista que por si faltaba algo para que fuera conocido y reconocido en toda España acaba de ganar el Premio Espasa con su libro 'Edificio España: el peligro de la desigualdad'.
El televisivo, radiofónico y ahora también literario y ensayista Javier Ruiz (1973), allá donde fue se llevó lo mucho que aprendió en la Montaña de León, entre las minas y el paisaje, en una sociedad de “gente muy trabajadora, muy sufridora” y rodeada “de dureza y tragedias”.
Ese bagaje educativo y personal, junto a los muchos conocimientos posteriores adquiridos, le han convertido en un referente para analizar qué nos pasa como país, cuáles son nuestros peores males en tiempos de crisis tras crisis tras crisis. Y cómo poder mantener en pie la estructura de la nación en la que vivimos.
Como es su didáctica costumbre, por la cual se ha convertido en un referente en numerosos medios de comunicación, Ruiz es maestro en simplificar lo complejo, en resumir lo abundante y en hacer comprensible lo difícil.
Eso es su libro: Una gran metáfora del tamaño de una casa, y por algo está siendo un éxito nacional de ventas. “He convertido la España actual en un edificio de pisos, cinco plantas divididas de 20% en 20%. Y lo que pasa es que el 20% más pobre cada vez tiene menos y el 20% más rico, el de arriba, cada vez tienes más”. Tan sencillo como terrible, asegura, porque la estabilidad empieza por los cimientos sociales: “Es evidente que si se cae el sótano, se cae todo el edificio”. Observa además una clara variable nacional, ya que cree que “en España es más grave que en Francia, por ejemplo” la brecha con lo que llama las “élites extractivas”.
Sin embargo, no se queda sólo en eso. “El hecho de que se nos esté abriendo la brecha de la desigualdad es sólo el punto de partida del libro entero. Porque es evidente que el ático social cada vez se vive mejor y en el sótano social cada vez peor. Pero a partir de ahí hay mil derivadas”, ya que “esto es un problema económico, pero no sólo económico”. “Hay derivadas de voto, es decir, cómo esta diferencia afecta al voto; derivadas de libertad de expresión, cómo afecta al periodismo... Básicamente trato de ver qué enfermedad tenemos, que es la desigualdad, y qué síntomas estamos apreciando de esa enfermedad, para que tratemos de corregirlo”. Y que el edificio España siga en pie con firmeza, como objetivo.
Experto periodista económico, que no en vano dirige la sección en la Cadena Ser a nivel nacional, Ruiz atrae todo su símil hacia la actualidad para observar realidades, analizar fallos en los rellanos y el ascensor y proponer andamios.
Quien habla de paguita social no sabe lo que es la desesperación
Su análisis concluye que las ayudas y políticas sociales que prioriza el actual Gobierno progresista está en las antípodas del anterior Gobierno conservador. Y sin embargo matiza: “El escudo social es correcto pero ojo, es insuficiente, el paraguas no cubre del todo”. Y es que “llevamos acumuladas tres crisis demasiado grandes y la última, la pandemia de la covid, como todas, repercute tan sólo en la gente más humilde”. El sótano cruje. Una vez más.
Hay quien no lo ve, y eso a quien hunde sus raíces en una comarca ex minera y despoblada como Cistierna, de indigna en lo personal: “Quien habla de paguita social no sabe lo que es la desesperación”, lamenta.
Más arriba tampoco andan mejor las plantas intermedias. Fallan 'los ascensores', diagnostica. Especialmente, “el ascensor fiscal” que “ha dejado de funcionar: ya no se puede sangrar más a la gente con nómina”.
El mecanismo de ese elevador debe a su juicio ser más soportado por las más rentas altas, por los vecinos del ático, que tienen “capacidad de pagar un poco más, aunque sólo sea un poco, para permitir una mayor cohesión social”. Y observa que no es el único ascensor que falla entre plantas, también renquean otros “como el ascensor educativo” que cada vez impide más la permeabilidad del ascenso, para poder vivir en plantas superiores.
Las escuelas de Cistierna, por cierto, son de los escenarios que más recuerda de su infancia en la villa montañesa de León: “Me marcaba verlas cerradas cuando llegaba en verano tras un viaje con todas las dificultades del mundo”. Una localidad enmarcada además en plena efervescencia y posterior decadencia de la minería del carbón, cuyo ADN y tragedias también asegura que marcaron su carácter y su forma de ver la vida. Esencia pura de la hoy llamada España Vaciada, que pierde a puñados a aquella “gente que siempre ha sido muy trabajadora, muy dura”, para la que muestra un profundo respeto.
El problema que ve Ruiz es que el casero de esa España infectada de despoblación “dice cosas de esa gente sin saber lo que es la gente” y a su juicio no son conscientes en sus políticas públicas de que buena parte de lo que se debe invertir “tiene que ser para mejorar las infraestructuras, el 5G, las carreteras...” tras lo que fue “una reconversión muy mal hecha” que castiga así doblemente a sus habitantes.
Madrid tiene las universidades y lugares como León son los que se vacían de talento
De ahí lo del fallido ascensor educativo, que hace que “Madrid tenga las universidades y lugares como León sean los que se vacían de talento”, el cual difícilmente regresa a su tierra.
Su libro, su 'Edificio España', va como un cohete. Como poco al ritmo que suben los alquileres. Pero Javier Ruiz se conformaría con una milésima parte del éxito editorial de gran Ibáñez, inmortal entre otros por la 13 Rue del Percebe, otra genial y no menos ácida alegoría inmobiliaria de España. “¡Ojalá”, ser ríe a carcajadas de la ocurrencia, “sólo que en la 13 Rue el que vivía arriba, en la buhardilla, era el moroso al que perseguía todo el mundo pero nadie atrapaba”.