Impulso inicial al proyecto para red de calor de León con macroplanta de quema de biomasa, hidrógeno, biogás y solar

Recreación del complejo de plantas y el parque fotovoltaico proyectados para León capital.

Redacción ILEÓN / J.A. / ICAL

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, a través de su empresa pública Somacyl, ha dado después de un año el primer paso administrativo serio para comenzar a diseñar en detalle para después ejecutar una macroplanta energética en la capital leonesa. Se trata de un complejo que bajo la denominación de red de calor sostenible albergará en el barrio de Puente Castro, junto al cementerio municipal, una serie de plantas de combustión de biomasa, de hidrógeno verde, producción de biogás a partir de residuos y un parque solar, todo ello cuantificado en 85 millones de euros.

Ese primer paso cierto ha sido la licitación por 859.100 euros para pagar con ello la redacción de los proyectos básico, de ejecución y la dirección de obras y la coordinación de seguridad y salud de la central de generación de energía de la capital. El proyecto fue aireado hace ya más de un año a bombo y platillo por el consejero de Medio Ambiente de la Junta, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiónes, y el alcalde de la ciudad, José Antonio Diez. Aseguraron entonces que comenzaría a funcionar entre los años 2024 y 2025, pero el retraso acumulado ya es abultado.

Y es que tan sólo esta fase de la redacción de proyectos llegará casi hasta mediados del próximo año 2024. En concreto, el plazo de ejecución de este contrato de Somacyl es de 30 semanas, cerca de siete meses, y de entre 18 y 24 meses para el resto de servicios, según la duración de la obra. A este concurso, que inicia su tramitación, las empresas podrán presentar sus ofertas hasta el 28 de noviembre y los sobres con las propuestas económicas se abrirán el 11 de diciembre de este año. También se debe tramitar la publicación de este concurso público en el Boletín Oficial de la Unión Europea, como ayer anunció que hoy viernes ocurriría el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, aunque esto no se ha cumplido.

Según Medio Ambiente, la red de calor de León generará hidrógeno verde para movilidad y usos industriales de la ciudad y dará calefacción y agua caliente sanitaria a 28.000 viviendas y 150 edificios de la zona cercana al emplazamiento elegido, en una parcela de unas 22 hectáreas al sur de la ciudad de León, entre los ríos Bernesga y Torío y lindando con la Ronda Sur LE-30, ubicación y terrenos que han provocado ya numerosas críticas y denuncias públicas de vecinos y organizaciones, que recelan de los trámites realizados y también de la posible contaminación en la ciudad de algunas de las instalaciones.

Aunque se habló de 85 millones, ahora se acota a una inversión total de 70 millones de euros, más IVA, y se insiste en que cuando funcione permitirá a los usuarios ahorros de entre el 20 y el 40% de su factura de energía, “frente a los altos precios actuales”. Y a pesar de promover varios procesos de combustión en parte de sus instalaciones, la Junta asegura que habrá “reducción de emisión de gases de efecto invernadero de 86.300 toneladas CO2/año”. Y que 120 puestos de trabajo, sumando, eso sí, los indirectos.

La red subterránea, de 65 kilómetros

La energía que allí se genere se canalizará bajo tierra por parte de la ciudad por tuberías de acero preaislado “específicamente diseñadas para el transporte eficiente de fluidos”, la cual está compuesta por una tubería de servicio de acero, una espuma rígida de poliuretano (PUR) y por un envolvente de polietileno de alta densidad (PEAD).

La documentación desvela que solo la red principal tendrá una longitud total de 65 kilómetros, con un sistema de detección de fugas del agua caliente, “habiéndose dimensionado el sistema para un salto térmico de 20 grados centígrados, entre ida y retorno”.

Llegada esa energía o agua caliente, en cada edificio de viviendas o industria de la zona que se conecte a esa red se instalará una subestación de intercambio, aseguran que sin problema en las actuales salas de calderas que los edificios tengan, para desacoplar hidráulicamente la red de calor y el circuito interno de cada edificio. Esa subcentral tendrá un intercambiador de calor, válvula de control, contador energético y la bomba de impulsión secundaria.

El proyecto concluye con la instalación de un “avanzado” sistema de control y telegestión que permitirá en todo momento adaptar la generación a la demanda, disminuyendo al máximo el consumo eléctrico y las pérdidas térmicas.

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