Las grabaciones del abogado leonés que apuntan a Rubiales: “Era un chanchullo para trincar pasta”
Coincidiendo con la llegada a España, y su detención y puesta en libertad posterior, del expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales, las grabaciones policiales a una de sus manos derechas, el abogado leonés Tomás González Cueto, desvelan algunas de sus maniobras que el propio letrado denomina “chanchullos” con el objetivo de “trincar pasta”.
Según ha desvelado este jueves la Cadena Ser, Cueto, en una conversación telefónicas intervenidas que en concreto mantiene con una mujer, asegura respecto a Rubiales que “si tuviera deudas con él ya le había pagado muchas”. Explica en esas conversaciones que el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, le habría ofrecido alguna “ayuda” al ahora expresidente español y que Rubiales le respondió: “Joder, dale 400.000 euros anuales a Tomás para que me los pague a mi luego”. “¿Te lo puedes creer?”, se muestra sorprendido González Cueto.
Y es que el abogado, siempre según este audio de la Cadena Ser, considera ante su interlocutora “lo único que quiere (Rubiales) es dar palos, no se ha planteado trabajar, sino dar palos, pero no de 15.000 o 20.000 euros sino de 200.000 para arriba, porque dice que él necesita 100.000 euros al mes”.
Los audios provienen, presuntamente, de la investigación realizada por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. En ellos, González Cueto habla de otros presuntos pelotazos sobre los que él había desaconsejado al ex presidente de la Federación, según sus propias palabras. Y es que llega a hablar unos pagos a su favor del 20% por un contrato de 200.000 euros anuales durante siete años por patrocinar una escuela en Corea. “Yo le digo que no se puede cobrar más del 10% y, además, era un chanchullo para trincar pasta”, se escucha, matizando que sería “el 10 para la amiga especial que le trajo el cliente y el otro 10 para él”.
El abogado fue detenido en una primera fase en la operación por corrupción en la Federación de Fútbol y puesto en libertad a las pocas horas, aunque con cargos.
