El 23,3 por ciento de la población de Castilla y León, casi una cuarta parte, estaba en riesgo de pobreza y exclusión social en el año 2015, cinco puntos porcentuales inferior a la del conjunto nacional. En el último año, la tasa se ha reducido en tres puntos en la Comunidad y en 1,2 desde 2009, según el VI Informe 'El estado de la pobreza', elaborado por European Anti Poverty Network (EAPN) al que tuvo acceso Ical.
Los datos se ponen de manifiesto en un periodo, en los últimos seis años, en los que Castilla y León ha perdido un 3,6 por ciento de población, con 2,47 millones de habitantes censados a 1 de enero de 2015.
En términos cuantitativos, el pasado año el 18,3 por ciento de la población de la Comunidad estaba en riesgo de pobreza -no de exclusión social-. Esta cifra es casi cuatro puntos inferior a la media nacional y puede calificarse de “relativamente baja”. En términos absolutos, en Castilla y León hay unas 452.000 personas en riesgo de pobreza.
Por otra parte, en la totalidad del período estudiado (2009-2015), las cifras absolutas de pobreza se han reducido en unas 30.000 personas; aunque esta cuestión debe ser matizada por la reducción de la población nacional e inmigrante producida.
Además, el informe refleja que Castilla y León tiene una tasa de pobreza extrema “relativamente baja”, aproximadamente un tercio inferior a la media del conjunto nacional. Esto se traduce en algo más de 126.000 personas, que suponen el 5,1 por ciento de la población autonómica, y que sobreviven con ingresos inferiores a 332 euros mensuales por unidad de consumo.
EAPN destaca que un importante grupo de personas mayores está en situación de pobreza. Así, el importe del 50,8 por ciento de las pensiones está por debajo del umbral de pobreza, lo que supone unas 307.000 personas mayores en riesgo de pobreza por causa de las bajas pensiones. Especial atención merece la dificultad de las mujeres mayores, pues el 74 por ciento de las pensiones de viudedad tiene un importe inferior al umbral de pobreza.
En 2015 el umbral de pobreza autonómica era de 170 euros superior al nacional, lo que significa que las personas residentes en Castilla y León que ganan entre 8181 y 8.011 euros pasan a ser considerados pobres.
Durante los años de crisis la evolución de la renta media por persona fue “negativa pero de baja intensidad”. Actualmente, la renta media por persona es de 10.570 euros al año, 577 menos que la disponible en 2009, lo que supone una reducción del 5,2 por ciento. La renta media por persona de Castilla y León es 151 euros superior a la nacional.
'Privación Material Severa'
Uno de los aspectos que más preocupa en el documento de EAPN es la población que vive en situación de 'Privación Material Severa', que en 2015 alcanzó el 2,3 por ciento de los habitantes de Castilla y León. Se trata de una parte de la población que no puede hacer frente al menos a cuatro de nueve conceptos o ítems de consumo básico definidos a nivel europeo. Algunos de ellos son retrasos en pagos de gastos relacionados con la vivienda; imposibilidad de permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada; no poder ir de vacaciones al menos una semana al año; no permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos dos días; no tener capacidad de disponer de un automóvil; y no poder permitirse un ordenador personal, entre otros.
La tasa autonómica es la tercera más baja de todas las comunidades, sólo por encima de Aragón y Navarra, y es casi un tercio de la correspondiente al conjunto de la población nacional. En términos absolutos, unas 56.000 personas viven en situación de 'Privación Material Severa' en Castilla y León.
Respecto a los ítems de consumo, puede destacarse que el 1,5 por ciento de la población no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días; el seis por ciento no puede mantener la vivienda calefaccionada en invierno; y el 26,5 por ciento no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.
Por otro lado, el 16,5 por ciento de la población menor de 60 años residente en Castilla y León vive en hogares con baja intensidad de empleo. Es una tasa “moderadamente alta”, un punto por encima de la media nacional. El período de fuerte crecimiento de este indicador comenzó con dos años de retraso con respecto al conjunto del territorio nacional. Sin embargo, el “radical” incremento posterior llevó a la Comunidad a alcanzar, y superar posteriormente, las cifras medias nacionales.