La confusión sobre las zonas para soltar a los perros en León provoca concentración de multas a la orilla del Bernesga

La señalización de la orilla izquierda del río Bernesga.

Sara Lombas

A finales del pasado mes de febrero una sanción al dueño de un perro que llevaba al animal sin correa por el margen izquierdo del río Bernesga en la capital de la provincia de León desató la polémica sobre las zonas en las que se pueden pasear sueltos a estos animales. Esta situación no es puntual, ya que de las 47 sanciones que se impusieron en el año 2022 por esta infracción, la mayor parte de ellas tuvieron lugar en la zona del río a su paso por la ciudad.

Las Zonas de Esparcimiento Canino (ZEC) se crearon en el municipio de León hace diez años y marcan las áreas en las que los dueños de los perros pueden soltar a su animales, algo que solo pueden hacer en las 40 ZEC distribuidas por toda la ciudad y que ocupan más de 550.000 metros cuadrados de superficie. De ellas, 24 se ubican en zonas verdes o jardines y 12 en terreno sin equipar. Además, hay unas 73 zonas para que los animales hagan sus necesidades, que ocupan una superficie de 123.700 metros cuadrados. 

Todo ello está estipulado en la ordenanza municipal reguladora de la tenencia de perros y otros animales domésticos (del año 1995, de hecho, con las multas todavía expresadas en pesetas), en cuyo artículo 8 se regula que en las vías públicas los animales solo pueden circular si van con correa. No hacerlo implica una infracción leve que puede llegar a los 750 euros.

El mapa para consultar las ZEC de la ciudad podía encontrarse en la antigua página web del Ayuntamiento, pero con los defectos de la nueva, que dificultan la búsqueda de información pública y que ahora el Consistorio busca arreglar, es imposible de encontrar. Ante la falta de un mapa, ILEÓN ha obtenido del Ayuntamiento el siguiente documento en el que se incluyen todas las ZEC y que se puede ver a continuación:

Sí que existe una aplicación, desconocida para la mayoría de ciudadanos (ha sido descargada cerca de 10 veces desde Google Play Store), llamada ZEC León, en la que se incluye un mapa que delimita las diferentes zonas especiales para los perros y sus dueños.

Dado que la aplicación es desconocida y es difícil encontrar un mapa en la web, ni siquiera como anexo de las ordenanzas de la ciudad que regulan todo lo relacionado con mascotas y otros animales de compañía, la forma más efectiva de descubrir si un parque o jardín es una ZEC es desplazarse hasta el mismo y buscar la señalización que lo especifique.

Y es aquí donde surge el problema que puede haber provocado que de las 47 sanciones propuestas en el año 2022 por llevar a los perros sueltos en zonas no permitidas, la mayoría (aunque la Policía Local no ha especificado exactamente cuántas) tienen lugar en la ribera del río Bernesga. Allí hay una zona en el margen izquierdo, desde San Marcos hasta más allá de la Plaza de Toros, que se excluye del listado de ZEC y donde, por tanto, está prohibido quitar la correa a los perros. En lo que llevamos de 2023 las sanciones por este motivo ya ascienden a 11, según los datos facilitados por el Ayuntamiento a ILEÓN.

Para uno de los miembros de la asociación de vecinos MásQPerros, Miguel Ángel Gutiérrez, la señalización de esta zona no es la adecuada, ya que coinciden señales instaladas desde hace varios años, algunas con mensajes contradictorios: “En alguna parte del río hay hasta tres señales diferentes. Puede llegar a ser contradictorio porque en una señal se lee que se prohíbe el paso a los perros y en otra que solo pueden transitar perros si van atados”, asegura, “Y luego están las señales que llevan tanto tiempo allí que ni se leen. Esto es un problema de hace años, no solo de este equipo de Gobierno, que sí que ha hecho algunas cosas y se ha reunido con nosotros. Ya hemos pedido que se clarificase mejor las ZEC del río”.

Un paseo por la orilla del río hace evidente la escasez de señalización en esta zona que puede resultar especialmente confusa y en la que las señales que se encuentran, y que parecen ser un mapa del paseo del río, están completamente cubiertas por pintadas, sin aportar ningún tipo de información de interés para los dueños de los perros ni tampoco indican dónde termina la anterior zona ZEC.

En el otro lado del río, la orilla derecha que sí es una zona ZEC, se puede ver indicado en varios carteles que se puede solar a los perros, sin embargo, todavía permanece la antigua señalización (a escasos metros de diferencia), en la que se aprecia una división entre la zona con hierba en la que se ve representados a los dueños y a sus perros, y la acera en la que transitarían los demás viandantes. Para añadir todavía más problemas, en la representación de estas señales los perros aparecen atados con correas.

Confusión y costumbre

El conjunto de factores sobre las sanciones por soltar a los perros en la zona del río en la que no se permite hace que Miguel Ángel lo achaque a la confusión y a una costumbre que prevalecía antes de la existencia de las ZEC, más que a una ignorancia deliberada de las normas municipales: “Creo que puede haber una confusión sobre los límites de una zona y otra, además hay una costumbre. Si a mí me preguntas si una zona es diferente de la otra yo veo que las dos son exactamente iguales. Yo corro con los perros alrededor y no pasa nada, en esta ciudad podemos convivir todos de forma muy pacífica. Ha sido costumbre soltar los perros en el río, antes de que se dotase a la ciudad de ZEC. En León hay 45.000 vecinos con perros, hay una minoría que no cumple con las nomas”.

Miguel Ángel, además, añade: “Habría que ver en qué momento se ponen las multas. Si se hace a las diez de la mañana, cuando no hay nadie en el río al que pueda molestar un perro suelto a lo mejor el Ayuntamiento está buscando otra cosa. Yo quiero pensar que la administración no multa por recaudar”.

Respecto a la distribución de las diferentes zonas ZEC, Miguel Ángel considera que sí que están bien distribuidas, a excepción de zonas como La Granja, Palomera y La Lastra: “Están bien distribuidas porque no hay más espacios. En La Granja es terrible, eso sí, porque la ZEC que había hoy es un centro de salud y no se ha creado otra a pesar de haberlo comunicado al Ayuntamiento”, afirma.

Otras normativas municipales

La limitación del acceso de perros sueltos a vías y espacios públicos es generalizada en todos los municipios. San Andrés y Ponferrada, por ejemplo, recogen en sus ordenanzas estas prohibiciones añadiendo la determinación de espacios reservados para las mascotas.

La principal diferencia, y la más llamativa, es la diferencia entre el coste de las sanciones entre ambos municipios por soltar a los perros en zonas que no están delimitadas para ello. En San Andrés hacerlo implica una multa leve de 30 euros, mientras que en Ponferrada sube a los 300 euros, entre los 1.000 y los 9.000 si además el perro pertenece a una raza determinada como peligrosa en las normas municipales.

Etiquetas
stats