Una investigación independiente registra en León 14 sitios con más contaminación del aire que la estación oficial

Rotonda de Pinilla.

ileon.com / ICAL

León registra niveles de contaminación del aire superiores al límite (por encima de 40 miligramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno) en la glorieta de Pinilla, Álvaro López Núñez, Teatro Emperador y Padre Isla. Son cuatro de los 25 puntos de medición instalados durante tres semanas de noviembre por Ecologistas en Acción. Se da la circunstancia de que la estación oficial estuvo ubicada precisamente en la rotonda que ahora lidera estos baremos hasta que la Junta de Castilla y León decidió en 2006 trasladarla a otro lugar. Y ahora está en Ignacio Loyola, que fue apenas la decimoquinta con peores datos en este análisis realizado por el colectivo.

Ecologistas en Acción ofreció datos de las ciudades de Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora, tras colocar 150 medidores de dióxido de nitrógeno, de los que 143 ofrecieron datos entre el 3 y el 23 de noviembre.

Ecologistas indica en su informe que salvo en Zamora, en todas ellas los resultados de los medidores colocados por la organización superaron en gran medida los 40 microgramos por metro cúbico, que establece la normativa y las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y advirtió de que las estaciones oficiales ofrecen los resultados más bajos, por lo que pidió revisar su ubicación.

Además, la organización anunció una nueva campaña de medición de la calidad del aire para el mes de febrero, cuando prevé colocar en siete ciudades de la Comunidad un total de 155 medidores, puesto que cinco de ellos serán para el municipio de La Granja de San Ildefonso (Segovia).

La coordinadora del informe, Sara López, indicó que la campaña de noviembre estuvo marcada por las lluvias de las primeras semanas y la reducción de la movilidad por el toque de queda y las restricciones de la pandemia. Además, recordó que el dióxido de carbono, vinculado al tráfico rodado en las ciudades, genera más de 500 muertes al año en Castilla y León y junto a otros contaminantes, unas 1.000.

Asimismo, el portavoz de Contaminación y Residuos de Ecologistas en Castilla y León, Miguel Ángel Ceballos, denunció que las estaciones oficiales de la Junta y el Ayuntamiento de Valladolid no reflejan fielmente la calidad del aire y pidió revisar su ubicación, puesto que recordó ya ha sentencias en países europeos que obligan a situarlas en las calles donde se espera más tráfico y contaminación.

También destacó como principal resultado que una cuarta parte de los medidores -dosímetros pasivos-, adquiridos a una empresa acreditada de Gerona, arrojaron resultados superiores a los límites anuales de dióxido de nitrógeno, 40 microgramos por metro cúbico. Especialmente, esta situación se dio en Salamanca y Valladolid, pero también en parte en León, Burgos, Segovia y Palencia.

Ciudades

El nivel más alto de contaminación se detectó en noviembre en el paseo de Canalejas de Salamanca, con 69 microgramos por metro cúbico, frente a los 27 del medidor de la estación oficial, situado en la calle La Bañeza. Así, 14 de los 25 medidores instalados en la ciudad rebasaron el valor límite anual de NO2, situándose en ese periodo como la ciudad con más contaminación de Castilla y León. En la avenida de Mirat se alcanzaron los 60, 53 en las de los Maristas y Alemania (donde hasta 2006 estuvo instalada una estación oficial) y 52 en el paseo de Torres Villarroel y en la calle Peña de Francia.

A continuación, se encuenta Valladolid, donde el medidor de la calle Nicolás Salmerón registró 64 microgramos por metro cúbico, siendo diez los medidores donde se superó el valor límite legal, entre los 30 instalados, en lugares como los paseos del Hospital Militar, de Isabel la Católica y de Zorrilla, las calles Don Sancho, Cebadería, Miguel Íscar y Hernando de Acuña y las avenidas de Palencia y de Gijón. Entretanto, el aparato de la estación oficial de La Rubia midió 37 microgramos por metro cúbico.

En Burgos, León, Palencia y Segovia también se vieron mediciones superiores al valor límite anual de NO2, destacando 53 microgramos por metro cúbico en la avenida Padre Claret de Segovia, 51 en la avenida de Santander de Palencia, 44 en la glorieta de Pinilla (desde donde en 2006 se desplazó la estación oficial a su ubicación actual) y 42 en la calle Vitoria de Burgos (donde hasta 2006 estuvo instalada la estación oficial).

Únicamente en Zamora no se rebasó el valor límite anual de NO2, detectándose el nivel más alto en la calle Alfonso IX, con 36 microgramos por metro cúbico, frente a los 21 del medidor de la estación oficial, situado en la calle Villalpando, sin apenas tráfico motorizado.

Confinemos los coches

La contaminación del aire urbano en España cayó un 38 por ciento durante la pandemia de la Covid-19 en las 26 ciudades españolas analizadas por Ecologistas en Acción, entre ellas Burgos y Valladolid, como consecuencia de las restricciones a la movilidad de la población. Por ello, la organización mantiene la campaña 'Confinemos los coches', que busca concienciar a la población y demandar actuaciones a los ayuntamientos.

Entre las propuestas, la portavoz autonómica de Movilidad de Ecologistas, Carmen Duce, defendió la necesidad de reducir la demanda de transporte, con el teletrabajo y la reuniones por videoconferencia, escalonar la entrada al trabajo, fomentar las compras de proximidad, ampliar las aceras o las calles compartidas con prioridad para los peatones.

Así, en referencia a la movilidad de peatones, apostó por reducir la velocidad de los coches, como hace el Ayuntamiento de Valladolid a 30 kilómetros por hora, evitar obstáculos, ampliar las zonas peatonales y dejar a los colegios sin humo de los coches. En relación al transporte público, reclamó la transferencia de fondos y defendió la seguridad en relación a la Covid-19, pero demandó mejoras en las frecuencias y la velocidad comercial para que sea más atractivo.

Finalmente, sobre la bicicleta, señaló la necesidad de abrir aparcamientos y dar ayudas a la compra, junto con la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, previsto en la futura Ley de Cambio Climático, que establece su implantación antes de 2023 en las ciudades con más de 50.000 habitantes -todas las capitales menos Soria y además Ponferrada-.

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