Arranca en León el juicio contra un okupa acusado de tirar a un amigo por la ventana de un quinto piso

Audiencia Provincial de León, en imagen de archivo.

Agencia EFE

La Audiencia Provincial de León acoge desde este lunes el juicio contra M.A.M.B., responsable según la acusación particular de un delito de homicidio por el que pide 18 años de cárcel por arrojar desde el quinto piso de una vivienda okupada a un amigo, A.T.M, quien falleció días después.

En la causa hay una segunda persona acusada, N.A.S, pareja sentimental del primer encausado que será juzgada por un delito de omisión del deber de socorro, el segundo al que se enfrenta M.A.M.B.

El Ministerio Fiscal, por su parte, no aprecia indicios suficientes para hablar de un delito de homicidio pero sí cree pertinente que ambos sean juzgados por un delito de omisión del deber de socorro por el que pide diez meses de multa a razón de diez euros diarios.

Presunción inocencia

“A nuestro modo de ver en este caso prevalece la presunción de inocencia. No podemos solicitar la prisión para una persona por unos hechos que no están a priori suficientemente probados. Pero esto puede cambiar durante el juicio si hubiese indicios suficientes para considerar que puede ser autor de un delito de homicidio”, ha matizado.

En la primera sesión del juicio, celebrada este lunes, el principal acusado, que ha respondido a todas las partes, ha negado los hechos. Ha dicho que en ese piso, que hacía las veces de “fumadero” con gente “entrando y saliendo”, vivía él solo como okupa.

El día de los hechos, ha relatado, “estuvimos los tres consumiendo cocaína y alcohol y yo me fui al baño, escuché un ruido fuerte, miré por la ventana y fue cuando lo vi abajo, en el patio de luces”. “No sé qué se le pudo pasar por la cabeza para tirarse por la ventana. No tenía problemas con nadie ni problemas personales”, ha afirmado, al tiempo que ha negado que la víctima le debiera dinero. Ha añadido que, tras ver el cuerpo de la víctima en el suelo, bajó por las escaleras “porque no tenía teléfono móvil”.

“La vecina me dijo que estaba llamando al 1-1-2. Y ahí me asusté y salimos corriendo. Me dio miedo y me marché. Yo pensé que se había matado en el momento. Es una altura muy grande. N.A.S. y yo fuimos a la estación de autobuses a Ponferrada. Yo acababa de salir de prisión y no quería que me metieran en prisión otra vez. Era mi casa. Me dio miedo. Ella estaba conmigo en todo momento”, ha referido.

Según las calificaciones provisionales, el fiscal ha considerado probado que los acusados fueron conocedores de que la víctima se había precipitado por la ventana “y aún así huyeron sin prestarle auxilio y sin conocer su estado”.

Días después

A este respeto, la fiscal ha matizado que de hecho la víctima no falleció en el momento sino días después, ya en el Hospital de León, adonde fue trasladado tras la caída después de que una vecina avisase a los servicios de emergencia.

“Podría ser una muerte accidental o voluntaria, un suicidio”, ha asegurado la fiscal, al tiempo que ha agregado que lo que sí considera probado es que ambos acusados “dejaron de prestarle el auxilio necesario que prestaría cualquier ciudadano protegiendo a cualquier persona que se encuentre en una situación de peligro”.

Pudieron, ha insistido, “haber prestado cualquier tipo de auxilio puesto que no es necesario tener conocimientos médicos y basta con asegurarse de que va a recibir ayuda”.

La acusación, por su parte, ha afirmado que el acusado, con numerosos antecedentes penales y que se encuentra actualmente en prisión por otro motivo, “inició una discusión con la víctima por unos estupefacientes de los que ambos eran consumidores” y “lo arrojó por la ventana a un patio interior del edificio quedando gravemente herido”. La víctima, ha proseguido la acusación particular, tenía una discapacidad psíquica del 65 por ciento.

El abogado considera autor del delito de homicidio al primer acusado para el que pide dieciocho años de prisión, y a los dos acusados autores de un delito de omisión del deber de socorro por los que pide dieciocho años de cárcel y seis meses de multa respectivamente.

La defensa del acusado ha negado el relato de la acusación, ha insistido en que “no hay pruebas ni indicios de la participación del acusado en los hechos y que simplemente estaban en el mismo inmueble en el mismo momento” y ha solicitado la libre absolución.

La defensa de la segunda acusada, que se ha acogido a su derecho a no declarar, ha afirmado que el piso funcionaba como “narcosala” gestionada por el acusado.

“Ella iba a comprar droga porque era consumidora pero ella salió de la habitación y cuando escuchó gritos salió de la vivienda. En el estado de intoxicación en el que se encontraba, sin conocimientos sanitarios, nada había podido hacer por salvar su vida”, ha afirmado su defensa.

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