La imagen es tan poderosa como real y altamente preocupante: Imagínense un tren AVE circulando entre León y Asturias a unos 250 kilómetros por hora a través de un túnel de casi 25 kilómetros bajo la impresionante Cordillera Cantábrica y que junto a él fluya descontrolado un río de 350 litros por segundo. Visto así, parece mentira que pueda ocurrir. Pero ocurrirá. Cuando se abra al tráfico la Variante ferroviaria de Pajares entre León y el Principado para estar comunicadas por alta velocidad, ese tren viajará paralelo a un torrente tan grande que supone más de una cuarta parte del cauce medio que tiene, por ejemplo, el río Bernesga a su paso por la capital leonesa.
El Ministerio de Fomento lo tiene ya asumido. Y curiosamente respira hasta tranquilo, porque una parte considerable del brutal sobrecoste total de la variante, que multiplicará por cuatro el presupuesto inicial (acabará costando casi 4.000 millones de euros cuando su origen fueron 1.090 millones), se ha destinado por fin en los últimos años a paliar los efectos dañinos sobre la obra del mayor 'robo' oficial de agua documentado en toda Europa: el 'robo' de anual de 12 hectómetros cúbicos procedentes de ríos, arroyos y acuíferos de la provincia de León hacia Asturias.
Las vergonzosas cifras de récordFacebook Tunel Pajares
O dicho de otro modo, la absoluta falta de previsión e informes técnicos previos del séptimo túnel subterráneo ferroviario del mundo y segundo de España expulsan hacia el Principado 2,2 veces más agua al año que el tamaño del pantano leonés de Casares de Arbas. Hay que leerlo para creerlo.
iLeon.com ya lo denunció hace exactamente dos años. Y denunciaba con motivo de otro Día Mundial del Agua como el de hoy una paradoja de proporciones sonrojantes: una misma administración como Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, que sanciona con fuertes multas a un regante por abrir a destiempo una compuerta a su huerto, no ha movido un dedo para que se depuren responsabilidades en los túneles de Pajares. Ni en la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León consta una sola reclamación. Nada.
Todas las administraciones públicas callan, asumen que en el mejor de los casos seguirá viajando un río nuevo de León a Asturias con menos fuerza que ahora. Tampoco se conoce que haya novedades de la denuncia prevista por la Federación Leonesa de Entidades Locales Menores (Concejos de León), siguiendo los pasos de la Asociación Lacerta (Asociación Cultural, Ecologista, Recreativa de La Tercia y Arbas), ambos de la mano del abogado leonés Carlos González-Antón, de Ecourban.
Al menos, y aunque solo sea por conseguir garantizar una mínima seguridad para los futuros pasajeros, Adif y Fomento sí han incrementado los presupuestos dedicados al refuerzo de impermeabilización y drenajes, andenes de evacuación, canalización para cableado y acondicionamiento de las galerías de Folledo y Buiza. Estos trabajos han reducido un en torno a 40% las filtraciones, de 600 litros por segundo a 350 aproximadamente, según Adif. Y es que llegó a manar agua a razón de 1.000 litros por segundo, tanto agua como el río Bernesga leonés.
La vertiente leonesa, seca
El informe interno del libro 'Los túneles de Pajares' hacía en 2009 un recuento que mareaba, reconociendo la gravedad: 13 fuentes y manantiales leoneses perdieron casi toda o toda su agua (Fuente Vieja de Beberino; manantial de Rabocán; fuente de Cabornera; abrevadero de Cabornera; manantial El Robleo; manantial El Machaico; fuente de Las Cangas; fuente Pingamiecha; fuente El Riesco; fuente de Los Ladrones; fuente Merienda; fuente Los Cerraones; y fontón El Viso y otros). Otros 13 tramos de ríos perdieron caudal hasta en un 31% (ríos Casares; arroyo Folledo; arroyo Alcedo; río Viadangos, río Valgrande; y río Bernesga). Se produjeron hasta nueve sumideros por colapso de cavidades kársticas (es decir, simas en la superficie que caen a fosas profundas, en Geras; arroyo Folledo; río Casares; la Hoz del Cólito; La Reguera; y arroyo Alcedo, donde se contabilizan cuatro diferentes. Sobre este último, es interesante la visión de Pablo Valenzuela, máster en Ingeniería Geológica por la Universidad de Oviedo).
Y según las mismas fuentes oficiales, hubo “fuerte disminución del caudal o secado del abastecimiento” de agua a los pueblos de Beberino; Ventosilla de la Tercia; Paradilla de Gordón; los manantiales de San Antón y Canalina Izquierda de Rodiezmo; el manantial de La Malena y el de La Hoz de Simiel también en Rodiezmo; y la fuente del Turrón en Casares de Arbas. En resumidas cuentas, pueblos, vecinos y ganaderos de la vertiente leonesa vieron irse el agua y hasta quedarse sin ella en sus grifos a causa de esta chapuza de tremendas dimensiones.
La prioridad sigue siendo el AVE, más que el agua
Según recordaba esta semana La Nueva España, el Adif y el Ministerio creen que lo peor de este problema ya ha pasado y se puede comenzar a pensar en dejar circular los trenes AVE con toda garantía de seguridad. Aunque el agua siga manando como un pequeño río, porque los técnicos entienden que la prioridad es poner en servicio los 50 kilómetros totales subterráneos y que el agua no afectará en modo alguno a las vías.
Para ello, además de un proyecto que consiga recuperar parte del agua perdida en el arroyo de Alcedo, con 4 millones de euros de inversión, se prevén actuaciones parecidas en los próximos años. Las cifras para evitar que los túneles de Pajares sean para la circulación de un tren y no se conviertan sólo en un río ya consumieron 236 millones en impermeabilización y drenajes, ejecución de andenes de evacuación, canalización para cableado y acondicionamiento de las galerías de Folledo y Buiza.
Bombear el agua de vuelta a León: 7 millones al año
Y la alternativa de revertir un poco la situación y que la provincia de León recuperada parte de su agua 'robada' es una quimera. Se barajó técnicamente el bombeo permanente de esa ingente cantidad de agua desde Asturias de vuelta a León, pero el coste sólo de la energía era de unos siete millones de euros al año. Y se desechó.
El pasado 24 de noviembre de 2015 se cumplieron 10 años desde el primer pinchazo grave que abrió la gran vía de agua y evidenció la práctica falta de previsión y estudios hidrogeológicos previos. “Se produjo una irrupción brusca de agua y lodo por el frente de excavación, que en ese momento se encontraba en el punto kilométrico 11.887, a la que siguieron otras dos, el 16 y 19 de enero de 2006, en el punto 12.170”. Los datos que ponen fecha de inicio al 'atraco' y a la pesadilla de los ingenieros aparecen en un poco conocido informe de Adif del año 2008.