El operativo de extinción de incendios de la Junta de Castilla y León no puede más. Así lo han denunciado, muy afectados, el secretario general de UGT Servicios Públicos, Juan Miguel Martínez, y el delegado sindical y agente medioambiental Alfonso Vallecillo en una comparecencia en la que han confimado que todavía hay puestos en el operativo sin cubrir y que los que trabajan desde hace semanas sin descanso en la extinción de los fuegos que asolan León y otras provincias siguen sin un relevo.
Ambos representantes han querido solidarizarse con los tres fallecidos en la oleada de incendios que comenzó el 8 de agosto: dos voluntarios y un tercero que formaba parte del operativo de extinción, llegado desde Soria. Sobre este último, Vallecillo se pregunta si a este trabajador se le facilitó información suficiente sobre la zona en la que iba a actuar.
De igual modo, han responsabilizado de la situación actual al consejero de Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y al director José Ángel Arranz, después de que el operativo de extinción “no estuviera preparado” ante la oleada de incendios de la provincia y por “no haber hecho nada a pesar de que estaban avisados desde 2022 con los incendios de Ávila y Zamora”.
A este respecto, han querido negar que nunca se ha visto incendios así en Castilla y León: “Lo hemos visto en Castrocontrigo, en Ávila, en Zamora y desde hace más de diez años”, aclara Vallecillo: “Sí que es cierto que no habíamos vivido una acumulación de incendios a la vez como esta, pero la pregunta que me hago es ¿estábamos preparados? Evidentemente no”.
Vallecillo enumera varios puestos de trabajo indispensables en la cadena de alerta, prevención y extinción que, a día de hoy están sin cubrir, además de la incorporación de agentes medioambientales sin experiencia en incendios de especial virulencia: “La torreta de Riocamba, cercana al incendio de Canalejas, estaba sin vigilante el día del incendio. La torreta de Sotillos, que también podría haberlo visto, tampoco tenía vigilante porque ese día estaba de baja y no se había cubierto su puesto”. También ha dejado claro que el camión de incendios que debería haber estado en Canalejas estaba en el incendio desatado en Paradilla.
“Tenemos un operativo para incendios del siglo XX pero estamos en el siglo XXI y los incendios son de sexta generación. Hay que empezar a ponerse las pilas y ver realmente la situación en la que estamos”, reclama.
Del mismo modo, este agente medioambiental denuncia la poca formación de la que disponen los miembros del operativo de extinción. En algunos casos debido a la poca duración de los contratos (de pocos meses), y en otros debido a la escasa formación previa de los operarios: “Tenemos alguna brigada en la que más de la mitad de los trabajadores no hablan español porque el empleo es muy precario”.
Una precariedad a la que se suman unas durísimas condiciones de trabajo: “Se han estado haciendo turnos diarios de catorce o dieciséis horas, durante doce o más días consecutivos haciendo turnos. No hay reposición, hacemos un descanso de diez horas entre turno y turno. Así llevamos desde el nueve de agosto hasta el día de hoy”, critica Vallecillo.
“Todo el operativo está activo. No hay más. Estamos totalmente exhaustos de esta ola de incendios y no hay reposición”, denuncia este trabajador, muy afectado, especialmente al recordar cómo sus compañeros han sufrido las consecuencias de la intensidad y dureza del trabajo: “En el incendio de Orallo tuve que sacar a un brigadista que empezó a vomitar sangre. Llevaba días trabajando y estaba extenuado. Otro brigadista se desmayó en Castrcalbón. En estas situaciones estamos”, narra.
“Somos personas que están dando muchísimo más de lo que se les exige profesionalmente. Esto hay que ponerlo en valor y en la responsabilidad que le haya que asumir cada uno”, reclama.
En este sentido, reprocha a la Consejería de Medio Ambiente que se eliminasen las guardias de refuerzo y la reducción del presupuesto de prevención de incendios forestales: “Luego nos parece una broma que ahora nos pidan que suspendamos las vacaciones, que suspendamos los descansos para incorporarnos a estos incendios”.
Reclaman la dimisión de Quiñones y Arranz
“Desde UGT estaremos pendientes de las actuaciones tanto de la Fiscalía como de la Inspección del Trabajo, de las diligencias que se hagan con el fin de esclarecer lo sucedido”, reclaman los portavoces. En este sentido, han asegurado que si se detecta “algún tipo de incumplimiento, consultaremos con nuestros abogados con el fin de presentarnos con una acusación particular”.
UGT reclama la dimisión de Arranz y Suárez-Quiñones: “Es necesario asumir las responsabilidades políticas. No han hecho nada”.
En este sentido, Vallecillo se pregunta qué más tiene que suceder para que se suba a un nivel 3 de emergencia: “El sistema de protección civil está establecido para niveles de peligrosidad desde 0 a 3. ¿No estamos en la máxima emergencia que puede existir?”.
Respecto a las últimas y súbitas reducciones de nivel de gravedad de varios incendios forestales en la provincia de León Vallecillo indica que esto sucede “cuando las decisiones políticas se sobreponen a las decisiones técnicas”.