Villaquilambre acomete un arreglo integral de la Escuela de Villasinta

Ayuntamiento Villaquilambre

El diagnóstico del concejal de Infraestructuras del Ayuntamiento de Villaquilambre, Manuel Rodríguez Almuzara, es claro: “Este edificio lleva demasiados remiendos encima y ninguna obra realmente útil”. Es el motivo por el que la acumulación de humedad sobre la escayola del techo hizo que un trozo de éste se desprendiera durante las vacaciones escolares de verano en una sala vacía de la escuela, rompiendo al caer el suelo. El desperfecto ha dejado también al descubierto problemas de humedad bajo el suelo y tras los revoques de las paredes, por lo que “ya es hora de acometer un arreglo integral del edificio”. Con carácter preventivo, se incluirá también en la obra la sala en la que ocho niños cursan sus estudios de Educación Infantil.

Concretamente, se ha acometido ya la construcción de un forjado sanitario, es decir, que sirva para mejorar la salubridad del edificio evitando la humedad en el futuro; un trasdosado formado por placas de yeso laminado fijadas a los muros para mejorar el aislamiento y un murete de apoyo a la estructura, por un importe total aproximado de algo más de 6.000 euros.

La Escuela de Villasinta de Torío, dependiente del CRA (Colegio Rural Agrupado) de Navatejera, es singular desde muchos puntos de vista, entre otros el propio edificio, “que, probablemente, tendrá más de cien años”, señala el concejal, y es un buen ejemplo de la arquitectura escolar popular. En sus dos aulas, de las que una se utiliza para hacer gimnasia cuando el tiempo no permite hacerla en el patio, hay actualmente ocho pequeños de 3 a 7 años de edad cuyo maestro, Paco Tábara, ha convertido la docencia también en una experiencia singular, entre otras cosas por su personal implicación y la de sus alumnos en elaborar el material escolar y la decoración con elementos de reciclaje. Unos meros cartones han convertido ese aula en un acogedor y fantástico castillo y ocho ordenadores recuperados del Punto Limpio de Villaquilambre convierten a los pequeños en ciberescolares que han aprendido a escribir en sus teclados, de modo que no sólo colocan esta pequeña escuela en puntera desde el punto de vista tecnológico sino que se facilita una educación adaptada en sus contenidos a cada nivel y a cada escolar.

“En adelante, además –señala el concejal de Infraestructuras- queremos que también se encuentren más seguros y cómodos, porque su seguridad es primordial”.